MarttiT escribió:
Yo siempre aconsejo esta grabación advirtiendo, eso sí, que es el único Don Pasquale que tiene un solo cantante.
Porque lo que hace el ¿bajo? con el papel titular es de juzgado de guardia, con un ¿canto? que hoy por hoy sería motivo de motin en un teatro; ella grita como una descosida, el barítono acierta algunas notas pero... ¡ay, Tito Schipa! El amanecer, la luz, el Canto.
Es tal la diferencia entre Schipa y los demás que ni hecho adrede.
No considero que la Saraceni grite en este "Don Pasquale" y tampoco me consta que haya gritado nunca. La Saraceni cantaba muy bien. Tenía una técnica espléndida: rigurosamente "in maschera". Quizá su timbre de voz no fuera muy agraciado; quizá su voz fuera demasiado exuberante para un rol como el de Norina.
Con independencia de su forma de interpretar a "la antigua", hay que tener en cuenta que Adelaide Saraceni, en los años '30, ya es una soprano lirico-spinto; ya ha cantado con enorme éxito a Puccini: "Butterfly", "Manon" y "Bohéme". Ya ha actuado en los teatros más prestigiosos de Europa, en los que se incluyen los grandes coliseos italianos, hasta el punto que el propio Mascagni la elige para dirigirla en "L'amico Fritz", ópera esta que también interpretaría junto a Schipa. Quiere decirse que nada tenía que ver la voz de la Saraceni en 1932 con la de 1919, año de su debut como lírico-ligera en Argenta (provincia de Ferrara), con la Rosina del "Barbero", así como con sus interpretaciones de Gilda, Violetta, o Lucia, de los años sucesivos.
Se puede discutir que su voz, en 1932, fuera más ancha y más dramática de lo habitual como para afrontar el rol de Norina, pero de ahí a decir que grita creo que va un abismo.
Como es obvio, coincido completamente contigo en que el rey absoluto de este "Don Pasquale" es Schipa, pero era de dominio público que todo aquel/aquella que tuviera el valor y el honor de subirse con él a un escenario quedaría en un segundo plano, y esto... ¡en el mejor de los casos! Bueno, a mi juicio, hubo una excepción femenina en la época a la que nos referimos: Toti dal Monte. Bordaban juntos. Una partitura en sus manos se convertía en un encaje hecho con hilo de seda.