Eboli, pero mi voto tambien podría irse hacia su Amneris, su Carmen...

Que fuerte!!!

Entre Éboli y Carmen... me voy por Carmen

Tomen entubamiento y masticamiento.

http://open.spotify.com/track/15tK75DdFoJXecLyYEWR4A

Usted también me ha decepcionado, Quint.

Con todo eso y con algo más. Al igual que la testa di tenore, creo que hay un subtipo de ida de olla que es la testa di primadonna nera. Están todas chifladas, pero tienen el mismo chifle: La Price, la Arroyo, la Bumbry, la Verrett, la Norman (con matices), la Battle (ésta ya era un caso perdido)...

Y de todas ellas, creo que la Bumbry fue a la que peor le sentó.

Flipo con lo que leo sobre Bumbry, francamente.

La Bumbry de los 60 y 70 me parece, sencillamente, intachable.

¿tanto?

Tanto, sí. La tengo por una de las cantantes más orgásmicas de aquella generación. Sus medios eran una delicia, su técnica escrupulosa y sus vicios mínimos. Y como intérprete no tiene nada que envidiar a otros grandes nombres de su generación.

Así que tanto, sí.

Teniendo una idea aproximada del tipo de chifladura a la que se refiere, me parece que debemos excluir a Ms. Arroyo, una señora que tenía precisamente el problema contrario: falta de de personalidad. Además de una emisión mucho más limpia.

Se lo concedo, con Arroyo se me ha ido la mano.

Como intérprete yo sí la discuto (a Bumbry). Opino que creó un estereotipo de sí misma que fue repitiendo cada vez con peor fortuna.

Bueno, yo me inclino por decir que teniendo defectos técnicos de cierta importancia, éstos se mantenían dentro de lo asumible e incluso formaban parte del magnetismo de su voz. En cuanto a sus excesos, también iban incluidos en un conjunto de extraño atractivo.

Bueno, pero eso mismo puede decirse de decenas de cantantes. Quiero decir: es obvio que el paso del tiempo hizo mella en las facultades y en las destrezas de Bumbry, pero eso no sucedió hasta bien entrados los setenta, creo yo. La Bumbry de los sesenta es tan perfecta...

Mucho.
No creo que su decadencia reste merito a una voz que fue muy buena en un momento dado. Otra cosa es que te de por hacer con esa voz en decadencia.

No creo yo que el atractivo de Bumbry se basara precisamente en la perfección ni en sus mejores años, concebida ésta como pureza canora.
Perfecta era Stignani, para entendernos.

Carmen.

Una voz suntuosa, timbradísima, exuberante, extensa. Una de esas "fábricas de sonidones" que suponen un deleite para el espectador de teatro.
Además de intensa, arrolladora, vibrante, pero sin caer en bastedades.

Como dice Spinoza, hasta finales de los 70 (en la Abigaille de París con Milnes, ya muestra signos de decadencia) su estado vocal era irreprochable.

Para votar algo distinto, su Venus que causó impacto en Bayreuth en los primeros sesenta.