Acabo de venir del último cocnierto de la temporada de la OSE (Orquesta sinfónica de Euskadi).
El programa era el siguiente:
1ª Parte:
-Haizea alde, estreno absoluto de Joseba Torre.
-Concierto de chelo de Edward Elgar. Solista: Daniel Müller-Schott.
2ª parte:
-Sinfonía nº 1 de Robert Schumann.
Director: Mikhail Agrest.
Sobre la obra de estreno: alguna cosa interesante, como las combinaciones de xilófono y arpa, a las que a veces se añadía el flautín. Pero a mí estas moderneces no me gustan nada.
Las sinfonías de Schumann no me entusiasman. En el programa del concierto comparaban a esta sinfonía con la 9ª de Schubert (una vrdadera joya!), pero ni de lejos tiene la frescura de aquella. Aún así es una obra que resulta interesante, y la interpretación de Agrest (que ha perdido la batuta en el 1º mov... y en vez de recogerla, en el 2º se ha sacado otra) me ha gustado.
Pero semos sinceros... yo iba a ese concierto para ver una de ls joyas chelísticas y a Müller-Schott, quizá uno de los mejores chelistas actuales.
Empecemos con una frivolidad: Estre chico posiblemente merezca aparcer en el hilo de tíos guapos, pero además por fin ha aprendido de que con su look actual (
Foto) está mucho mejor que con aquella melena recogida en una coleta.
Y vayaos a lo serio:
Nadie discute que la interpretación señera en esa joya que es el concierto de Elgar, la máxima referencia, es la de Du Pre. Insuperada hasta la fecha ni por los más grandes. El amigo Daniel lo sabe. Así que en vez de imitar lo inimitable, se ha centrado en ofrecernos su propia versión. Discutible? Pues sí, como todo. Válida? Sin duda. Que el adagio hubiera estado mejor algo más lento? Sí. Que las escalas ascencentes del prinicio y final del 1º mov. han ido demasiado lentas? También. Pero con ese uso del vibrato y del rubato, esos detalles se olvidan. Una gran interpretación, sin duda.
Al comienzo de la 2ª parte he visto que salía de camerinos y se sentaba a ver el resto del concierto un poco más atrás que yo. Y me digo "esta es la mía". Al salir, a por él, a pillar un autógrafo (una foto me mparecía demasiado cuando estábamos todos saliendo del auditorio...). Él no habla español: ténía un traductor al lado traduciéndole lo que la gente de al lado le decía en español, y aún así resultaba simpático. Quizá agradecid por todos los aplausos y bravos que se ha llevado (yo le he braveado poco paralo que han hecho otros), de hecho nos regaló 2 propinas (una de Ravel, la otra no sé).
Que vuelva pronto. Y el director también, ya puestos, que parecía muy interesante.