Cerbero escribió:
Estimado Governeur: Los idiomas son fundamentales a la hora de ir desarrollando distintas tradiciones en el canto, y no solo hablo de técnica vocal, sino incluso de la creación, triunfo o fracaso de distintos géneros musicales a lo largo de la historia. Y, en cuanto a lo que tienen los austriacos que no tengan los italianos, insisto: cada escuela busca la mayor perfección por distintos caminos. Aunque, relacionado con su pregunta, dígame usted cuantos tenores representativos de la escuela italiana han pasado a la historia como expertos en lied. Usted sabe perfectamente lo que distingue el lied de la ópera (y ahora no hablo de posibles diferencias en el idioma). Lo mismo que un tenor de la escuela austriaca podría no ser muy convincente en un Andrea Chenier (aunque cada caso es un mundo). Por tanto, puede responderse fácilmente a sí mismo.
Usted pregunta, pero no responde a lo de Sagarmínaga. ¿Autocensura? ¿O ajenocensura?
Saludos.
Sagarmínaga me parece un crítico de lo más interesante, me gusta como escribe y su pasión por el canto. Su conocimiento de cantantes del pasado es máximo. Tengo libros suyos que son una delicia y una gran fuente de documentación. Esto no implica que en ocasiones difiera de sus opiones y que comparta con usted la importancia de aprender a cantar con un buen maestro para profundizar en la técnica de canto. Lo que no es nada sencillo de encontrar.
Respecto a lo de Guindos supongo que es un guiño humorístico que no valoro sin leer la frase en el contexto. Pero por muy descabellada que sea, una frase no hecha por tierra una larga y fructífera carrera como crítico.
Uno de los tenores primeros en destacar como gran liederista fue Nourrit, alumno de Manuel García. Creo además que con la base técnica de impostación de la escuela romántica italiana se puede cantar perfectamente un lied de Schubert si se domina el idioma y el estilo.
Hablando de tenores y de técnica de impostación exclusivamente:
El tema de las escuelas por localización tiende a la desaparición en el siglo XXI y creo que esta afirmación se puede extender a muchas artes. A principios del siglo XVII tenía sentido clasificar las escuelas de canto por localización, por ejemplo, la escuela veneciana tenía peculiaridades distintas a la escuela napolitana. Todas van desarrollándose y confluyendo en una gran escuela italiana clásica, donde incluso los mejores maestros empiezan a poder no ser italianos, pero es la misma escuela. Toda la técnica evoluciona con el repertorio y se reforma en la escuela romántica italiana, que se perfecciona a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX y se empieza a diluir en la primera mitad del XX. Esta escuela de canto deja de ser una escuela por cuestión de localización, convirtiéndose a mi entender, en un ideal de canto. Los maestros rusos que aprendieron de los grandes maestros italianos de finales del XIX enseñaron a los tenores rusos esta técnica, por lo que un maestro ruso enseñaba en ruso a cantar en ruso la técnica de impostación de la escuela romántica italiana.
El idioma que condiciona tanto el canto y el repertorio condiciona las escuelas operísticas, pero no tanto en la base de la emisión.
Por supuesto hay repertorios extremos que necesitan una matización de este ideal de canto, como puede ser cantar el repertorio más ligero que se compuso para la técnica de la escuela clásica para ser cantado hoy en los teatros de una forma "actual", o el propio de los Heldentenores, por lo que sí puede haber peculiaridades en la impostación en la escuela alemana que se alejen (en parte) de ese ideal de canto de la escuela romántica italiana y que sean útiles para afrontar un determinado repertorio.
En el principio de la enseñanza de canto se recurre a la vocalización, a las escalas con vocales donde el parámetro idioma todavía no está en juego. Puede un maestro americano enseñar a un chino el ideal de la escuela romántica italiana y puede que nos vayamos a Milán y veamos a un maestro italiano enseñar a un tenor italiano una técnica que no tenga nada que ver con la escuela italiana. De hecho he leído artículos de maestros italianos precisamente denunciando este hecho, que en la propia Italia se ha perdido las enseñanzas de la escuela romántica italiana, de ese ideal de canto.