Alucinante versión de una de las óperas más inspiradas de Händel. Qué musica! Y me encanta Ariodante como héroe paradito y doliente. Del reparto me ha sorprendido una estupenda
Lynne Dawson como Ginevra, una voz limpia, muy bien emitida, de coloratura fácil. El resto no me han sorprendido, para bien y para mal.
Cangemi debería haber seguido siendo la pizpireta segundona para siempre. Aquí mantiene todavía la homogeneidad de la voz, los modos controlados (¿cuándo le poseyó a esta mujer el espíritu de Adriana Lecouvreur?) y una coloratura muy buena, en su aria de furore del último acto.
En el trío viril,
Podles hace un Polinesso fiero, de enooorme presencia, pero su mastodóntica vocalidad no me hace olvidar la afonía del timbre en las notas centrales, y su tendencia a colocar una nota en cada caverna. La dicción podría ser más clara.
Von Otter sí que me parece un Ariodante espectacular. La voz es la que es, realmente mal emitida en el centro-grave, y sólo cuando se libera deja ver un bello y pulido material de soprano. Pero es una enorme cantante, el fraseo siempre detallista, a veces demasiado cerebral, pero siempre sorprendente, puro Händel. Y sobre todo, el triunfador del disco,
Richard Croft en plenitud de medios en un papel que borda, desde la escalofriante Del mio sol, a las otras dos arias de coloratura. La voz siempre fuera, con ese color tan adolescente y seductor (uno de mis timbres favoritos de todos los tiempos), el agudo un poco abierto a veces pero siempre lanzado con valentía al punto, extraordinaria coloratura y un fraseo siempre hipercomprometido. El gran tenor händeliano de los últimos tiempos.