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Los encargos en la creación de música contemporánea
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Autor:  EM [ 12 Jun 2009 8:53 ]
Asunto:  Los encargos en la creación de música contemporánea

Estos días vengo escuchando, poquito a poco, la caja:

<center>Imagen</center>

donde se recogen diversas obras para voz y acompañamiento (no necesariamente óperas) del autor inglés. Al leer el librito que viene con la caja me he sorprendido al ver la gran cantidad de obras que compuso Britten por encargo (The Golden Vanity, Saint Nicholas, Rejoice in the Lamb,...), muchas de ellas para ceremonias de carácter religioso. Y me ha dado por reflexionar sobre el tema de los encargos en la música contemporánea.

Estas obras, compuestas por encargo, no diré que son más sencillas, pero sí que se me antojan más claras, más directas. Por un lado parecen verse favorecidas por la lenta evolución del lenguaje britteniano (en cuanto a la progresiva asimilación de técnicas, por ejemplo) y, por otro, gozan de una claridad que, a veces, no está presente en otras obras suyas, por ejemplo algunas de las óperas, donde el lenguaje se eleva y lograr la conexión requiere más esfuerzo por parte del oyente.

Además, me he estado preguntando si hoy en día (en el año 2009) hay un casi total abandono del encargo de obras al margen de teatros, orquestas sinfónicas, intérpretes solistas o conjuntos de cámara. Vamos, me refiero a los encargos para ocasiones especiales. Estaba pensando en el congreso que tuvimos en Oviedo en febrero de la Real Sociedad Matemáticas Española. Se recibió a los invitados con una pequeña recepción musical en donde se interpretaron tres obritas cortas para violín y piano (creo recordar que de Brahms y Albéniz). ¿No habría sido un momento fantástico para realizar un encargo a un compositor para que realizase una pequeña obra para esa ocasión en particular?

¿Qué creéis? ¿Está, hoy en día, prácticamente abandonada la tradición de los encargos? ¿O creéis que los encargos se realizan a otro tipo de músicos (que conectan con un lenguaje más popular)? ¿Los encargos son como la matemática aplicada que saca lo mejor de uno mismo para resolver un problema concreto y, por ello, pueden ser más comunicativos, más expresivos? ¿Realmente hay pocos encargos? Si hay pocos, ¿creéis que si hubiese más ayudaría a conectar a la sociedad con un lenguaje musical más exigente? Y al revés, ¿los compositores se verían animados a encontrar una vía de comunicación distinta con un público más numeroso? Evidentemente no me estoy refiriendo únicamente a la ópera (es difícil que salvo un teatro de ópera nadie se anime a encargar una ópera)... :?:

Autor:  Gino [ 12 Jun 2009 9:02 ]
Asunto: 

No sé si realmente le parecerá que tiene algo que ver, pero recordemos que Stravinsky sostenía que la verdadera creación libre sólo es posible cuando el autor se impone límites.

Autor:  _Sharpless_ [ 12 Jun 2009 9:13 ]
Asunto: 

No se yo si está muerto del todo el tema de los encargos. Das Gehege, la ópera de W. Rihm que yo vi en Munich hará ya casi un año, fue un encargo del director artístico de la Bayerische Staatsoper, Kent Nagano :D

Autor:  EM [ 12 Jun 2009 10:29 ]
Asunto: 

Gino escribió:
No sé si realmente le parecerá que tiene algo que ver, pero recordemos que Stravinsky sostenía que la verdadera creación libre sólo es posible cuando el autor se impone límites.


Sí, ésta es una de las grandes frases que siempre se recuerda de Stravinsky. Pero me parece que se refiere más al aspecto formal, al lenguaje que utiliza el compositor. Una paleta de colores ilimitada sería como un animal salvaje. En cambio unos límites autoimpuestos, un lenguaje más domesticado, le permitiría al creador encontrar los resquicios de su arte y, en definitiva, sacar lo mejor de sí mismo. Pero, ¿esto tendría que ver con el hecho de que la obra esté pensada como un encargo?

_Sharpless_ escribió:
No se yo si está muerto del todo el tema de los encargos. Das Gehege, la ópera de W. Rihm que yo vi en Munich hará ya casi un año, fue un encargo del director artístico de la Bayerische Staatsoper, Kent Nagano :D


No, si en el caso de la ópera está claro (muy probablemente no existirían óperas si no fuese por los encargos de los teatros, ya que el formato es muy exigente y los compositores necesitan un montón de tiempo para sacarlas adelante) pero, ¿y en el caso de formatos pequeños como el que yo comentaba arriba? Ni siquiera os hablo de una obra para cuerdas, órgano y coro compuesta, por ejemplo, para la Almudena en Madrid, sino un simple dúo para violín y piano para un acto de una Sociedad en una ciudad de provincias. ¿Es la situación en otros países también así?

Autor:  Carestini [ 12 Jun 2009 10:55 ]
Asunto: 

La Sociedad Internacional de Musicología encargó para su congreso de 2002 en Lovaina una obra a un compositor flamenco actual (siento no recordar de memoria quien era el autor, aunque sí conservo el programa), para cuarteto de cuerda y voces, sobre textos de Walt Whitman, que habían sido escogidos para que tuviesen cierta relación con los atentados del 11-S en NY. Me pareció una obra maravillosa, y muy bien interpretada. Si se quiere, yo creo que se puede. Pero siempre es más cómodo acudir a lo ya hecho, claro.

Autor:  WAM [ 12 Jun 2009 12:27 ]
Asunto: 

Yo creo que hay muchísima música contemporánea escrita por encargo. De festivales, orquestas, teatros, organismos hasta de lo más insospechado.

Este ¿domingo? pasado a mediodía iba yo en el coche escuchando en Radio Clásica una obra de Gubaidulina, estrenada en el concierto que retransmitían, y encargada, si no recuerdo mal, por ¡el Colegio de Médicos de Madrid! :?

Autor:  Stiffelio [ 12 Jun 2009 17:35 ]
Asunto: 

Estoy con WAM. Hay muchos festivales u orquestas que encargan obras. También instrumentistas o cantantes que inspiran o encargan obras para estrenarlos ellos mismos. Por último no podemos olvidarnos de los premios a nuevas composiciones que incentivan la creación sobre todo de los más jóvenes que ven así una manera de que sus obras se interpreten.

Quizá la diferencia con otras épocas es que el tipo de música del que estamos hablando ya no forma parte del gusto general. Me refiero a que en el s. XVIII la música de Mozart o sus contemporáneos era popular. Se tocaba en salones pero también en fiestas en cualquier punto de Europa. En las veladas de cualquier casa burguesa se interpretaban arreglos para piano o violín de obras famosas. Esto pasó y la música llamémosle clásica ha perdido mucho terreno en cuanto a popularidad. Por eso supongo que los encargos se restringen a instituciones culturales y no tanto a la iniciativa de un mecenas o un gobernante como en otros tiempos. Pero creo que se sigue componiendo bastante, bastante más que público tienen esos estrenos :).

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