Ulysses escribió:
Por cierto, genial la de información que estás proporcionando sobre otros temas no menos interesantes (la antigüedad de ciertos oficios como la prostitución, exactitud o ausencia de ésta en los escritos proféticos... por nombrar dos).
Gerardo Rosvaenge escribió:
Por cierto, Tip, excelente trabajo.
Anjemmaat escribió:
Por cierto, magnífico trabajo. Me están dando ganas de darle otra oportunidad al Nabucco
Gracias. La verdad es que musicalmente poco puedo aportar que ya no se conozca, así que hay que tirar por el lado de la antropología, la historia y la exégesis.
Anjemmaat escribió:
(En Monteverdi no hay dacapos, eso llega más tarde)
Pero es que si no me quedo sin el juego de palabras.
Bueno, sigo, que luego entre semana tengo menos tiempo.
Acto II: El impío.Estamos ya en Babilonia. Abigaille se pone a rebuscar en los cajones de la habitación de su papi y encuentra un documento importante, mucho más que el código de Hammurabi. Confirma que es una bastarda, que la sucesión natural va por el lado de Fenena y se cabrea mazo. Pero como lo cortés no quita lo valiente, también recuerda aquellos días en que era una bella doncella, inocente, pura, amorosa y dulce (“Anch'io dischiuso un giorno”). Como suele ocurrir en estas ocasiones, lo bueno dura poco y la interrumpen para decirle que Fenena está liberando a los hebreos, con lo que vuelve a salir la fiera que tiene dentro. Toma el mando de las operaciones con una cabaleta con unos saltos de escala terroríficos que se ha cobrado más de una víctima vocal.
Ben io t'invenni... Anch'io dischiuso un giorno... Salgo già, por la Callas, en estudio.
Otra vez Callas pero en directo.
Ahora por Lucrecia García, una de las revelaciones de 2011.
Sólo la cabaleta, por Suliotis, la versión que más me gusta.
Mientras, Zaccaria entra en los aposentos de Fenena, esta vez para algo menos truculento que antes, e implora a Yavé en la segunda gran aria de bajo, con el acompañamiento maravilloso de la cuerda y esa nota final, mantenida hasta la falta de aliento (que me recuerda mucho, por cierto, al final de "Il balen del suo sorriso").
Vieni, o Levita!...Tu sul labbro, por Tozzi (Giorgio, no Umberto)
Tancredi Pasero.Los hebreos aprovechan para volver a increpar a Ismaele, supongo que no sólo por haberles traicionado sino… ¡por haberlo hecho gratis!
Algo que no se había visto nunca en la zona.
Il maledetto non ha fratelli. Ismaele es Bruno Beccaria.
(Lo que me ha costado encontrar un tenor digno, hay cada cosa por ahí...)Se produce una gran confusión, porque en el programa
Ay, Ba! ... ¡Ay, Ba! ... Ay, babilonio que marea, - una especie de
Sálvame de la época- dicen que Nabucco ha muerto y ahora manda su hija Abigaille, que se va cargar a todo cristiano. Bueno, a todo hebreo. Pero el Rey llama al teléfono de aludidos y luego se presenta, desmintiendo tales informaciones. Se produce un intercambio de insultos y gritos entre este y Zaccaria, que si te arrodillas ahora mismo, que si mejor morir de pie que vivir de rodillas, que si yo soy más grande que tu Dios, que si eres un chulo y torres más altas han caído..., en fin, que al final Yavé se harta de tanto rollo y manda un rayo y un par de truenos que dejan grogui a Nabuccodonosor (el hombre no estaba habituado a estos fenómenos en pleno desierto). Se le cae la corona aunque no los anillos y empieza a enloquecer, momento que ve propicio Abigaille para quitarle la corona y sucederle. Y además, como Fenena es un poco pánfila y encima se ha hecho judía, no se entera.
S'appressan gl'istanti, con Bruson, Dimitrova, Burchuladze, Beccaria, Pierotti, Luperi.
Chi mi toglie il regio scettro?, final del acto II, continuación del vídeo anterior.