Gracias, Loge
ZOROASTRE Tragedia Lírica de Jean-Philippe Rameau, con libreto de Louis de Cahusac estrenada en la Ópera de París el 5 de diciembre de 1749Para empezar, debo decir que hoy acabo de enterarme de que estoy haciendo esta ópera por un lapsus
. Bendito acto fallido, que ha hecho que me sumerja en esta obra que había escuchado con sumo placer pero de la que desconocía los jugosos detalles que iré exponiendo estos quince días.
La exposición la dividiré en los siguientes apartados:
- Breve reseña acerca del origen de la ópera barroca francesa, vocalidad y géneros.
- Apuntes biográficos acerca de Rameau.
- La época. La querelle des buffons
- ¿Quién fue Zoroastro?
- Presentación de la obra
- Discografía y reseñas bibliográficas.Para entrar en faena, propongo dos preguntas:
- ¿Por qué les gusta (o no les gusta) la obra lírica de Rameau?
- ¿Cuál es la obra que más les gusta de Rameau? Para abrir fuego, a la primera pregunta contestaré que mi primera aproximación a las óperas de Rameau fue con el
Hyppolyte et Aricie, por Minko y fue un flechazo. Y especialmente por su sensualidad. Uno de los motivos de mi amor por la música es el placer físico, erótico podríamos decir, que conlleva escuchar música y con Rameau lo tengo asegurado. Tanto en el tratamiento de la voz como en el de la orquesta, quedé cautivado.
Y esto conduce al segundo motivo de mi enamoramiento. Soy muy sensible al encanto tímbrico de las obras que escucho y en esto el de Dijon puede situarse, sin ningún complejo, entre los más grandes orquestadores de la historia. A veces me planteo si la economía de medios de Donizetti y Bellini en este aspecto es uno de los motivos por los que no acabo de conectar con su obra.
Por último, mi amor por la lengua francesa, que especialmente en la ópera barroca, pero también en la práctica totalidad de los operistas francesas, condiciona en gran medida la música. En definitiva, la sensualidad de la que hablaba al principio. Posteriormente fui encontrando en la música de Rameau otras virtudes, y algunos defectos, que también los tiene.
En cuanto a la segunda pregunta, aunque es difícil de contestar porque la calidad de la obra de Rameau es muy pareja, me quedó con Platée, porque aparte de sus bellezas, supone un triunfo en un apartado, la comedia, con la que es muy difícil acertar en la ópera, También por el cinismo que destila.
Espero que mi cohorte de admiradores sepa excusarme, pero seguramente no podré volver en dos o tres días para hacer algunos apuntes sobre las especificidades del barroco francés. Para hacer boca, dejo un ejemplo de la sensualidad de Rameau (y no sólo porque la Bonney se revuelque por los suelos con un traje negro muy ajustado).
Les Boreades: Un horizon serein