A mí me parece un cantante de primerísima fila actual, que le falta italianità es totalmente cierto, que no tiene la técnica totalmente resuelta, cierto.
Pero es de los pocos artistas masculinos de los últimos años que gusta de frasear, matizar, hacer dinámicas y expresar el texto (vale que utiliza mucho ciertos recursos como golpes de glotis y piangentes de peor gusto).
Pocos Parsifales a su altura he escuchado.

Estoy escuchando de nuevo el Celeste Aida y es asombroso cómo está cantado. Una maravilla.

El disco es estupendo. Pero la clave es que no sé si hay técnica suficiente (en el sentido de lo que muy bien ha comentado Rupert) para sostener casi ninguno de estos papeles en directo y siquiera rozar el altísimo nivel alcanzado en este disco. Se vio con su desigual Manrico este verano. Y su Don Carlo, el papel verdiano que más ha rodado hasta ahora, combina momentos muy buenos (como el magnífico duo del V Acto) con otros decepcionantes.

Dicho esto, el Dio mi potevi de este disco tiene una variedad de acentos y una introspección dramática alcanzadas por muy pocos tenores curtidos en el rol. Hace poco hablábamos de la superficialidad del Otello de Kunde (y era su segundo Otello completo). Kaufmann, un cantante detallista, inteligente y musicalísimo, da una lección sin haber debutado el papel.

Y, ¿cuánto hacía que no se oía una media voz en un tenor de este repertorio como la de la segunda parte del Quando le sere al placido?

No he escuchado ese disco pero lo que aquí se escribe no es en absoluto lo que he experimentado en directo el 12 de agosto en el Don Carlo de Salzburgo. Sus notas sobre el pasaje en esas vocales eran verdaderamente espectaculares. El sol3 de "Ciel" en el segundo acto fue maravilloso, el Sib3 de O mio rodriiigo fue de las notas más squillantes de la noche, aunque es cierto que la "i" fue tornada hacia la "e". Pero el La3 del Li del Libertad final fue bueno.

Kaufmann tiene sin duda alguna una gran solvencia técnica en su pasaje y es una verdadera gozada escucharle en directo en esa franja. Esto no quiere decir que todas sus notas sean perfectas, hay algunas un poco abiertas, otras un poco retrasadas, pero todos estos defectos son producto de un cantante que asume riesgos en el escenario con el objetivo de la mejor expresión. No es del tipo de figura que ensaya una interpretación y la repite y repite a cada representación. Lo veo como una virtud aunque pueda costar una pifia en alguna ocasión. Hay que tener una buena relación entre el riesgo y la seguridad necesaria en una primera figura.

Me encantó en general su actuación. Es la primera vez que le escuchaba en directo cantar algo fuera del alemán y la verdad es que no entiendo las reticencias hacia las incursiones en otros repertorios. A ver si le puedo escuchar otros Verdis en directo, es de lo que más me apetece ahora para viajar. Y las discutidas medias voces puede que no sean las más canónicas por su guturalidad y afalsetamiento, pero en el contexto dramático son emocionantes y efectivas. Una actuación vibrante y convincente, con un dúo con Harteros en el segundo cuadro del segundo acto memorable. Lástima que Harteros tenga algunos agudos muy abiertos porque en general es también una gran cantante. Creo que serían fácilmente corregibles porque cuando produce esas estridencias es cuando enseña hasta las encías de los dientes. Es como una fórmula matemática.

No entiendo tampoco el comentario de Siddharta de que el nivel del disco no lo pueda llevar ni por asomo al teatro. En este caso mi experiencia también es la contraria y los pasajes grabados de Siegmund y Parsifal fueron superados por las interpretaciones de cuando le vi en directo en el Met Die Walküre, o en el cine el Parsifal.

Un tenorazo.

+1, Commendatore

A todo esto, la evolución vocal de Kaufmann, guste o no, es acojonante. Así cantaba en... 1993!

http://youtu.be/s3EL4rM9DtA

Eso mismo en 2008: http://youtu.be/kdDkmpvaJ1Q

Pues yo también he escuchado el disco de Kaufmann-Verdi.

Muy bien cantado, y sobre todo, fraseado, con intención y variedad. Abundancia de medias voces. Me ha llamado la atención en particular el aria de Luisa Miller, cantada más lentamente que de costumbre (no sé si atribuirlo a Kaufmann, a la batuta o a un acuerdo entre ambos) y "paladeada" de una forma muy peculiar. Muy bien también el "Celeste Aida", cuyo final he escuchado por primera vez siguiendo la indicación de Verdi "dolcissimo e morendo". Recuerdo ahora el final de Corelli en su versión con la Nilsson: ataca el agudo en "forte" y lo va apianando. Eso no es "dolcissimo e morendo", aunque el efecto sea magnífico. Otros tenores lo han intentado también, como Vickers. Pavarotti lo hizo en una función en Viena que emitió Radio Clásica, pero insisto, la solución de Kaufmann me parece la más fiel a Verdi. Y mira que a mí me gustan los "pepinazos". Muy bien la "pira". Lo más flojo, "La donna é mobile". Es lógico, ya que es el fragmento más alejado de sus características.

En cuanto al color de la voz, sigue sin gustarme. Lo siento, pero los tenores me gustan más claros, más luminosos, más "mediterráneos". Y eso que cuando le escuché en directo la voz me pareció más propiamente tenoril que en las grabaciones.

Pues vaya, vaya al primero de los dos vídeos cuyos enlaces nos ponía Spinoza más arriba y se deleitará con un timbre bastante más clarete... Muy curioso, sí...

Hay otra versión

http://www.youtube.com/watch?v=r5AD4qJws_s

la versión de la repetición de la frase final, "un trono vicino al sol", en mezzavoce, la han cantado tenores como tucker, en la Aida con Toscanini, o Domingo, en aquella que grabó con la Millo. es menos espectacular, desde luego.
lo de Corelli no es apianar, es un filado de caerse de espaldas. el tipo empezó a dominar esa técnica a partir de mediados de los sesenta, y colaba esos filados incluso en directo allí donde le encajaban.

Tiene uno en un Romeo no se si en Filadelfia que te deja sin aliento, algo portentoso en un vozarrón de ese calibre.

hicimos una serie de presentaciones de cantantes hará dos o tres años, y un servidor se encargó de Corelli.
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sólo directos. la de cosas que sabía hacer este señor, aunque bien es verdad que la ópera francesa como que no la acababa de entender.

Eso es muy cierto. A Corelli se le da muy duro por ser brutote, aunque yo lo haga en plan guasa, pero lo justo sería reconocerle la voluntad de doblegar para hacer dúctil ese cacharrazo que tenía como instrumento independientemente de la fortuna que al respecto tuviese ese día.

En barroco era más esperpento que en francés, sí, cabe. Pero no seré yo el que se lo eche demasiado en cara. A cada cual hay que escucharlo, valorarlo en lo suyo y disfrutarlo si procede. Y con Corelli procede más de una y más de dos veces.

Tenía sus carencias, como todos, pero a mi me emociona cante lo que cante: subjetivo que es uno.