Quiero dejar una cosa clara, porque cuando se tratan estos temas tan complejos el sentido de apreciación de quienes leen a veces juega malas pasadas y suele llevar a su dueño a comportarse de modo bastante maximalista (por mucho que se quiera matizar en las intervenciones): soy un absoluto admirador de Verdi, que conste. Les aseguro que es la segunda columna --de las dos que tengo-- en que se apoya mi afición operística y reconozco, tal como ha señalado Tunner, que la ópera italiana en particular y la música en general le deben muchísimo. A lo largo de mi vida seguramente habré escuchado mucha más ópera italiana que de cualquier otro tipo y creo conocer tan bien (si no mejor) la obra de Verdi que la de Wagner (a la musical me refiero, claro, porque de la teórica el primero no tiene nada). Es decir, tengo plena consciencia del altísimo lugar que Verdi ocupa en el particular Olimpo de la historia del Arte (sección Música). Pero esa misma razón --y ello únicamente con la intención de destacar por qué Wagner debe ser considerado "algo más que un compositor", no de polemizar al respecto-- es la que me lleva a hacer afirmaciones como la de mi comentario anterior: es decir, el Arte (en general) y la Música (en particular) no han sido iguales después de haber pasado Wagner por ellos. O dicho de otro modo: la influencia de Wagner en el Arte y el pensamiento de su posteridad ha sido bastante mayor que la de cualquier otro artista a lo largo de la historia de la Humanidad. O si lo desean con mayor grado de matización y de forma menos categórica: pocos músicos han influido en su posteridad del modo en que lo ha hecho Wagner.
En el terreno estrictamente técnico-musical Gino ha señalado ya cuál fue la aportación wagneriana esencial (cromatismo, cambios armónicos, disonancias = el famoso "acorde de Tristán", etc.). Y no fue baladí, pues abrió el camino a la atonalidad y toda la música contemporánea. De ahí que yo hablara de "música", en general, y no sólo de "ópera", pues en el género de la música escénica el papel de Verdi también resultó crucial para transformar el viejo
melodramma belcantista y mantenerlo vivo y pujante hasta llegar al "irregular" relevo que hizo la
Giovane Scuola, muchos de cuyos miembros, por cierto, estuvieron profundamente influidos por los postulados teóricos y musicales wagnerianos).
Pero es que los tentáculos wagnerianos se extienden, al igual que una balsa de aceite, por todos los recovecos que podamos imaginarnos, habiendo influido poderosa y decisivamente en la Estética, la pintura, la literatura, el teatro, la dirección teatral, la crítica... Insisto: pienso que en toda la historia de la Humanidad no ha habido un músico tan influyente como Wagner. Y no creo que todo eso se deba, única o principalmente, a un factor sociológico --como ha señalado (no sin parte de razón) nuestro compañero Gakugeki--, sino que, más bien, dicho factor contribuyó a divulgar (o proclamar, si queremos utilizar un verbo más evangélico, visionario y wagneriano
) el mensaje del nuevo "dios" germano.
De todas formas, mi interés principal residía en destacar algunos motivos por los que Wagner debe ser considerado algo más que "sólo un compositor". Aunque ello no me impide sintonizar mucho más con el humanismo implícito en la obra de Verdi, antes que con la grandilocuencia mítica (¿y mística?) de la que encontramos en la de Wagner. Pero una cosa es lo que yo crea o sienta y otra, bien distinta, lo que generaciones de pensadores, teóricos e intelectuales han considerado digno de sus elucubraciones. Y cuando Wagner les ha servido de argumento para sus reflexiones, por algo será, ¡digo yo!
En definitiva, Mr. Tunner: que le compro absolutamente todo el comentario que hizo a las 16:09; no me tiene que convencer de nada. ¿Ha visto cuál es el lema que utilizo para engalanar mis comentarios? Pues eso, que si se trata de Verdi estamos de acuerdo en su grandeza
.