Estamos ya en 1973 y la Gencer aún puede ofrecer - a pesar del desgaste de una intensísima carrera en teatros y con compañeros y directores de primer nivel - una lectura de la hija del Santo Padre apasionante. Para ella no hay parte de la partitura donde pueda ella cargarla de expresión, de sentido, de verdad. Un ejemplo, el tono doliente que tiene con Carreras en el dúo final en claro contraste con su duo con Alfonso. Ella es la Lucrezia Borgia, lo mismo que Norma fue Callas, de modo que si queremos sentir a Lucrezia, aún sin libreto, sólo sintiendo lo que nos transmite el canto de este animal de teatro, una palabra hay que decir: Gencer. Una pena ver esa Lucrezia con Kraus de 1979, que nunca debió de cantar, donde es indigna de una Grande del siglo XX, dado el estado comatoso de su voz. Si hubiera cantando Kraus o Aragall en esta función....Tanta inteligencia hay que tener para iniciar una carrera operística como para su finalización (más o menos pasa como en el pilotaje de un avión jeje)
Carreras cantando papeles que le van mejor que Aida o Don Carlos, o Don José, o Turiddu, o Canio, o Manrico, o Calaf, o Don Álvaro o...a su voz ¿Problema? Aragall y Kraus, que cantan mejor - sobre todo el canario - su parte. Carreras ofrece una voz de centro precioso, pasión entrega, pero no es un Gennaro muy dado a claroscuros y a sutilezas vocales.
- Fruto del desgaste vocal, puede que sea - sobre todo en el aria de salida "tranquilo ei possa" - el evitar las notas agudas en pianissimo del comienzo de su primera estrofa. Lo entiendo por otra parte, porque esta señora llevaba cantando desde el 1952, si no me equivoco.
Escuchando esta decadente pero intensa Borgia (Dallas 1973) me vino a la cabeza la Bolena de Caballe (y pensé en el contraste entre ambas encarnaciones) cantada en la Scala. En un estado vocal tan crítico como la cantada en el Liceo poco antes. Siempre dijo esta cantante, que tuvo un cierto gafe con este papel, y cierto es, puesto que los registros que hay de sus Bolenas, muestran lo que es una voz gastada, cansada, pasada.
Mi opinión sobre su encarnación de la reina inglesa es ciertamente compresiva del desgaste vocal producto de otra carrera intensa y por abordar unos papeles que estaban fuera de sus características vocales. El agudo de "infiorato" - que provocó que un asistente la llamara "bruja" (o yo al menos eso es lo que entiendo de la escucha del cd en repetidas veces) - y los pésimos agudos de su cabaletta final yo los puedo pasar por alto, puesto que a la edad, también se le sumaba en esa ocasión un cólico nefrítico y los nervios de encarnar un "papel-callas" en la Casa de las Viudas. Lo entiendo y lo comprendo. Lo que ya critico, y que es una diferencia entre esta Bolena y la Lucrezia de Gencer en Dallas, es que junto a la decadencia vocal - presente en ambas - no hay por parte de la catalana un trabajo de la expresión y un cuidado por la dicción que sí hay en la turca, con lo que como resultado tenemos a un personaje vocalmente bello cuando la partitura lo permite pero luego, y como "debe" se le suma un descuido por la dicción y una interpretación genérica, dándonos como resultado un personaje inexistente, por sus descuidos, vicios interpretativos que tanto perjudicaron algunas de sus encarnaciones en vivo. Una pena, porque material en origen tenía.
Ese es el problema de la vocalistas eximias - más o menos -: que cuando su fuerte - la vocalidad - decae, tenemos una interpretación que no aporta otro aspecto de interés, puesto que sus carencias de interiorización están en sus fases decadentes de sus carreras tan presentes como al principio. Una pena. En cantantes con una vocalidad aceptable o incluso buena, se puede jugar con el arma de la expresión y ofrecernos encarnaciones aún interesantes, parcialmente interesantes, como el caso de la
"Thaïs" de Sills con Maazel, que a pesar de que estamos en 1976, es conmovedora como lo es su "Manon" para la DG con Gedda, aunque vocalmente esté varios peldaños por abajo...o su
"Louise".