Sobre la vida y la muerte de la ópera adapto lo que me queda en el recuerdo de lo que me dijo un viejo maestro en un momento en que creí desaparecido para siempre algo para mí muy querido:
"Caminante, me dijo, mientras esté viv@ en nuestro recuerdo, mientras tú y yo estemos hablando de ello, mientras tu ensalzes sus virtudes hasta idealizarlas y yo, viejo y por que ello más prudente que no sabio, intente hacerte comprender sus imperfecciones y hasta sus bajezas, mientras esto sea así, mientras existamos tú y yo, estará viv@.".
Huelga decir que no hablábamos de ópera ni el maestro me llamaba a mí Caminante.
Como en el foro hay de todo como en botica y yo no soy de los que sufre insomnio sino más bien de los madrugadores ,a estas horas de la mañana sabatina, en la que ya amenza la canícula, y después de escuchar una Boheme (alguien tendrá que reparar mi CDteca porque la única grabación de Aragall de Boheme de la que dispongo no le hace justicia y quien lo haga piense que la caridad le hará grande
), he abierto una caja de DVD en la que ponía Bergonzi y se trata de otro ejercicio de generosidad de MdM que me grabó el recital de un Bergonzi ya mayor en Madrid, recital al que por cierto creo asistió VM y como hablamos del ayer y del hoy de la ópera me vienen a colación las siguientes reflexiones:
Un gran cantante, al envejecer (palabra que me encanta y no sé porque hay que sustituirla por eufemismos), pierde la frescura de la voz al par que menguan otros aspectos físicos pero ahí es donde emerge el arte. Digo esto porque comparando mentalmente el recital de JDF al que asistí y este de Bergonzi (por cierto Mario,no está completo), el enfoque es tan distinto,puesto que mientras en uno impera la plenitud vocal no exenta de gusto en el otro se respira aquel olor a vino Gran reserva, criado en barrica de roble viejo ,a sensibilidad por todos lados, al arte de lo que ha envejecido con paciencia. Dos formas de hacer disfrutar al público y un nexo común: el buen gusto y una excelente formación técnica (Bergonzi en muchos momentos parece que esté impartiendo, con sus gestos, una tabla gimnástica donde enseñe los movimientos necesarios para emitir aquellas notas).
Bueno, entre los dos recitales hay otro nexo común y es que en ambos el pianista es Vincenzo Scalera (y parece que para él los años no pasan).
Saludos.