Bueno, digamos claramente que en las óperas de Verdi, las personalidades complejas y que con sus diferencias definen cada ópera no son los tenores, que como personajes son ciertamente arquetípicos. En este sentido Otelo también es una anomalía (porque teniendo algo de muchos de sus antecesores, no se parece a ninguno).

De ahí que en Bergonzi domine fácilmente el concepto global sobre el de cada papel.

Quizá por ello no existan muchos tenores (por ser generosos) que hayan sabido exprimir completamente ese personaje.
De nuevo, Vickers.



En este hilo sólo dejo entrar con zapatillas, así que no te me escondas...

Yo creo que es perceptible en el Radamès de Bergonzi mucha mayor generosidad y amplitud que en Riccardo. En "Ballo" nunca se permitía esas expansiones (ni siquiera cuando podía pedirse un poco más de abandono, esto es, en el duettone).

Yo creo que lo buscó y lo encontró. Si seguimos con el ejemplo de Riccardo, las dos grandes referencias en el rol eran Bjorling y Gigli. Si comparamos el Di tu se fedele el primero no logra el encanto bonachón del personaje, y Gigli se pasa un poco con los ataques guturales y los golpes. Bergonzi (más heredero de Gigli de lo que se suele reconocer) juega en el filo de la expresividad verdiana, colorea, relaja la emisión y consigue transmitir en tres minutos TODO un personaje. Por eso me cuesta aceptar lo de lenguaje verdiano genérico, aunque os entiendo. De todos modos, Gino tiene razón, tampoco es que los tenores verdianos tengan muchas hormigas blancas

Pero vamos, que no me quiero liar mucho con esto, por no desviar y personalizar (en Bergonzi) la discusión.

Vivan las zapatillas

En cuanto a al cuestión de fondo, yo creo que es constatable que quien posee menos facilidad suele pensarse más las cosas antes de pasar a la acción.

Flooderos todos ya. Quiero entrar en tu hilo con zapatillas, que no me miren mal al pasar...

No lo tengo tan claro. Para pensar hay que saber de qué está hecha la ópera, para saber de qué está hecha la ópera hay que haberse desgastado las suelas en los escenarios y para desgastarse las suelas en los escenarios hay que valer. Ergo el que no vale, no piensa (o igual piensa mucho pero no nos lleagmos a enterar).

Yo creo que el problema es más el del ego del divo. Conseguir que se renuncie al efectismo del Vicino al sol, del Enzo adorato, del Vincerò, del Pensier, del Insiem, del Esultate, del Vittoria, por tomarse el trabajo de concebir personalmente al rol. That if you want rice, Kathleen.

concepto es el legado poulenciano de Denise Duval
concepto eres tú.

somos concepto!

¡La Azucena de Barbieri!

Y de las poquitas que tenía voz para Azucena y no sopranos cortas, falcon y demás.

Desde luego, ¡anda que no se nota! Graves chulos, chulos.

Sí, chulos, chulos... uterinos, más bien.

Bueno, a veces hay que hacer cosillas para conseguir rotundidad. El problema sería no saber salir del útero cuando te esperan arriba.

A Barbieri le reconozco ciertos medios, pero a veces son mayores las limitaciones (por arriba a veces escandalosas) y las formas un tanto básicas, por ser generoso con ella.

Te recomiendo que pidas cita con Tunner.