De cuando Kaufmann era muy válido.

Lo poquito que le he escuchado ha sigo en Wagner...y lo prefiero al repertorio italiano.
Por cierto. Dijo algo que tengo que estar de acuerdo al 100%. Cuando debutó Tristán y le preguntó un reportero sobre cuál era su caballero de referencia:
- ¿Tristán?
-...Ludwig Suthaus.
Cierto...¿Seré de los pocos que en la grabación de Furt se fijan más en él que en ella?

Delaforce dixit: "Joan Sutherland no tenía el temperamento artístico necesario para ser Norma. El que haya sido una de las más grandes, es un tributo al enorme talento de la diva australiana."
Frase que un servidor suscribe al 100%. Es la "Norma" vocalmente insuperada. Ninguna soprano consiguió dominar la exigente tesitura de "Norma" en el plano meramente instrumental como la australiana. Repito: ninguna. No sólo lanza dos Re sobreagudos firmísimos y de una precisión quirúrgica, sino que no hay agilidad que no pueda con ella (es de las pocas que canta el pasaje "Adalgisa fia punita, Nelle fiamme perirà, sì, perirà!" como hay que cantarlo, con trinos incluidos y respetando la escala ascendente con todas sus florituras) cantando un "casta diva" como una auténtica diosa y de una belleza fuera de lo común.
La dicción no es tan mala como se suele decir y ella no es un hielo ... es decir: que interpreta aunque sea de una manera muy superficial, muy somera. En general en las partes elegíacas - "casta diva" y dúos con Horne está mejor que en la grabación de 1984, siendo superada por ella misma en 1984 en los pasajes de más fuerza como en el trío - estupenda la declamación de "T'era il morir men danno!" o en el "vanne si" con Pavarotti y la caballé - y en el el acto II desde "Guerra, strage, sterminio." o en el "dormono entrambi" No es que cante mal en los dúos con Caballe pero están empastadas las dos "de aquella manera" y parecen que cada una va a su rollo. Con Horne el acople es total...sobre todo en el segundo dúo.
El final del "casta diva": panissimi celestial, glissando, trinos y messa di voce es un hito en la historia de la interpretación de "Norma". La voz luce un centro que aquí es hermoso - como en su "Semirámide" - y nada opaco o con la veladura del centro que presenta su Margarita del "Faust" con Corelli...Desde luego, para un sutherlandiano como yo, son en los años sesenta donde encontramos lo mejor de esta soprano. No sería expresiva pero si emocionante el verla en directo.

Horne con mejor dicción que Sutherland, consigue hacer de su Adalgisa un monumento vocal - cantada en tesitura orginal - e interpretativamente interesante. John Alexander y Richard Cross ¿cantan menos bien que Domingo y Raimondi? yo no lo tengo tan seguro....de hecho, me parece el Pollione de Alexander muy muy interesante.

Curiosa portada donde no aparece el nombre de ningún cantante. Por otro lado, una ópera de escucha agradable sin mayores pretensiones.

Una ópera de primeros de este siglo que no es sino una nueva versión del Falstaff shakesperiano. Obra breve, de apenas hora y cuarto, es muy fácil de escuchar y tiene pinta de que en escena ganaría mucho.

Ópera más para ver que para oír y que, sin embargo, siempre me resulta atractiva.

Y que disfrutamos en marzo de 2020, una semana antes del confinamiento. En vivo se me hizo muy disfrutable.

Se acercan las funciones de Los Maestros Cantores en el Real, y a modo de preparación me he puesto con la conocida, aunque no muy exitosa producción de Wolfgang Wagner y Daniel Barenboim en Bayreuth, editada en vídeo y en CD en 1999.

Estrenada en 1996, se trató de la última producción que Wolfgang Wagner escenificó para el festival. Si de su Parsifal de 1989 (filmado en 1998), Frederic Spotts dijo en su famoso libro que dejaba al descubierto la pobreza de ideas de Wolfgang, no me imagino qué podría haber dicho de estos Maestros de reducidísima escenografía. Comparada con sus propios Maestros de 1984, que es un clásico y uno de los favoritos de los wagnerianos más ortodoxos, esta producción es fea, aburrida y completamente insulsa, pese a sus momentos de belleza plástica; incluso me parecen menos interesantes que los de su hija Katharina en 2008, producción que sustituyó a esta. La producción consiste de un enorme panel de pantallas de televisión que proyectan distintas imágenes, con una reducida plataforma escénica, con unas pocas gradas, a modo de anfiteatro. En el primer acto, en las pantallas se proyectan imágenes de pinturas medievales de maestros cantores, con una iluminación azulada, como si fuesen las vidrieras de una iglesia gótica. En el segundo acto, las pantallas reflejan los tejados de la ciudad, desde una perspectiva torcida, y el decorado son dos casas enormes y torcidas, que junto a la pantalla parecen hacer un guiño al expresionismo. El primer cuadro del tercer acto, muestra un pequeño habitáculo con solo una mesa y dos sillas, el taller de Sachs, mientras de fondo se ve una ilustración de los tejados de Núremberg. Lo mejor, aunque a años luz de su exitosa versión de los 80, es la gran escena final, donde las pantallas reflejan los árboles del bosque, o más bien sus hojas verdes, mientras en escena vuelve el pequeño anfiteatro, ahora con coloridos trajes y danzas. Una vez más, Beckmesser no se va, sino que se queda en escena, pero no parece dispuesto a la reconciliación aunque Sachs le anime a ello, mientras coloca la corona de laurel sobre el emblema del Sacro Imperio Romano Germánico y cae el telón. Si las imágenes no prometen mucho, tampoco el atrezzo: los muebles parecen de IKEA y el vestuario de Jorge Jara aunque es convencional, hace guiños a la extrema sencillez, como si faltara el presupuesto: los bellos trajes del tercer acto contrastan con el simple y atemporal vestuario de Stolzing en la primera parte del tercer acto.

Daniel Barenboim dirigía en la colina verde por última vez en 1999. Al mismo tiempo que su legendario Tristán, estos Maestros suenan convencionales, como si el argentino, más centrado en el drama, no pudiera hacerse del todo con el espíritu costumbrista de la obra. No son sus Maestros rápidos y exultantes como los de un Solti o un Leinsdorf, pero tampoco se consiguen asentar en la filosofía y lo germano de Knappertsbusch o Karajan. Los preludios están bien dirigidos y cuentan con semejante orquesta, pero el grueso de la obra, pese a tener un espíritu alegre y la dirección no es lenta, está a camino entre el acompañamiento y lo simplemente correcto. Un año después, Christian Thielemann debutaría en Bayreuth con esta obra y su lectura de la misma sería histórica. El coro, como siempre en su excelente nivel, en unas excelentes actuaciones en la pelea del segundo acto y magníficos en el Wach Auf del tercer acto.

El extenso reparto es en general, más cumplidor que destacable. El mejor es Peter Seiffert, con su lírico y bellamente cantado Stolzing, aunque no cubra el lado heroico del personaje, que lo tiene, sino el más lírico, siendo su creación del personaje la de un joven sensible más que de porte hidalgo. Robert Holl como Sachs y Andreas Schmidt como Beckmesser no son Bernd Weikl y Hermann Prey, precisamente: Holl tiene una voz muy gutural y nasal, lo que le perjudica en sus monólogos, y el resto del canto es más bien correcto, sin más. Schmidt canta mejor y la voz tiene más cuerpo, pero le falta más comicidad, su Beckmesser es un aburrido señor alemán, en lugar de un pícaro y tramposo funcionario con dotes cómicas. Matthias Hölle es un correcto Pogner, lejos de su excelente Hunding en el Anillo del mismo Barenboim en los primeros 90. Emily Magee es una Eva físicamente muy atractiva, y actúa bien su personaje, equilibrando tanto lo cándido como astuto del mismo. Vocalmente está en su mejor momento, y canta muy bien, aunque ese timbre un poco oscuro haga una Eva más dramática que dulce, pese a su empeño escénico. Brigitta Svendén es una Magdalena tan dulce como la Eva de Magee, haciendo que ambos personajes parezcan hermanas: ambas son bellas y cantan bien, dos señoritas de bien del Núremberg renacentista. Endrik Wottrich, en esa época, yerno de Wolfgang, es un David bien cantado, aunque demasiado guapo para el inocente y cómico personaje.
Un joven Kwangchul Youn empezaba su gran carrera en esta época, cantando el rol del Sereno.

Indudablemente, se trata de la menos interesante de todas las producciones de Los Maestros Cantores que se hayan filmado en la verde colina. Si uno quiere seguir el argumento sin más, no es mala opción, pero no resiste la comparación con los clásicos Maestros de 1984, con mejor reparto y mejor puesta en escena. Hoy en día esta producción ha envejecido muy mal, y es entre coleccionistas, admiradores de Barenboim y Peter Seiffert, a quienes más pueden interesar. Hay formas y formas de hacer un montaje clásico, pero pese a su relativa belleza, aquí Wolfgang Wagner se equivocó.

Ya que estamos con el Ballo, este salido al mercado en junio de 2023. Es ciertamente una "rara avis" por la forma en que fue grabado: dos localidades y dos momentos distintos en el tiempo. De Tommaso se erige en el motor de esta tragicomedia (?) de acuerdo como la describen algunas reseñas; y tampoco entiendo que a la Ameila de nuestra Saioa la coloquen tras el Renato de Lester Lynch. El resultado general que consigue Janowski es bastante aceptable.

Thomas Adès pasa por ser hoy uno de los compositores vivos más programados y grabados. Este es uno de los ejemplos, debutó con The Powder Face y últimamente se oye hablar mucho de The Exterminating Angel, otra de sus óperas.

Grabación en directo del Festival de Aix-en-Provence, estamos ante una obra breve, de apenas hora y cuarto y que tiene un plantel aun más breve, solo tres cantantes. Es entretenida aunque con menos interés que alguna otra de este compositor.

Nunca escuché esta versión!! Siempre me quedé en la segunda grabación de "La Sonnambula" de Dame Joan Sutherland con Pavarotti y con Ghiuarov. Tal es la maestría vocal que aún en 1980 tiene La Stupenda - cuánta visión tuvo el público veneciano - en esa versión plagada de estrellas, que no me lo planteé nunca.
Toda la crítica prefiere a ésta, la segunda versión - y no les faltan razones - pero un forero aquí - ¿puede que Gino? - lamentaba que no hubieran grabado antes la pareja esta ópera, dado el nivel fantástico de ambos en la Melbourne....y es que una persona que haya escuchado las dos versiones con atención, puede apreciar las diferencias entre la Amina de 1962 y la de 1980. Si en 1980 tenemos aún a una soprano con mucho que decir en este personaje - agudos, trinos, cadencias... - ... bien visto, no aguanta comparación consigo misma. En 1962 tenemos a la más perfecta Amina desde que hay registros, ya que a las agilidades se une una voz mucho más flexible y con un legato perfecto, con unos pianisimos que en 1980 los alcanza de manera un poco trabajosa...y eso se nota. Todo en 1962 fluye con una facilidad insultante y esa misma facilidad se puede apreciar en la grabación. La dicción es moderadamente cuidada - a ratos - y la interpretación es sugerente (su voz es como un instrumento más de la orquesta que sugiere lo que la orquesta toca, como hábilmente señala Raul González Arévalo) estando mejor en la escena final desde la escena del sonambulismo que en la segunda versión, donde la voz suena ya muy madura y no con esa delicada languidez que tenía en 1962.
Monti interpreta mejor que Pavarotti, pero ahí queda todo: la voz de Monti arriba es ingrata e incluso omite agudos que daba en su grabación para la WARNER con Callas....pero su personaje es amable. Con Pavarotti se nos ofrece en su integridad lo que realmente es cantar Elvino, y modestamente creo que no es éste un personaje menor....pasa lo mismo que sucede al escuchar en su integridad al Percy de "Anna Bolena". Fernado Corena aquí....SÍ, me gusta! ejejeje. Que le voy ha hacer.
En Amina hay dos referencias - creo -: Callas como canto expresivo (1955) y Sutherland (tal vez Gruberova en 1982) como puro virtuosismo, y le daba lecciones de ésto, de pasada, a la Callas... tal es la perfección ejecutiva de su bel-canto en Amina.
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No hay soprano que tenga tantas versiones entre en el "Tope Five" como ésta: "Lucrezia Borgia" "Maria Stuarda" "Esclarmonde!" "Lakmé" "Norma I" "I Puritani I y II" "Beatrice di Tenda" "Le Roy de Lahore""Les Huguenots" "Turandot" "La Fillie..." y un largo etc: Un placer para todo fan de esta soprano.