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 Asunto: Deforme su ópera favorita. Grupo II en pág.4
NotaPublicado: 20 Mar 2011 22:30 
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Voy recibiendo con cuentagotas las revisiones de las óperas y, para no demorar más el juego, empiezo con la primera ópera que tengo completa en el Grupo I, Tannhaüser.

Ahí van las propuestas. Aún no es tiempo de votar, así que con ir disfrutando de las visiones foreras es suficiente.

No sé muy bien si alguno se leyó las indicaciones que había hecho, pero es lo que hay...

TANNHAÜSER.

JUANETE:
Vamos a ambientar la opera en la Época actual...

Tannhäuser, Romántico poeta, vive en Madrid, con una mujer libertina, madame de uno de los lupanares mas frecuentados de Madrid, llamado Venusberg... Ella por supuesto es apodada Venus.
Las primeras escenas, en manos de un director de escena provocador, podrían pasar a la historia de la opera como las de peor gusto... ;-)
El poeta, hastiado de su vida desenfrenada, añora su juventud (estudiante de la Universidad de Valladolid). Por ello decide abandonar a Venus, y retornar a su ciudad natal.

Llegado allí le reciben sus colegas de cuadrilla, y en seguida quiere visitar a Isabel, exnovia del poeta e hija de una noble familia castellana. Cuando alcanza su finca la alegría es tanta, que el papá de Isabel decide celebrar una fiesta de bienvenida.

El resto de la historia lo conocen ustedes...
- en la fiesta, Tannhäuser no puede evitar confesar que en Madrid ha vivido en la fiesta permanente... ;-)
- la conservadora sociedad pucelana decide castigarle, y solo gracias a Isabel, el poeta salva su vida...
- como si una aparición Mariana se lo hubiera sugerido, el poeta decide ir a Santiago a ver al Papa (es año Xacobeo, y Benedicto XVI nos visita ese año) para perdonar todos los pecados de los peregrinos)
- a su vuelta, busca a Isabel, pero ésta ha fallecido del disgusto que se llevó al ver a su amigo y amor desde la infancia convertido en un crápula por la mala influencia de Madrid
- la opera termina, no sin un nuevo guiño (plagiado del Tannhäuser de Madrid): Wolfram, el mejor amigo del poeta, se va a Madrid con Venus, que había ido a Valladolid en AVE a recoger a Tannhäuser, pero que al ver a Wolfram, mas joven y apuesto que su amigo, no duda en seleccionar acompañante...

Nota: el papel del padre de Isabel lo representa un tipo de voz grave y gesto similar al del actual alcalde vallisoletano, poco querido por la mayoría de los espectadores de nuestros teatros actuales...



LOGE:

Personajes:

Enrique Tannhauser: Joven maño, socio del Real Madrid
Isabel: Secretaria del Real Zaragoza
Wolfram (Juanfran): Socio del Real Zaragoza, amigo de Enrique Tannhauser
Venus: Presidenta de una peña madridista
Hernán: Presidente de una peña zaragocista
Pastor: Pues eso, un pastor
Peñistas y aficionados del Real Zaragoza

La acción transcurre en Zaragoza, en mayo de 1995.


Acto I

Escena Primera
Interior de una peña madridista clandestina en un subterráneo del centro histórico de Zaragoza. Un tugurio medio a oscuras, con una espesa neblina formada por el humo del tabaco. Por todas partes, banderas del Real Madrid, calendarios del Real Madrid, camisetas del Real Madrid, ceniceros del Real Madrid, servilletas de papel del Real Madrid, mondadientes del Real Madrid... En fin, la parafernalia y el merchandising completo del club en veinte metros cuadrados. En la pared principal, una foto enorme de Butragueño con un altar debajo. Enfrente, un mullido sofá. Sobre el sofá, la Presidenta de la peña, a la que todos apodan “Venus” no por sus desbordantes formas, que más la asemejarían a la de Willendorf que a la de Milo, sino porque la salsa de almendras y nata le sale para empezar a untar pan y no parar. Sobre el regazo de Venus, la cabeza de Heinrich Tannhauser, Enrique para los amigos.

Enrique se lamenta porque, desde que se hizo madridista, su vida carece de emoción. Qué lata, esto de ganarlo todo. Y recuerda con añoranza los tiempos en que, siendo del Zaragoza, unas temporadas sufría por clasificarse para la UEFA, otras por no descender, otras por ascender... ¡Aquello sí que era sentir algo! Venus le recrimina esos pensamientos: “¿Es que ya no te acuerdas de cómo te trataron cuando celebraste la última Liga del Madrid? ¿Y cuando dijiste te gustaba el merengue?” Sí. Cierto. Primero dejaron de hablarle; después, le marginaron del todo. Finalmente, empezaron a aparecer merengues frente a la puerta de su casa. El se los zampaba con fruición, pero la amenaza era clara, y al final, tuvo que dejar a los zaragocistas y venirse al Buitresberg, el local que dirige Venus, donde se venera a Butragueño, Santillana, Juanito y otros.

Pero ahora, Enrique está aburrido. Ganar, ganar... Ganarlo todos y a todos... Al final, se hace monótono. “Si el problema es que te aburres -insinúa Venus-, vamos a animar esto”, y, mágicamente, aparecen cuatro esbeltas parejas que bailan un voluptuoso chotis. “¡No! ¡No! –protesta Enrique- ¡Yo quiero jotas!” Esto sí que ya escandaliza a Venus: “¿Jotas? ¿Jotas, dices? ¡Largo de aquí, paleto! ¡Y deja el carné de socio!” Y emulando a David Copperfield, le hace desaparecer por arte de birlibirloque.


Escena Segunda

Enrique aparece en un descampado de Juslibol, a las afueras de Zaragoza. Un pastor, de ésos, milenarios, con boina, zamarra, cayado, una paja en la boca y un rostro bien tostado en el que no caben más arrugas, se acerca conduciendo un rebaño de ovejas. Entre el paraje semidesértico, el calor de mayo y el polvo que levantan las ovejas, a Enrique se le hace una bola en la garganta. Pide agua al pastor, pero éste le contesta que se ha dejado el botijo en el corral. “Pruebe con aquel señor que viene por allí, a ver si él tiene algún botellín”. El señor en cuestión se va acercando con parsimonia. Enrique se frota los ojos. ¡No puede ser! Se parece... No. Sí. ¡Es él! ¡Wolfram! Su amigo de la infancia, hijo de un inmigrante, que por eso nació en Alemania y se llama Wolfram, aunque, cuando volvió aquí, como nadie sabía pronunciarlo y el chaval se corría la banda derecha que daba gusto, empezaron a llamarle Juanfran.

Wolfram-Juanfran también le ha reconocido. ¡Enrique, tú por aquí! ¡Te hacía más cerca de las Torres Kio! Los dos amigos se abrazan y rememoran los tiempos en que, con diez años, jugaban ambos en el Escalerillas. “¿Recuerdas cómo se la ponías al delantero centro, Wolfram?”, dice Enrique. “¿Y tú cómo cantabas de portero, que por eso te pusimos Tannhauser?”, contesta Juanfran. Después de la efusividad y de unos tragos de Cariñena (Wolfram nunca sale de casa sin su bota), Tannhauser le cuenta al amigo que ha vuelto para hacerse otra vez zaragocista. A Wolfram se le saltan las lágrimas: Isabel, la Secretaria del club, aún le espera. Cuando Enrique se dio de baja, el Zaragoza quedó con 19.999 socios, y nunca ha logrado recuperar los veinte mil. Cogidos del hombro, y cantando “La Virgen del Pilar diceeee...”, entran alegremente a la ciudad por el Puente de Santiago.


Acto II

Interior de la peña zaragocista Los Alifantes.

Isabel, agitada, no para de dar vueltas por el local de la peña. Lleva un amasador en la mano derecha, con el que se golpea suave y rítmicamente la palma de la izquierda. “¡Que vuelve! ¡Que Enrique regresa al club! ¡Sí, que venga, que venga, que va a saber lo que es bueno! Aquí tengo el carné que devolvió cuando se dio de baja. Se lo voy a meter...”

En ese momento, entra Hernán, el Presidente de la peña, e interrumpe los agradables proyectos de Isabel. Hernán le informa de que están a punto de llegar los representantes de todas las peñas del Zaragoza, a los que ha invitado para ensayar los cánticos de ánimo que lanzarán al cielo de París en la final de la Recopa. Aún no ha terminado de decirlo, cuando empiezan a desfilar, con gorras y banderas blanquiazules, los representantes de Los Aúpas, Komando Baturro, La Sopeta y otros, cantando: “Saludamos con gozo la noble estancia. Salud, Presidente de los Alifantes. Salud, Hernán”. Coincidiendo con el final del coro, arriban Enrique y Wolfram, y todos los presentes miran con suspicacia al primero. Pero Wolfram habla en favor de su amigo: sí, los abandonó para irse con el diablo, pero ahora está arrepentido y ha vuelto. Todos se alegran: rectificar es de sabios, pelillos a la mar, y todo eso.

Y empieza el certamen de cánticos. Uno de los presentes entona el “Oé, Zaragoza oé”; otro, el himno “El Zaragoza va a ganar”. Cuando llega el turno de Enrique, a éste sólo le sale: “De las glorias deportivas que campean por España...”. Como un solo hombre, todos los peñistas se ponen en pie. Enrique nota de pronto que sus pies ya no tocan el suelo, y que está siendo transportado por diez pares de manos, cuyos propietarios gritan enardecidos: “¡Al Ebro! ¡Al Ebro con él!”

Pero cuando van a abrir la puerta, se interpone Isabel: “¿Estáis locos? ¿Y cómo llegamos entonces a los veinte mil abonados?”. También es verdad. Bajan a Tannhauser al suelo, quitándole el polvo de las solapas, pero no saben qué hacer con él, porque muy zaragocista no se le nota. Entonces, Hernán tiene una idea: “Has cometido un crimen atroz. Te fuiste del club, y al Madrid nada menos. Ahora vuelves bajo hipócrita máscara. Te desterramos, no puedes permanecer a nuestro lado. Pero te queda un camino para conseguir la admisión. De distintos puntos de Aragón se han congregado aficionados que van a ir a París a animar al equipo en la final de la Recopa. Los más experimentados ya han partido, los muy fuguillas, no sea que hayan vendido más entradas de la cuenta y se encuentren con que no tienen sitio. Pero los jóvenes, como se han pegado toda la noche de juerga, aún están preparándose para salir con el segundo autobús. Ve con ellos, busca el hotel en que se aloja el Papá Solans. Arrodíllate ante él y ruega por su misericordia. He dicho.”

Desde el exterior del local llega el canto apagado de los aficionados que inician el viaje: “¡Oééé, Zaragoza oééé!”. Enrique, transfigurado por un rayo de esperanza, sale con rápido paso: “¡A París!”



Acto III


Escena Primera

10 de mayo de 1995, al caer de la tarde. El aparcamiento del Pabellón Príncipe Felipe. Los zaragocistas que no han podido ir a París acuden en tropel a la cancha de baloncesto, donde el Ayuntamiento ha dispuesto una pantalla gigante para poder seguir el partido de la final de la Recopa, donde el Zaragoza se enfrenta al Arsenal. Isabel está junto a la entrada “C”, intentando sin éxito vender un abono. Juanfran entra en escena: “Ya sabía que la encontraría aquí, como siempre desde que él se fue, tratando de vender el abono 20.000”. Wolfram procura animarla, pero ella, desconsolada, se retira en silencio.


Escena Segunda

Entra Enrique por el lado contrario. Viene contrito y cabizbajo. Wolfram lo reconoce con alegría y le pregunta por el viaje, pero al ver la expresión de su amigo se teme lo peor: “Dime, ¿no fuiste a París?” Y entonces empieza Tannhauser su conmovedor relato: “Sí, a París fui, y quise hacer penitencia por el camino para expiar mi crimen. Si todos los hinchas iban en autobús, yo les seguía en bicicleta de ruedines, aspirando el humo del tubo de escape. Si al llegar se alojaron en hoteles de los Campos Elíseos, yo busqué la más inmunda fonda del Barrio Latino. Si ellos comían bocatas de jamón de Teruel y longaniza de Graus, con sardinas rancias y pasta de sobre me sostuve yo.”

“¡Virgen del Pilar! ¿Y llegaste a hablar con el Papá Solans?”, vuelve a preguntar Wolfram. “Sí, ayer hablé con él. Lo encontré en la Casa de Aragón chupando desde hacía tres horas un adoquín del Pilar, uno de esos caramelos gigantes y duros como la mollera de un baturro. Todos los aficionados hincaron ante él la rodilla, y vi que a todos lanzaba adoquines como quien tira peladillas. Cuando se hubieron ido, gozosos, ma acerqué yo, y me acusé, golpeándome el pecho, de la peor de las iniquidades: de haberme pasado al madridismo.”

“Y no te perdonó”, concluye Wolfram. “Bueno, –replica Quique- ya sabes lo campechano y lo rocero que es. Me dijo: Vaya, vaya; así que has compartido el deleite de los merengues y has estado en el templo de Ramón Mendoza. Hijo, lo tuyo es muy grave, pero si mañana ganamos la final, yo perdono lo que sea.”

“¿Entonces?” –dice Wolfram, creyendo a su amigo salvado. “Entonces qué” –responde éste- “¿Pero tú me has oído? ¡Que el Zaragoza ha de ganar la Recopa para que yo me salve! ¡Antes florecería el báculo de Juan Pablo I! ¿Por dónde se va al Buitresburg, hombre?”

“Tranquilo, Enrique. Vamos a ver cómo van”, contesta con calma Wolfram, que saca un transistor y se sienta en un bordillo. En ese momento, aparece Venus por arte de magia. Mientras agita rítmicamente su oronda barriga, a su alrededor flota una docena de merengues y una cantidad similar de Copas de Europa. Venus le muestra el carné de madridista que sujeta por una esquina. Enrique tiende los brazos hacia ella, pero entonces, por el otro lado del aparcamiento, hace acto de presencia Isabel que, al verlo, agarra a Tannhauser de la cintura impidiéndole acercarse al carné.

En ésas están, tirando cada una de Tannhauser hacia un lado, cuando Wolfram canta: “¡Gol de Esnáider!”. Quique se vuelve hacia Isabel con la esperanza pintada en el rostro. Pero enseguida, Wolfram echa un jarro de agua fría: “¡Empate, y hay prórroga!”. Al oirlo, Enrique redobla sus esfuerzos por alcanzar el carné madridista, y cuando está a punto de conseguirlo, Isabel da un brinco, se lo quita de la mano a Venus (que se esfuma tan misteriosamente como ha venido) y, con un gesto que recuerda al de los lagartos de “V”, se lo traga sin masticar. Y claro, como es un carné plastificado, se atraganta y muere. Conmocionado, Tannhauser se arroja sobre ella: “¡Mi carné! ¡Mi carné! ¡Trata de expulsalo! ¡Por Dios, trata de expulsarlo!”

En ese momento, Wolfram se levanta y grita: “¡Gooool! ¡Gol de Nayim!” Desde el interior del pabellón llegan los gritos de la masa enfervorecida: “¡Milagro, milagro! ¡Qué golazo! ¡Campeones de la Recopa! ¡Aleluya, aleluya!”. Se abren las puertas del pabellón. La multitud, histérica, sale a la carrera agitando las bufandas y las banderas, y en la estampida apisonan a Tannhauser, que todavía estaba en el suelo tratando de recuperar el carné, y muere. Mientras, los hinchas cantan con la melodía del coro de peregrinos:

“!Qué gol, qué gol!
¡Qué zapatazo de Nayim!
¡Al Arsenal
hemos tumbado hoy en París!

Seaman, desesperao,
no ha podido impedir
que entre por toda la escuadra a gol
ese proyectil.

¡Aleluya! ¡Aleluya!”



DELAFORCE:


Japón, principios del siglo XVII

Tannhäuser, samurai del daimyo Wartburg, uno de los señores feudales cristianos de Japón, lleva varios meses viviendo entre los placeres que le proporciona una casa de geishas, dirigida por la cortesana Venus. Tannhäuser se siente escindido entre los deberes de su fe como cristiano, y la atracción erótica de las geishas, y pide permiso a Venus para partir. En el camino a Wartburg, encuentra a otros samurais, que se encaminan a un torneo de poesía que tendrá lugar en el castillo del señor feudal.

La hija del daimyo, Elisabeth, ama a Tannhäuser. Durante el torneo, mientras el samurai Wolfram, de acuerdo a la doctrina cristiana adoptada por su señor, declara que el amor debe ser un manantial puro, que una espiritualmente a los esposos, Tannhäuser declara que el amor no es otra cosa que el puro placer de los sentidos. Ante este desafío, el resto de samurais amenazan con sus espadas a Tannhäuser, a quién sólo Elisabeth salva de caer atravesado por sus aceros. Debe peregrinar a Nagasaki, para pedir la absolución en la principal catedral de Japón.

Elisabeth, acompañada por Wolfram, quién la ama en secreto, espera el retorno de Tannhäuser. Pero cuando ambos samurais se encuentran, Tannhäuser le comunica que no ha obtenido el perdón, y se dispone a volver a la casa de placer de Venus. En ese momento, llegan noticias de la muerte de Elisabeth, Tannhäuser se inclina ante el cadáver de la joven, y se siente invadido por su dulzura y su sacrificio, renuncia a Venus y se dispone a redimir sus pecados.

LE GOUVERNEUR
Aquí cambiamos un poco la dramaturgia.

Acto I

Nos situamos en la academia de Operación triunfo I. David Bisbal no termina de decidirse entre el amor puro de Rosa o el más sensual de Chenoa con la que ha terminado con las existencias de preservativos.

Acto II

Plató de televisión donde se desarrolla el concurso de canto. Ponen en pantalla unas imágenes que demuestran la caída en la tentación de Bisbal, todos se ponen en contra suya y quieren lincharle pero Rosa le defiende y dice que “se ha equivocao”.

Acto III

Bisbal vuelve a la academia después de ir a pedir clemencia a Monseñor Tarancón. No recibe el perdón porque en la confesión sin querer le lanza una de sus famosas patadas. Como la ópera tiene que terminar como en el libretto, todos mueren de éxtasis… adulterado.


ANGELPARSIFAL
ACTO 1 :

Se abre el telón tras la obertura. Asistimos a una fiesta con tintes orgíasticos y fetichistas en un lujoso salón, con una ventana que da vistas a la torre de Alexanderplatz en Berlín. Vemos durante la bacanal simulaciones de escenas pornográficas, sadomasoquistas, fetichistas de las más diversas materias.... Vemos como un joven fibrado masajea lascivamente los pies de Venus.

Conforme amaina la música se van retirando los bacantes y dejan la sala hecha un desastre. Sólo se quedan Venus (en picardías rojo) y Tannhauser ( con la camiseta abierta, pero con el traje marcado). Ambos discuten acaloradamente, pues él se quiere ir y ella le suplica que no se vaya. Cuando canta Venus el Geliebter Komm, se arrodilla a los pies de Tannhauser diciendole que no se vaya. Las sirenas (aquí unas jóvenes fulanas) intentan persuadirlo. Pero nada lo detiene, sumiendo a Venus en la desesperación.

Seguimos en Berlín, pero ahora en un bosque muy grande : el Tiergarten. Aquí aparece el pastor, que en realidad es el mote de un niño que se dedica a hacer skating con su raqueta y tiene pintas de fumeta. Mientras canta el frau holda hace gestos raperos. A lo lejos se ve venir a unos señores muy peripuestos, con uniforme : son los cantantes del Wartburg , que tienen pintas de cantar en unas bodas, pero hablan con Tannhauser, entre ellos Wolfram ,un viejo amigo del insti. Todos van al concurso de la tele, una especie de operación triunfo llamado "wartburg", donde el premio será un beso de la guapísima azafata, Elisabeth, cuyo tío es el presentador del programa.


ACTO II

La escena tiene lugar en los pasillos del plató. Elisabeth recuerda a Tannhauser, un novio de la carrera que la dejó para dedicarse al periodismo rosa, pero que al ver en una revista que estaba con una famosa actriz llamada Venus pues se deprime en el aria.

De repente llega Wolfram ,uno de los concursantes, junto a Tannhauser : ambos recuerdan viejos tiempos de la carrera : y se muestran diapositivas de Ibiza, donde seguramente tenían recuerdos. Llega el presentador, es decir el Landgrave, y habla con Elisabeth en el dúo sobre sus sentimientos.

Empieza a llegar el público del programa, y cuando Landgrave canta su monólogo emiten en el aire, y empiezan a concursar. Cada uno lo hace en el centro del plató con grandes coreografías.

Pero cuando Tannhauser canta su himno a Venus el Landgrave cancela el programa y entran los seguratas a sacar a Tannhauser, pero Elisbaeth lo impide. Se desarrolla en medio de una gran conmoción, muy parecida al orginal, el resto del acto.


ACTO III

El aeropuerto de Tempelhof, el aeropuerto fantasma de Berlín, recibiendo aún vuelos extranjeros. Elisabeth (muy demacrada e irreconocible) ha ido a la puerta de llegada esperando a que Tannhäuser regrese, acompañada de Wolfram, que la ve muy apenado. Dado que es época de peregrinaciones, hay un poster de la Virgen, ante la que Elisabeth reza. De repente sale alguien por la puerta : son los peregrinos. La decepción de Elisabeth es profunda.

Entonces se va. Y Wolfram Reflexiona. Entonces un vagabundo aparece: es Tannhauser. Y todo sucede más o menos como en el libreto de Wagner, hasta que aparece Venus, con su séquito de fulanas, con pinta de haber estado en el Caribe, por lo buenorras y morenas y la pinta tropical que llevan. Intentan convencer al caballero de Ofterdingen, pero no lo consiguen. A todo esto, mientras tanto Wolfram habla por el móvil : y es que ha avisado a los caballeros del wartburg para que vengan a por Tannhaüser.

Y eso hacen, consiguiendo espantar a Venus con sus chicas. Entonces le susurran que elisabeth a muerto, muriendo él también. Entonces, llegan los jóvenes peregrinos, cantando el perdón del caballero.

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Última edición por @lm@viv@ el 05 Abr 2011 19:12, editado 3 veces en total

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 Asunto: Re: Deforme su ópera favorita. Grupo I. Tannhaüser.
NotaPublicado: 20 Mar 2011 23:18 
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He debido ser yo el de las indicaciones. :rolling:

Me pareció entender que se trataba de hacer una propuesta para un montaje escénico de la ópera, cambiando de época y con posibilidad de una dramaturgia paralela, pero respetando el final.

Por otro lado, ahora comprendo la razón de que se tarde tanto en preparar esas "visiones foreras".

¡Qué se le va a hacer!, como dice el señor Almaviva, es lo que hay.... :P


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 Asunto: Re: Deforme su ópera favorita. Grupo I. Tannhaüser.
NotaPublicado: 20 Mar 2011 23:52 
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Ubicación: Estoy aquí (casi seguro).
¡Madre mía qué nivel el de algunos...!

No saben cuánto me alegro de haber mandado ya las mías (las del grupo II), porque así no me he condicionado por ningún estilo...

Enhorabuena a todos.

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 Asunto: Re: Deforme su ópera favorita. Grupo I. Tannhaüser.
NotaPublicado: 21 Mar 2011 1:17 
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Delaforce, su interpretación es extraordinaria :rolling:


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 Asunto: Re: Deforme su ópera favorita. Grupo I. Tannhaüser.
NotaPublicado: 21 Mar 2011 1:23 
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Pues más bien parece bastante ordinaria, si le hace a usted gracia. :o

No tenía esa intención, ya les comentaba que ahora creo entender que en las intenciones del señor Almaviva, estaba una cierta distorsión humorística de la historia. Pero, en mi redacción original, me limitaba a buscar una interpretación del libreto, cambiando la época de la acción para resaltar algún aspecto dramático. En el caso de Tännhauser, el debate interno entre la pasión y el deber, resaltados en ese entorno de guerreros japoneses convertidos al Cristianismo.

Así que no había humor en ello.

Al menos, conscientemente. :P


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 Asunto: Re: Deforme su ópera favorita. Grupo I. Tannhaüser.
NotaPublicado: 21 Mar 2011 1:29 
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Bueno, para los que no somos wagnerianos de pura ley cualquier tratamiento de las historias de Wagner no puede evitar ser algo humorístico. :twisted:

Me lo estoy pasando muy bien y el nivel es muy alto, pero esas longitudes tolstoyanas de la mayoría de las propuestas son un poco demasiado exigentes para el lector medio de foros operísticos (aunque quién soy yo para decir esto, con los mamotretos propios de Feval que me marco a veces).


Última edición por gakugeki el 21 Mar 2011 1:31, editado 1 vez en total

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 Asunto: Re: Deforme su ópera favorita. Grupo I. Tannhaüser.
NotaPublicado: 21 Mar 2011 1:30 
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Asno Ancestral
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delaforce escribió:
Pues más bien parece bastante ordinaria, si le hace a usted gracia. :o

No sé cómo entender este comentario. En todo caso, hace su interpretación todavía más hilarante. :rolling:
No digo yo que no pueda ser una visión seria y con "contenido", pero imaginarme un samurai cristiano peregrinando a una catedral después de hablar sobre el amor con la hija del daimyo (¡también cristiano!) es... maravilloso, espectacular. Brillante. :rolling: . Daría mucho material para un debate. Y no sólo como broma, que conste.


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 Asunto: Re: Deforme su ópera favorita. Grupo I. Tannhaüser.
NotaPublicado: 21 Mar 2011 1:33 
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Señor Lenz, ¿ignora usted que durante el siglo XVI y las primeras décadas del XVII hubo señores feudales cristianos en Japón, y una catedral en Nagasaki?. :shock:

Lo de "ordinaria" no era porque a usted le haga gracia, por supuesto, simplemente quería expresar que estaría lejos de ser "extraordinaria".


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 Asunto: Re: Deforme su ópera favorita. Grupo I. Tannhaüser.
NotaPublicado: 21 Mar 2011 1:36 
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:rolling:
Que estuvieran los samurais cristianos dentro de Tannhauser sí que lo ignoraba. Es que hay que decirlo todo.


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 Asunto: Re: Deforme su ópera favorita. Grupo I. Tannhaüser.
NotaPublicado: 21 Mar 2011 1:40 
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Bueno, si eso le sorprende, es que hace mucho tiempo que no va usted a la ópera... :lol:


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 Asunto: Re: Deforme su ópera favorita. Grupo I. Tannhaüser.
NotaPublicado: 21 Mar 2011 1:56 
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Para darle empaque, fuerza conceptual-anacrónica y cierto flavour de elegancia sólo añadiría a Hiroshige pintando la catedral de Nagasaki con técnica impresionista en el coro de peregrinos. Eso sí sería una regie de infarto. :rolling:


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 Asunto: Re: Deforme su ópera favorita. Grupo I. Tannhaüser.
NotaPublicado: 21 Mar 2011 10:37 
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delaforce escribió:
He debido ser yo el de las indicaciones. :rolling:


Que yo sepa, la normativa está toda aquí:

@lm@viv@ escribió:
El juego consistirá en alterar los argumentos de las óperas que yo sugiera y someter la sagaz propuesta escénica al veredicto popular. En una primera fase habrá que adaptar tres óperas y si procede una segunda, añadiré más títulos.

Se podrán cambiar situación, época, relaciones entre personajes, etc... pero el final tiene que ajustarse, básicamente, al especificado por el autor original.


Y su propuesta cumple escrupulosamente con ella. Así que no creo que lo de las indicaciones fuera por usted.


delaforce escribió:
Pues más bien parece bastante ordinaria, si le hace a usted gracia. :o

No tenía esa intención, ya les comentaba que ahora creo entender que en las intenciones del señor Almaviva, estaba una cierta distorsión humorística de la historia.


No. Eso no lo dice por ninguna parte. Entiendo que se podía hacer humorística o no. Y partiendo de esa premisa, yo también considero extraordinaria su versión porque, habiendo libertad para hacerlo de una forma o de otra, parece claro que resulta más fácil deformar en clave de humor, como hemos hecho el 80%, que de forma seria, como ha hecho usted, con gran cuidado, elegancia y rigor.

@lm@viv@: supongo que para las votaciones también habrá algún tipo de normativa, ¿no?


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 Asunto: Re: Deforme su ópera favorita. Grupo I. Tannhaüser.
NotaPublicado: 21 Mar 2011 13:27 
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 Asunto: Re: Deforme su ópera favorita. Grupo I. Tannhaüser.
NotaPublicado: 21 Mar 2011 16:49 
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Gracias a todos!
:rolling: :rolling: :rolling:

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 Asunto: Re: Deforme su ópera favorita. Grupo I. Tannhaüser.
NotaPublicado: 22 Mar 2011 2:47 
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:lol: Excepto la mía, todas son muy buenas

:rolling: Loge al leer la tuya es como si hubiese visto una representación :aplauso:


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Traducción al español por Huan Manwë para phpbb-es.com