Alternando con Bayreuth, el volumen sinfónico de la integral de BIS, a cargo de Osmo Vänskä, con versiones alternativas que hasta ahora no había escuchado, como la del estreno de la Quinta, con cuatro movimientos. En general, me parece que todas las revisiones de Sibelius mejoran la partitura original.

La Lahti Symphony Orchestra suena impecable y la toma de sonido es excelente, aunque las lecturas quizás pequen de cierta contención y tal vez decepcionarán a los admiradores de las dos primeras sinfonías o del finale de la Quinta, por ejemplo. A mí la Tercera me ha encantado.

Por cierto, ¡que difícil me resulta siempre la Cuarta! ¿A ustedes no les pasa?

Una partitura hermética, un poco como la Cuarta de Brahms, pero en el fondo es tan intensa como la Quinta. Por ejemplo, la desolación del Largo siempre me ha parecido Tristanesca.

Eso sí, pocos han dado con el tono justo de austeridad exterior que requiere.

Les diré que comprendo el valor musicológico de registrar las versiones originales de ciertas partituras una primera vez, pero no termino de entender que se sigan grabando.

A mí la Cuarta es la que más difícil me resulta con diferencia de las sinfonías de Sibelius, mucho más que la Quinta o la Séptima (que creo que es mi favorita del ciclo) y ciertamente que la Cuarta de Brahms, aunque esta también es hermética desde luego (como casi todo Brahms, por otra parte).

De todas maneras, una escucha atenta y concentrada de la obra ofrece su recompensa. Recuerdo un concierto hace unos años dirigido por Salonen en el Palau, en el que consiguió explicar la obra con maestría. Su clima de desolación no sé si es tristanesco, pero por lo menos es terrible.

Tapiola es otro Sibelius que encuentro difícil.

De acuerdo, pero en este caso se trata de la primera grabación de la Quinta del estreno, si no estoy equivocado.

Es un consuelo.

¿La mejor versión posible?

Siempre es un placer volver a esa obra tan maravillosa que es El Martillo sin dueño . En esta ocasión, sans Boulez :

A mí me gusta mucho, pero dicen que en LP sonaba mejor.

No sé si va aquí, pero da igual. Este hombre era de otro mundo.

No, no va aquí, pero es igual, como usted dice. Y sí, afortunadamente para todos nosotros, amantes de la ópera o no, este hombre ERA de este mundo, concretamente de Las Palmas de Gran Canaria, una de las Islas Afortunadas (con más razón aún por contar ella con este prohombre entre los suyos). Otra cosa es que ya sea inmortal y su memoria imperecedera. Los que lo vimos interpretar en vivo y en directo no lo olvidaremos nunca.

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La gran Pires y su integral de las sonatas de Mozart. Un ejemplo de claridad, dicción, limpieza y, al mismo tiempo, humildad interpretativa. Loas habrá más grandes, no lo dudo, pero no menos genuinos.