Sutherliano escribió:
Jane escribió:
Estamos que no nos queremos enterar, eh?
Que da igual lo que ellos pensaran (los estudios de ahora dicen que sus ideas sobre cómo era la tragedia de la Grecia antigua eran erróneas y que, aunque había coros, la representación era esencialmente hablada), que lo que se inventó entonces fue una MÚSICA nueva, revolucionaria respecto a todo lo precedente. Que todo lo otro ya estaba "inventado"...
Yo me quiero enterar de todo lo que no conozco, mis ansias de conocimiento son mayores que las de Reed Richards. Sobre todo cuando se explica con la amabilidad y tacto de las que suele hacer gala Jane.
Por ejemplo, he aprendido una cosa nueva:
Que da igual lo que ellos (los autores)
pensaran; pues nada, espero que no se queje cuando una puesta en escena no respete lo que compositor y libretista realizaron; total, da igual lo que ellos pensaran...
A ver si explico mejor lo que quise decir, es como si estuviéramos examinando un cuadro antiguo maravilloso que supusiera además una revolución pictórica y representara una imagen del mundo equivocada, como unos dragones, o el fin de la Tierra cuando se creía que era plana, etc. Lo que importa es el valor del cuadro como obra, no el motivo del mismo.
Qué importa que en la tragedia griega no cantasen una m..... por lo que recientemente se sostiene, si sirvió para que los de la Camerata Florentina creasen una música nueva que dio lugar a la ópera creyendo que estaban rescatando lo que hacían los griegos, un cantar recitando o declamando.
Porque la base de la ópera es esto, un texto que se "recita"
cantando (con música), respetando las inflexiones que debería tener ese texto cuando lo dicen esos personajes. La puesta en escena (en una ocasión Delaforce dijo atinadamente "puesta en escenario") es una materialización de ello cuando la cosa se disfruta en un teatro o lugar público (antes no había otra posibilidad), y para ello hay que tirar de elementos que concretan, como los vestidos, el maquillaje, el atrezzo, etc. pero no es la esencia. Y la actuación es vocal (si estás triste o enfadado esto lo tiene que transmitir el canto, no lagrimones o ceños fruncidos, ahí la gracia de lo que estos señores crearon, que jugaban ya con dinámicas y todo, eh?) y le acompaña la música describiendo el sentimiento y la situación.
O sea, palabra y música, esa es la esencia de este invento maravilloso. Lo demás, accesorio. Que lo hace mucho más atractivo, eso está claro (bueno, al menos cuando la puesta en escena es consecuente con el libreto y con la música, ojo, que siempre hablamos de coherencia con el libreto y nos olvidamos de la coherencia con la música... fundamental por ejemplo respetar el juego de tensión-reposo musical tantas veces violado en plan salvaje sin que nos parezca importante).
En fin. Y yo es que soy seca y castiza, qué quiere, pero no me mueve el faltarle a nadie.