Spinoza escribió:
Una pregunta sin importancia: ¿alguien ha visto esa Boheme entera como para poder valorarla en su conjunto?
Sí, yo he visto esta Bohème entera.
Es una Boheme después de una Boheme con la música y el libreto de una Boheme.
La BO-HErheiM como diría Tucker, comienza con el típico sonido de un monitor de hospital que nos anuncia una muerte y es cuando se pone en marcha la música. La idea es que cuando termina la boheme llega el momento en el que Rodolfo tiene que aceptar o no la muerte de Mimi.
Rodolfo no la acepta y toda la acción se desarrolla a partir de este justo momento, con las escenas de Mimi como recuerdos de Rodolfo. Hay también en estos recuerdos escenas completamente tradicionales con la escenografía clásica de la Boheme de Oslo que se representó durante muchos años, aunque de repente se truncan inesperadamente estos recuerdos en un momento bastante impactante de choque con la realidad.
Evidentemente es una propuesta no apta para todos los públicos y que es imposible que pueda ser aceptada por un aficionado que tenga mínimos reparos a las dramaturgias paralelas.
En el siglo XIX se le llegó a recriminar a Wagner, el propio compositor, que en una de sus escenografías de Tannhäuser, admitiera una catedral que no era exactamente del estilo arquitectónico que imperaba en el año en el que transcurría la acción del libreto.
En una traviata de Masini en el Real se montó un escándalo porque el tenor entró en el segundo acto con un abrigo, lo que no se correspondía con la estación. Además portaba una escopeta moderna que no existía en los tiempos en que se desarrollaba la acción. Se montó un gran revuelo.
Años más tarde Cosima tildó de loco a Adolphe Appia cuando le presentó unos bocetos de escenografías que estilizaban los decorados tradicionales de telones pintados que se usaron en tiempos de Wagner.
Décadas más tarde se montó una tremenda cuando se pretendía retirar la producción de Parsifal del estreno de Bayreuth, que se caía a pedazos, hasta que todo el mundo se tuvo que callar al recomendar Hitler a Winifred para tal fin a Alfred Doller, el escenógrafo que había hecho los decorados del estreno de Parsifal en Viena y que Hitler había presentado.
Años más tarde los asistentes a Bayreuth entraron en enormes disputas al presentar Wieland en escena los postulados de Appia.
Años más tarde escándalo sonado con la mayoría de los asistentes en contra cuando apareció la puesta en escena del anillo a cargo de Patrice Chéreau. Hoy en cambio se admite mayoritariamente, al menos parte de esta escenografía, como la alabada por muchos expertos en puestas en escena wagneriana, escena de amor en el final del primer acto de Die Wälkure.
Y más o menos nos encontramos en este mismo punto. Y siempre con el mismo tema de debate: "la fidelidad al autor", excepto en el primero de los puntos, el del Tannhäuser, que va todavía más allá.
Con los años se va ganando terreno en el campo aceptado sobre la fidelidad al autor. Pocos aficionados hoy se inclinan por una absoluta literalidad. Tradición contra vanguardia. Es algo tan antiguo como la humanidad.
Mi opinión es que la fidelidad al autor puede limitarse al mensaje primigenio de la obra y a la hora de establecer este mensaje, puede haber muchas cuestiones subjetivas y relativas. Es cuestión de cada uno aceptar o no el trabajo de un director, pero creo que es muy difícil crear un postulado que establezca de una manera teórica las barreras que no se pueden traspasar. Cada caso hay que analizarlo en concreto.
Y este debate seguirá y seguirá y creo que es un absurdo discutirlo.
Voy a cambiar el título