http://www.ilgiornale.it/news/interni/l ... 81716.html

El crítico no es que sea un santo, pero la actitud es impresentable.

Desgraciadamente no es la primera, ni la segunda vez que pasa algo semejante. Debería respetarse la libertad de expresión, pero no se hace porque hay una serie de intereses por detrás: discográficas, agentes artísticos, intendentes. Pero como sucede con casi todo. Hay ciertas cosas que no está bien visto que se digan, y si uno las dice reiteradamente, tarjeta amarilla primero, tarjeta amarilla después, y en un determinado momento pues tarjeta roja. ¿Es una vergüenza que no se respete la opinión de una persona solo porque a otra le molesta? Pues por supuesto que sí, pero por desgracia es así a día de hoy. Y lo peor de todo es que, ya sin salir de este foro, habrá a quien le parezca lo lógico, que en la ópera "el que manda, manda", y los que no, como diría un reconocido entrenador "que la chupen, y que la sigan chupando", con perdón de las damas

A mí no me sorprende.

Se ve que te va el fútbol.
Así tenéis al Dépor.

¿A la Ricura le ha ocurrido algo similar?
¿Algún teatro le ha prohibido la entrada?
Es que parece que el tema le llega al alma…

La historia, tal como se cuenta en ese artículo de Il Giornale, no es la misma que he leído en el blog de Lebrecht. Dejo el enlace:

http://www.artsjournal.com/slippeddisc/2013/02/stupido-la-scala-bans-senior-corriere-critic-over-homosexual-wagner.html

Al parecer lo que ha decidido Lissner es no seguir entregando entradas gratis a Isotta, es decir, este señor puede seguir acudiendo a La Scala, pero pagándose (él o el periódico) su entrada. Hasta aquí no me parece criticable.

Ahora bien, por parte de Lissner me parece un paso en falso si es cierto que llamó al periódico pidiendo la cabeza del crítico.

Y sobre todo, por parte del periódico me parece inexplicable que después del comentario sobre el Wagner homosexual no se haya adoptado ninguna otra acción más que apoyar al autor de semejante frase: "Harding ne ha dato un’esecuzione così morbida da far pensare che voglia sostenere la tesi, nulla in radice, di un Wagner omosessuale". Simplemente insultante e inaceptable, por la manera de pensar que trasluce.

O más bien que inexplicable, me parece que dice muchas cosas sobre la manera de pensar todavía hoy en Italia.

1. En Italia, como en nuestro país, quiero pensar que existe una cosa que se llama libertad de expresión. A un crítico le paga un medio por dar SU opinión (libre) sobre lo que ve, y sobre lo que piensa. Un intendente (o un cantante, o un director, o un agente) no puede (o sea, sí puede, porque lo está haciendo, pero no debería poder, porque es una rabieta y una falta de ética aplastante) decidir que deja de proporcionar un pase de prensa a un medio solo porque no le gusta la opinión (que isisto, es LIBRE) de un crítico, sobre algo que además en este caso tiene que ver con su gestión solo indirectamente. ¿Que el comentario del periodista es zafio como él solo? Pues posiblemente. Pero, como bien dice Risto Mejide, a veces hay que molestar y a veces hay que provocar. Si Lissner entra al trapo, es su problema y no el del crítico. Porque si a un intendente, agente, cantante... lo que sea, no le gusta lo que escribe un crítico, pues en principio debería ser "ajo y agua". Está visto que, como tantas otras cosas en este país, no es, pero debería ser así.
2. No se preocupen, que Lissner, insisto, no sería ni la primera, ni la segunda, ni la tercera... persona que contacta con un medio para pedir la cabeza del crítico en bandeja de plata. Y a veces hasta te la podrán dar, según cómo funcione el medio supongo.
Da asco, pero es lo que hay. La ópera se mueve por intereses creados, como todo. Y los que mandan mandan. Para desahogar, en principio, pues ya están los foros. Y a veces, ni eso, porque a alguien puede no gustarle lo que una persona escriba en un foro bajo seudónimo, y allá que te puedes ir tambien ...
Libertad de expresión, en este país (como en Italia, que es bastante parecido), pues la justita . Lo mejor es ser condescendiente y procurar no meterse nunca con nadie. Entonces todo precioso, como en el cuento de Blancanieves.

Está usted hecho el Edward R. Murrow de la ópera, Fonseca.

No hay ninguna obligación por parte de los teatros de dar pase de prensa a los críticos. Lo más ético es que se suprimieran todos. En el fondo es una práctica habitual que menoscaba la independencia en la opinión.

Joer, pues esa expresión del Sr. Isotta sustituyendo homosexual por metrosexual hubiera venido que ni pintada al Parsifal que vimos en el Real... De hecho es la que yo utilicé en este foro. Algo que debe observar cualquiera que escribe en un medio público es intentar no ofender a nadie, ni utilizar expresiones propias de la charla de bar posterior a la función.

Dicho esto, la actitud de Lissner es inadmisible, pero muy habitual. Como digo siempre, lo mejor para poder hacer críticas libres, imparciales y sin ningún condicionante, es no vivir de ello y si tiene uno que pagarse las entradas, se las paga, algo que no debería ser problema si se ama verdaderamente la ópera.

En La Scala ya ha habido episodios parecidos como el intento de cerrar el loggione (creo recordar que a propósito de unas protestas a Katia Ricciarelli).

En principio no es incompatible ser un crítico profesional con la independencia. A un crítico profesional le podría pagar la entrada el medio que le paga y no tener acercamientos a intérpretes y direcciones artísticas. Otra cosa es que sepamos que no es lo habitual.

+1

la prensa siempre gusta cuando da jabón pero estorba cuando da cera. ha sido siempre así y no va a cambiar nunca.
que eso ocurra en La Scala es una vergüenza. no hay más términos. maquillar el hecho diciendo que si el teatro no tiene obligación de esto o aquello es eso, puro maquillaje.
aquí los intentos de censura son mucho más sibilinos. los responsables de los teatros dan entradas rematadamente malas a los críticos que no son bizcochables, y regalan oportunidades de negocio (vía charlas, conferencias, presentaciones, etc.) a aquellos que son más "flexibles" en sus apreciaciones. o te niegan el pan y la sal en forma de entrevistas rechazadas por sistema, o te responden airadamente en una rueda de prensa pública... así se las gastan nuestros honorables gestores. puro respeto a la libertad de información y opinión.
porque todo parte de una máxima cargada de soberbia: el intendente del teatro SIEMPRE tiene la razón, y los desarrapaos de la prensa son unos snobs que no tienen puta idea.

Completamente de acuerdo. Lo peor en este asunto es que a día de hoy, en una crónica de un periódico, se use el adjetivo "homosexual" de forma peyorativa. Eso ni es respetable ni tiene mucho que ver con la libertad de expresión, me parece a mi.

Aquí el problema está en si la cera o el jabón tiene relación exclusivamente con los méritos artísticos o si hay otro tipo de condicionantes detrás.

En mi opinión la culpa la tiene la prensa que es la que acepta el juego. El teatro quiere hacer su marketing y despacha sus entradas y sus contrataciones de conferencias como estima oportuno. Es en primera instancia obligación del crítico eliminar cualquier vínculo que pueda alterar su juicio.

Pero ya sabemos cómo funciona esto, en el primer día de facultad de periodismo se dice que la ética es lo primero, cuando un becario se mete a hacer unas prácticas gratuitas en un periódico se choca con la dura realidad y se acomoda en un mundo donde lo primero que se pierde son los escrúpulos.

se equivoca. la asignatura de "ética y deontología" se imparte en último curso. no es casualidad.
también le digo: muy pocas veces el crítico operístico ha pasado por una facultad de periodismo.