@lm@viv@ escribió:
-Rupert me propone una María Padilla que no está mal, pero el título tampoco es superatractivo.
¿No le gusta la
Maria Padilla?... Me deja usted descolocado. A mí me parece uno de los títulos más apasionantes de la última etapa donizerttiana, una época ya de por sí llena de interés y en continua experimentación. Por supuesto, no es una obra redonda ni perfecta (sin ir más lejos, flauqea el final feliz impuesto por la censura, aunque el rondó escrito por Donizetti es fastuoso), pero tiene muchísimo atractivo, como por ejemplo su dualidad por partida doble (valga la redundancia), con un ojo mirando al glorioso pasado belcantista que está a punto de desaparecer, y con el otro vislumbrando el cercano futuro de la verdad dramática que Verdi llevaría a la cima. Y al mismo tiempo, una deslumbrante exhuberancia vocal, se alterna con una atmósfera que por momentos se vuelve espesa, lóbrega, claustrofóbica incluso.
Y el retrato de los tres personajes protagonistas es muy poderoso: la lacerante amargura del rey enamorado que se debate entre lo que le pide el corazón y lo que le exige la razón (buena parte de su música es conmovedora porque refleja de manera admirable un ser humano que se consume de tristeza); la hidalguía del viejo castellano que pierde la razón cuando cree que su honor ha sido mancillado; y la bravura orgullosa de la protagonista que lucha por su amor y por su dignidad. El dúo padre-hija del último acto es, de hecho, una de las mejores páginas de toda la producción donizettiana. Una escena compleja, llena de contrastes y claroscuros, de personajes que se buscan y no se encuentran, cargada de emoción, y de enorme poderío dramático. Vista con perspectiva, el germen verdiano ya aparece ahí muy evidente, y es muy probable que Verdi conociera bien la
Padilla, porque su
Nabucco se estrenó en La Scala unas semanas después de la obra donizettiana. En fin, que a mí me gusta mucho, aunque reconozco que lo mío fue un flechazo rotundo desde la primera vez que la escuché
.
Bueno, y ya lo de
Maometto me ha matado
. Me da la sensación de que nuestros gustos belcantistas son bastante dispares...