@lm@viv]quote="@lm@viv@ escribió:
¿Es más fácil abuchear una escena o un cantante?
A los cantantes se les tiene cierto "respeto", por más mal que lo hagan. Como a los de la escena se les tiene como un condimento que puede agradar o echar a perder el plato principal que es el canto, hay una cierta mayor posibilidad de hacerles ver el disgusto.
Si no les gusta la reacción de respetable, simplemente no volverán o buscarán otro patio. El cantante no tiene tan fácil es elección, salvo que ya sea un consagrado.[/quote]
Mi pregunta iba más bien en el sentido de la "dificultad" del público para apreciar un canto apropiado o no. Mientras que una escena es algo que se valora menos técnicamente.
Interesante lo del "respeto". Sí que puede ser así, pero no sé si no será por un respeto Real o por esa "dificultad" de valorar el canto.[/quote]
Precisando el punto del "respeto", hago el parangón respecto de los deportes.
Generalmente todos hemos pateado una bola de fútbol o lanzado una de basquetbol, por lo que nos consideramos con "derecho" a abuchear al delantero, defensor, portero o jugador en general, por una mala jugada que nosotros hubiésemos realizado mejor de estar ahí.
Con el canto no es así, ya que no nos hemos preparado por años en el tema, así que se venera la capacidad para al agudo, el grave, la impostación la resistencia, etc.
Acaso más bien, si antes de empezar la función, sale un responsable del teatro anunciando que X se encuentra indispuesto (a) pero aún así va a cantar, nadie abuchea sino incluso aplaude por la deferencia?
Ya si la situación es extrema, como que un tenor con voz de tenorino salga a cantar Tristán y los cinco minutos no puede con la partitura, va un tema de irresponsabilidad personal y habrá que podérselo hacérselo notar, aunque el no sea solo el partícipe sino todos los temas responsables de la función por aceptarlo. O bien, que evidentemente no se sepa la letra o el papel en general.
Pero fuera de ello todo se perdona o lo disimulamos con una gran benigna indulgencia o simplemente no aplaudimos, tengamos o no mayor preparación musical.
En el caso de la escena, ya tenemos como regla de principio equivocados o no, que no es una obra de iluminados, por lo que si desde nuestra óptica hay un despropósito es más fácil hacerlo ver y acuerparnos con otros tantos espectadores del mismo parecer.