El inglés John Masefield (1878-1957) publicó en 1902 una colección de poemas sobre el mar titulada “Salt Water Ballads”. Uno de ellos es este melancólico “Sea-fever”, que probablemente sea el más conocido de su autor, tanto que se lo hacen aprender a los estudiantes ingleses de primaria:
“I must go down to the seas again, to the lonely sea and the sky,
And all I ask is a tall ship and a star to steer her by,
And the wheel's kick and the wind's song and the white sail's shaking,
And a grey mist on the sea's face and a grey dawn breaking.
I must go down to the seas again, for the call of the running tide
Is a wild call and a clear call that may not be denied;
And all I ask is a windy day with the white clouds flying,
And the flung spray and the blown spume and the seagulls crying.
I must go down to the seas again, to the vagrant gypsy life,
To the gull's way and the whale's way where the wind's like a whetted knife;
And all I ask is a merry [yarn]1 from a laughing fellow-rover,
And quiet sleep and a sweet dream when the long trick's over.”
Lo que, más o menos, viene a decir:
“He de bajar de nuevo al mar, al solitario mar y cielo,
y todo lo que pido es un barco grande y una estrella que me guíe,
y el girar del timón, y la canción del viento, y el temblor de la blanca vela,
y una bruma gris sobre el mar, y el alborear de un gris amanecer.
He de bajar de nuevo al mar, a la llamada de las continuas mareas,
una llamada salvaje y clara que no puede ser ignorada.
Y todo lo que pido es un día con viento y blancas nubes pasando,
y el rocío, y el golpe de la espuma y las gaviotas gritando.
He de bajar de nuevo al mar, a la vida errante y libre,
al camino de las gaviotas, de las ballenas, donde el viento es como un afilado cuchillo;
y todo lo que pido es una alegre historia de un risueño compañero de viaje,
y un sueño tranquilo, un dulce sueño, cuando haya terminado la tarea.”
Pues en 1913, John Ireland, riguroso contemporáneo de Masefield ya que vivió entre 1879 y 1962, le puso al poema una música en consonancia, triste y melancólica. Según Gerald Moore, Ireland la consideraba su mejor canción ya que el ritmo y el fraseo están especialmente bien adaptados a la métrica del poema de Masefield. Escuchamos esta canción interpretada por Sir Thomas Allen, barítono, y Roger Vignoles, piano.
Ireland. Sea-fever, por Thomas Allen