De La Vanguardia del domingo 060305 :
ENTREVISTA al tenor Juan Diego Flórez, que actúa mañana en Barcelona "Me halaga que Pavarotti me señale como su sucesor"
LO MEJOR DE TODO "La ópera es única cuando se consigue que brote la magia de una función" LA QUEJA "Lo peor de mi oficio es la arrogancia de los directores de orquesta o escena" MARINO RODRÍGUEZ - 00:00 horas - 06/03/2005 La gran sensación de la ópera de los últimos años, el tenor peruano Juan Diego Flórez (Lima, 1973), ofrece mañana (Palau de la Música, 21 h) su primer recital en Barcelona, tras haber cantado dos veces en el Liceu, la primera en un concierto de la orquesta y coro de la Scala dirigido por Muti y la segunda en la versión de concierto de Maria Stuarda de la pasada temporada. El programa del recital, promovido por Lírica de Barcelona y en el que Flórez estará acompañado por el pianista Vincenzo Scalera, incluye arias de óperas de Mozart, Cimarrosa, Gluck, Bellini, Rossini y Donizzetti.
-Antes de acudir al conservatorio su pasión fueron el pop-rock y la música tradicional latinoamericana...
-Es cierto. De chico no tuve ningún contacto con la música clásica, pero sí con la peruana -mi papá es cantante de esta música- y con el rock y el pop. Componía mis propias canciones y actué en varios piano bares de Lima cantando un poco de todos esos géneros. Mis ganas de aprender música, canto y de tocar un instrumento me llevaron a entrar en el Conservatorio de Lima, aunque siempre con la música pop en la cabeza. Pero comencé a interesarme poco a poco por la música clásica. Entré en el Coro Nacional, comencé a desarrollar más la voz y empecé a preguntarle a mi profesor a todas horas: "¿Crees que tengo talento para ser tenor?".
-Y ahora que ya está en la elite de la ópera, ¿qué opina del pop-rock?
-Me continúa gustando la llamada música popular. Me gusta toda la música siempre y cuando sea buena. No me importa el género.
-Su debut oficial se produce en el Festival Rossini de Pesaro en 1996, con
Matilde de Shabran,donde obtuvo ya un enorme éxito, pero ¿cuáles fueron sus primeros contactos con la ópera?
-Como dije antes, en el Conservatorio de Lima me fui inclinando poco a poco hacia el canto lírico. La ópera la comencé a descubrir donde continué mi formación, en el Curtis Institute de Filadelfia. El programa de estudios allí incluía que se hicieran óperas completas. Como no tenían otro tenor para afrontar ciertas obras, pues las cantaba yo todas. Esto me dio una muy buena dosis de experiencia, que me sirvió muchís imo para mi debut profesional.
-¿Qué es lo que más estima del mundo de la ópera? ¿Y lo que más odia?
-Lo que me encanta es la magia de la función. La ópera es algo único cuando esa magia brota, lo que no siempre ocurre. Esa magia, cuando está allí, la siente el público, la percibe la orquesta, los cantantes... Lo que más odio es cuando algún director de orquesta o de escena se comporta con arrogancia. En ese caso el trabajo es imposible.
-El 95% de los cantantes critica el trabajo de buena parte de los directores de escena actuales ¿Qué tiene usted que decir al respecto?
-Yo he tenido suerte con el 90% de los directores de escena con los que me ha tocado trabajar hasta hoy. En el repertorio que yo hago no se llevan a cabo tantas barbaridades en los montajes.
-No pocos le definen como el mejor cantante belcantista de la actualidad o el tenor del siglo XXI. ¿Cree usted que exageran?
-Sí.
-Pero Pavarotti le señala como su sucesor y otros dicen que es el sucesor de Kraus. ¿Se identifica con ellos?
-Me halagan mucho esas declaraciones. Ambos son mis ídolos. El cantante con quien más me identifico es Kraus, pues yo también soy lírico ligero -aunque nuestro repertorio difiere un poco- y siempre he admirado su línea de canto y su elegancia, su voz timbrada y siempre alta. Admiro también el respeto que tuvo por la profesión. Pavarotti es un lírico pleno, su repertorio es diferente, pero ha sido una de las voces más bellas del siglo pasado, si no la más bella.
-De pocos cantantes se dicen hoy en día tantos elogios. ¿Qué se siente más: abrumado, feliz, temeroso...?
-Trato de no creerme demasiado los elogios; soy muy perfeccionista, nunca estoy contento. Esta cualidad -o defecto- me ayuda a mantenerme con los pies en la tierra.
-Terminará su recital en Barcelona con Ah, mes amis,de La fille du régiment.Se dice que ésta es una de las arias más difíciles para tenor por sus nueve dos de pecho, pero sin embargo usted parece cantarlos con suma facilidad.
-Hace poco canté la ópera en Génova, en todas las funciones tuve que bisar el aria. Para mí el aria más difícil es otra de La fille... la del segundo acto, Pour me rapprocher...
-Junto a las arias de óperas ha incluido tres canciones peruanas, como la famosa La flor de la canela...
-Canto esos temas a mi manera. Quizá no sea la más adecuada, pues los cantantes de ópera cantamos con la voz lírica, pero yo lo hago con todo el amor por mi música. En otoño, por cierto, sacaré un disco de canciones latinoamericanas.
-En noviembre hará su primera ópera escenificada en el Liceu, Semiramide. ¿Tiene más compromisos con el teatro para próximas temporadas?
-Sí, una Cenerentola,me parece que en el 2008.
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