Supongo que un genio tiene que arriesgar y tomar caminos inesperados, aunque no lleguen a buen puerto, pero a la vez debe tener una técnica sólida para poder hacerlo.

Me creerá si le digo que a punto estuve en incluir a Schwarz? Pero tampoco lo conozco tanto.

Difícil escoger. Pero quizá de Luca es más galante en las notas pequeñas.

No busque tanto, que se puede encontrar muchas páginas de tenores que en arias puntuales superan el genio de don Enrico.

Pues sí que hay que rebuscar para encontrar a los genios, sí...

Me he reunido con el Espíritu Santo para determinar si Pasquale Amato, Battistini o Rulfo deben entrar en la Lista.

¿Y qué sabrá ése...? No tiene más que pájaros en la cabeza...

De los tres, Rulfo tengo clarísimo que es un genio.
Tanto El llano en llamas como Pedro Páramo son obras cumbre de la literatura latinoamericana

























Perdona Gino

Veo dolor.

Vaya tela, ¿no?

Ruffo ni de coña. Pero supernidecoña. Bastante tenemos en este mundo con bacterias cada vez más resistentes a los antibióticos como para hacer genio a Ruffo, con la que la lió el pollito. Mega-no, vamos.

Amato, aparte de que yo tengo un soave non son che con sus agudos, cantaba por lo general muy macrodivinamente, pero yo no diría que sus logros expresivos y su significación musical lo saquen de la liga de los barítonos que cantan macrodivinamente para hacerle un genio.

Y Battistini es un caso más complejo por la excelencia de la emisión, que resolvía en el canto toda la expresividad del discurso. Y en ese sentido, es cierto que llevó el virtuosismo hasta el umbral mismo de la genialidad, pero el problema fue que en vez de imitarle, el mundo prefirió imitar a Ruffo.

En resumen, Amato no cambió lo que significaba ser barítono de ópera, Ruffo sí pero a mal, y a Battistini, aunque pudo hacerlo (y a bien), le faltó "crear escuela". De modo que no es genio ninguno, admitiéndose Recurso de Alzada únicamente en el caso de Mattia Battistini.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Leyendo el hilo he encontrado esta joya que firmo de arriba a abajo, y que creo que vale la pena recuperar.

Se podria agnadir, pero dificilmente quitar.

Alfredo Kraus cantando "Parmi veder le lagrime", "Tombe degli avi miei", "Spirto gentil", "Lorsque l'enfant", "Porquoi me revéiller"...

Magda Olivero cantando "Amor celeste ebbrezza" y la escena de Traviata que grabó en los años 30.

Tandredi Pasero en el aria de Filippo de Don Carlo.

Gigli, Pinza y Rethberg en el terceto "Qual voluttà trascorrerer" de I Lombardi y en el de Attila.

Lauri Volpi en "Quando nascesti tu" de "Lo Schiavo".
Gedda en el aria de Sobinin de "La vida por el Zar"
Kraus en "Deja la guadaña" de "Black el payaso"
Caballé en la escena final de "Il Pirata".

Muy a toro pasado, creo que tomaron por sarcasmo un comentario que hice sobrse Schipa (que "canta bonito y con mucho estilo", a lo que añadiría que interpreta extraordinariamente en el repertorio en que se mueve), y no lo era. Canta bonito, es decir, no es electrizante ni desgarrado ni pirotécnico sino bello en el sentido más positivo del término. A mí me gusta mucho. Pero me parece una voz muy limitada y con un timbre no especialmente agradable. Por eso, como genio genio al nivel de Callas o Pertile, no lo veo. Ahora, la zurra fue divertida.

Tebaldi con "La mamma morta" de 1949, o el "Ave maria-Salice" de 1954
Corelli con "E lucevan le stelle" de 1957
Rosvaenge con el "Nessun dorma" de 1942
Pertile con el "Improvviso" de 1928
Stracciari con el "Largo al factotum" de 1917
Kraus con el "Je crois entendre encore" de 1959
Ponselle con el "D'amor sull'ali rosee" de 1919
Callas con el "Sempre libera" de 1951
Björling con "Che gelida manina" de 1939
Masini con "La vita è inferno" de 1941
Wunderlich con "Ombra mai fu" de 1961 (creo)
Del Monaco con "Donna non vidi mai" de 1948

Esa selección que citaban antes está muy bien, pero parecería que cantando Puccini o verismo no se pueda alcanzar el nivel de "divinidad" reservado a otro repertorio menos "impuro".

Fabulosa versión, me gusta muchísimo, en especial el final, aunque me resisto a traicionar a Bergonzi.