La propia Grace Bumbry le ha respondido desde su muro de FB y muy equilibradamente.
Lo que no ha sido ni educado ni equilibrado el tono de las respuestas hacia "una vieja gloria del s. XX pero que no es nada en el XXI".
La Arena de Verona ha respondido, demasiado educadamente a la cantante quien ha roto el contrato de Traviata porque Netrebko cantaba Aida con esa pintura. Cosillas:
1. Netrebko tiene un morenazo que para mi piel lo quiero ya.
2. Monarstika ha cantado Aida con el mismo maquillaje y nadie la critica ni a Siri, quien sustituyó a Wilson cuando ésta se negó a cantar Aida con dicho maquillaje.
3. Para los EEUU tiene un significado peyorativo que no existe (o existía, a saber) en Italia.
4. La lluvia de críticas negativas que se han llevado la Bumbry o L. Price (Butterfly maquillada de blanco) es inexcusable, increíble e inadmisible.
5. Angel Blue ha rescindido unilateralmente un contrato que no le obligaba a ningún maquillaje ¿Consecuencias legales? Ni está enferma ni desconocía el maquillaje de una ópera donde NO participa.

O sea, que Otello sólo lo puede cantar un intérprete negro o, como mucho, norteafricano o indígena de Oceanía, ¿no? Lo haga éste mejor o peor... Como imagino que no propone eso (que me parece una sinrazón, aunque hoy día ya todo es posible en nombre de lo políticamente correcto), debo suponer, entonces que --para no molestar a los ofendiditos de turno-- considera lo más adecuado que, si el cantante es blanco, tengamos un Otello blanco (aunque el personaje se encuentre en la situación en que se encuentra, precisamente y en buena medida, por su condición racial). Y siguiendo su planteamiento, bastaría, en tal caso, con ponerle un polisón o un miriñaque, por ejemplo, y hacernos creer que es por eso por lo que está humillado.

Quería mostrar la respuesta pero no puedo. Angel Blue cerró su cuenta y ahí estaba la respuesta de Bumbry.
Y de Bejun Mehta, apoyándola (a Angel Blue).

Por cierto: le diré que al igual que prefiero ver a un Otello negroide (sea con un negro de verdad, o con un blanco maquillado), me quedo con una Cio-Cio-San (de piel blanca o amarillenta), como lo fuera la grandísima (y ya mencionada arriba) Leontyne Price. Cuestiones de credibilidad dramática...

También le confieso que no dejaré de ir a cualquier función por gilipolleces como ésas...

Es que de ahí, precisamente, viene toda esta mierda de lo políticamente correcto y del ofendidismo...

A Lawrence Olivier nombra Bumbry y su gran creación como "Otelo".

Usted mismo reconoce que lo verdaderamente importante no es lo que el cantante parece, sino lo que es. Si Leontyne Price era una magnífica Cio Cio San, lo sería igual sin que nadie tratara de imponerle un cambio de look para parecer una gheisa de Nagasaki.

Lo que yo creo, o más bien lo que sé, es que los registas deberían dejarse de mamarrachadas (el maquillaje racial no es la única, desde luego) y que en la Arena habrían hecho bien en no insistir en ese punto; no por lo que dijera la “ofendidita” Angel Blue, que no estaba concernida, sino por respeto a Netrebko, por más que ésta haya aceptado alegremente el juego. Ya es bastante difícil adaptarse a los vestuarios que se sacan de la manga a veces como para encima tener que jugar a ese juego innecesario de simular otra raza.

Así que un blanco tiene que hacer Otello sin maquillaje aunque no parezca moro porque si no los ofendiditos salen a relucir. Así que lo que importa es el cantante y no como se ve. Para cuando un Porgy & Bess con blancos porque no importa como se vean.

Por supuesto que los cantantes blancos pueden y deben representar Porgy and Bess; ignoro si lo hacen, pero si no lo hacen es absurdo.
El hecho de que existan cantantes de todas las características étnicas conlleva que entre ellos son intercambiables en función de sus capacidades, no de su raza. Otello puede ser un tenor negro, y en la función del día siguiente un tenor blanco; ¿alguien puede creer que al público le parecería relevante ese detalle? ¿Se volvería loco el público si en el primer acto de La Traviata aparece un Alfredo blanco y, cuando llega de visita su padre, resulta que éste es un cantante japonés? Perdonen que lo diga crudamente, pero todo eso son chorradas que por algún motivo sólo encuentran reductos de resistencia en la ópera. Estoy seguro de que constantemente en el mundo algún actor negro hace el rol de Willy Loman recreando en escena las eternas amarguras de un típico padre de familia blanco.

Atrévete a hacer eso y vas a ver lo que pasa.

https://es.euronews.com/2019/04/09/pole ... tas-negros

Y créame que me alegro y les aplaudo, aunque haya tenido que ser en un país que sigue una senda dañina en otros campos culturales. Pero alguien tiene que ser el primero en romper una regla si esta regla es absurda.

Viste la que se armó? Trata de hacer lo mismo en gringolandia.

Esto es un chiste.

Para eludir esta cláusula, Szilveszter Ókovács, director de la Ópera Nacional Húngara, pidió a los artistas que firmaran un documento en el que se identificaran como afroamericanos.

Me imagino que terminada la función se volvieron a identificar como blancoeuropeos. El grado de estupidez al que estamos llegando.

Eso mismo es lo que decía el director magiar de la producción. Pero al margen del folklore, a mí en todo caso me interesan las implicaciones legales. ¿En qué año murió Gershwin? ¿Por cuánto tiempo son válidos los derechos o privilegios de sus herederos (aunque pueda ser una fundación) en una regla que ya no tiene ningún sentido respetar?
Porque eso es lo único que a mí me parece relevante: en 1935 seguramente era muy importante crear roles líricos negros para cantantes negros, pero es que entonces prácticamente ningún negro sería admitido en las escuelas de canto ni en los teatros de EE.UU para representar los roles más prestigiosos del momento.
¿Y no les parece que el mundo de la ópera, como el mundo en general, han cambiado lo suficiente en este tiempo para empezar a hacer las cosas de otra manera? Lo contrario es perpetuar el cliché que determina qué blancos y negros seguimos siendo enemigos, que tenemos intereses forzosamente opuestos, a lo cual yo indiscutiblemente me niego.

Pero vamos a ver, ¿cómo va a ser absurda una regla (en este caso el tipo racial) que resulta fundamental para entender la psicología del personaje y el por qué actúa como lo hace? No diré yo que un negro no puede interpretar a, pongamos por caso, Nemorino --y menos aún en las puestas de escena actuales (generalmente descontextualizadas de sus épocas originales)--, ¿pero que Otello sea blanco, cuando todo su trauma y el conflicto derivado de él vienen dados, precisamente, por el sentido de inferioridad que tiene en razón de su raza? Bueno, sí, claro que se le puede pedir al espectador que haga el esfuerzo de tragarse eso, pero lo que me parece inaceptable es que la prohibición se haga por un motivo ideológico esgrimido por los censores de turno, lobbies de presión y por un motivo del todo inaceptable hoy día. ¿Racismo? ¿De verdad hay alguien que piense que en Europa (e incluso en EE.UU) que un blanco se pinte la cara de negro para cantar un rol operístico es algo insultante que se hace para burlarse de la población negra? "Amos" anda... ¿Y qué será lo próximo, si continuamos por ese camino? ¿Prohibir también cualquier referencia al problema racial en la obra de teatro original (porque ahí el tema es aún más ofensivo)?

Yo no lo veo insultante para el colectivo, ese es un argumento, si no recién inventado, afilado para esgrimirlo en los campos de lucha de ese tipo de militancia. Pero sí lo considero innecesario para el desarrollo de la ópera, de cualquier ópera, y por tanto prescindible por respeto al cantante al que le toca hacer ese rol. Y siendo una condición prescindible, se debe evitar imponerla a nadie.

Igual que al público, por suerte al europeo en general, le da igual como tenga el cutis de moreno un Otello, hay que convencer y demostrar a los militantes de turno de que, si los cantantes negros pueden hacer cualquier rol del repertorio operístico, la contrapartida lógica es que los cantantes blancos también pueden, incluyendo Porgy and Bess.