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San Francisco en éxtasis de Giovanni Bellini.
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Naturalmente,
Saint François d'Assise es una ópera religiosa. Como buena parte de la obra de Messiaen. En palabras del propio compositor:
Olivier Messiaen escribió:
Soy un creyente, y trato de transmitir las palabras de Dios a los no creyentes, en mi música. Este es el aspecto más noble de mi trabajo, el único del que con toda seguridad no me arrepentiré en el momento de mi muerte
Tras aceptar la propuesta de la Opera de París para componer una ópera, Messiaen barajó la posibilidad de presentar la Pasión de Cristo, pero pronto consideró que no estaba capacitado para semejante empresa, y decidió abordar en su lugar la vida de San Francisco.
En lugar de una biografía al uso, obvió casi toda refencia a los hechos externos de la vida del Santo, para concentrarse en su viaje interno hacia la Gracia. La ópera no termina con la muerte de San Francisco, sino con su resurrección.
Seguramente una de las obras más asequibles en primera escucha de Messiaen, entre las de tema religioso, sea las
Trois Petites Liturgies.
Compuesta durante la Segunda Guerra Mundial y estrenada en París tras la liberación, fue un éxito de público, y atrajo grandes alabanzas de músicos como Honegger y Poulenc, pero también fue objeto de duras críticas del sector serialista.
El texto, escrito por el propio Messian a partir de las Sagradas Escrituras, acompaña a la música y se ensambla con ella de tal manera que, cuando la pieza se ejecuta en el ambiente adecuado, se tiene la sensación de estar en presencia de Dios.
La obra está escrita para un coro de 18 voces femeninas, y tiene una exótica instrumentación, donde destaca la celesta, unas maracas y las inevitables ondas Martenot, junto al piano solista.
El primer movimiento (Dios presente en nosotros) es el más tradicional, escrito en la forma ternaria ABA, y de gran serenidad. En contraste, el segundo (Dios presente en Sí mismo) es muy animado, con cambios constantes de ritmo y un piano enloquecido. En el último movimiento, (Dios presente en todas las cosas) se retoman frases del primero y se entra en un poderoso
crescendo que termina en un largo silencio, y el maravilloso pasaje con el coro donde el tiempo parece detenerse. Vuelven los temas anteriores y se termina brillantemente en un luminoso LA mayor, utilizado también por Messiaen para cerrar el primer movimiento.
En poco más de media hora, resulta una escucha de enorme interés, y clave para adentrarse en la música de Olivier Messiaen. Podemos disfrutar de la obra en una versión radiofónica libre de derechos.
Messiaen-Trois petites liturgies de la Présence Divine