Domingo tiene todos los récords posibles en cuanto a número de óperas cantadas y grabadas, frente a tod@s l@s cantantes, desde que hay registros, tanto en vivo en estudio. Tiene 7 grammys: 4 de ópera, 1 como mejor solista vocal clásico, 1 como mejor álbum mexicano americano y 1 como mejor álbum pop latino. Ha hecho películas de Tosca, de Carmen, de Otello, de Pagliacci, de Cavalleria y de lo que ustedes quieran. Y es multimillonario y accionista de las discográficas más importantes. ¿Quién da más?

Bueno, bueno, si sumamos a la ópera Fidelio, versión definitiva de la originaria Leonore, un buen puñado de canciones, la misa solemnis, la misa en do mayor, Cristo en el monte de los olivos, el último movimiento de la novena sinfonía, la cantata de en honor de Jose II, la otra cantata que tampoco tiene número de opus... Hay más para cantar en Beethoven de lo que parece...

Plácido Domingo, Nicolai Gedda y Dietrich Fischer-Dieskau son los cantantes con más grabaciones. Probablemente Domingo les gane a todos, ya que ha grabado boleros, copla, canción melódica, Zarzuela... de todo... pero no estoy seguro.

No sé que sería de la historia de la música sin esa obras.



En número de grabaciones, seguro, pero no en tipo de repertorio. No me quiero ni imaginar a Domingo cantando los ciclos de Brahms, Schubert, Schumann. Por otra parte, Fischer-Dieskau no le hizo ascos a la música de su tiempo, se entiende a que tipo de música estoy haciendo referencia, Hindemith, Bartok, Henze, Berg, Britten, Reimann, Schoenberg, Shostakovich,...

No den ideas a Domingo, que le veo ensayando para cantar esos ciclos...

A ver si le puedo aconsejar grabar, por ejemplo, Dialogues, Saint François y Luci Mie Traditrici. Para esta última ni siquiera es necesario saber cantar, así que con Sciarrino y similares puede estar en los escenarios unas cuantas temporadas más.

Es "Luci mie traditrici", y además de cantar, se necesita ser un buen músico. En ese aspecto concreto, Domingo no tendría problemas.

El Cristo en el Monte de los Olivos, sí lo grabó. Aquí lo estoy viendo en mi estantería.

Domingo, de nuevo, en los medios. Y esta vez no por su vida privada, precisamente: https://www.repubblica.it/spettacoli/teatro-danza/2022/08/30/news/placido_domingo_arena_verona_orchestra-363478249/.

No niego que haya razones artísticas objetivas para justificar estas críticas aparecidas en los medios italianos, pero el hecho de que provengan de un sindicato y, sobre todo, de organizaciones feministas --claramente politizados-- invita a ser cauteloso con todo lo ocurrido. Por otro lado, cuando se ven los vídeos --donde se oye al público aplaudiendo satisfecho-- , uno se pregunta si, acaso, habrá algo más que meros argumentos artísticos tras las críticas de esos grupos.

En fin, Serafín... Sea por una razón, sea por otra, lo cierto es que el final de la carrera de Domingo está resultando demasiado triste y tan excesiva como lo fue en los mejores años...

El día que temimos que llegara los más mitómanos y dominguistas parece haber llegado.

Pero algo me dice que pese a eso, Domingo seguirá hasta que un impedimento físico le frene en seco. En fin, posiblemente la última vez que lo hayamos visto en Madrid haya sido el mes pasado...

¿De verdad estuvo tan mal Domingo o son ganas de hacer leña del árbol caído? Porque esto último sería una actitud despreciable, sobre todo en artistas, pero a la vez es tan humano…

En la gala de este año, leí que se le olvidaba la letra en la selección de Aida y en la escena de Macbeth, por lo que llaman un bajonazo de voz, debió entrar en escena otro tenor a terminar la faena.

En lo que atañe a la dirección de la Turandot, en las dimensiones mastodónticas de La Arena, todo debe estar afinado como un reloj y según parece las entradas e indicaciones a algunas secciones, en algún momento generaron caos.

En el ranking de la Lírica debe estar más o menos como Venus en el de tenistas...

Pues siendo así, mejor será que se retire.
O que organice él mismo eventos para reunir a sus fans, como F.F. Jenkins

Yo creo que Domingo se reserva para su último gran acontecimiento: morir sobre el escenario.