Tocando las puertas del cielo
Ayer tocaba concierto fuera de abono.... bueno, lo de ser menor de 25 es un chollo, porque te hacen un 25% de descuento en el precio, así que como para fallar.
El concierto era un homenaje a Ataulfo Argenta. Yo no lo sabía, y de repente veo, esperando fuera del kursaal, un rostro familiar.... anda, yo a ese le conozco. es Fernando Argenta! Me quedé con ganas de pedirle que se hiciera una foto conmigo, pero me dió corte. Y así va a empezar el concierto, y cada vez que salía alguien, ala, a aplaudir. Y sale una chica que nos dice que se le va a dar a la familia de Ataulfo unos reconocimientos. Odón Elorza, Miren Azkarae y no sé quien más le dan a Fernando uno de parte de la quincena, y el presidente del Orfeón donostiara le da otro en nombre del Orfeón. Aplausos a porrillo. Argenta dando las gracias en Euskera. El teatro se viene abajo. Y luego se emociona y apena spuede hablar (él, cuya locuacidad a veces parece no tener límite...)
Se van. sale más gente. Aplausos. Pero si son tres empleados que van a retirar los atriles.... que ganas de hacer el pringao que tenemos!
La obra elegida para el homenaje fue "Ein Deutsches Requiem", del gran Johannes Brahms. Una obra que yo conseguí escuchar completa por primera vez hará cosa de un año, en una versión dirigida por Celibidache 8claro que ya conocía la 2ª parte, Denn alles Fleichs, en la versión de Solti. Por cierto, empleada esta parte como banda sonora de la película sueca "la belleza de las cosas"... con ese título, es que va perfecta y todo. Bueno, a lo que vamos: no es un requiem al uso. No es una obra con función religiosa, no sigue la liturgia católica. Es más una cantata sobre textos bíblicos (para ser concretos, cita del evangelio de Mateo, de los Salmos, de la 1ª carta de Pedro, del evangelio de Juan, de Isaías, de la carta a los Hebreos, dela 1ª carta a los Corintios y del Apocalipsis) que se centran bastante en un mensaje de esperanza (lejos del Dies Irae tradicional), por lo que resulta un requiem que, sin faltarle momentos de gran dramatismo (las 3 primertas partes sobre todo), muestra una gran serenidad y un mensaje de optimismo que se hace extraño en un compositor que se confesaba ateo.
La obra requiere una orquesta de considerable tamaño, coro mixto y dos solistas, soprano y bárítono.
Los solistas dieron media de cal y una y media de arena. Ofelia Sala, a quien no había escuchado, no me gustó. Los agudos no es que suenen vibrados, es que parecen trinados! Y Albert Dohmen es una voz quizá demasiado de Bajo-barítono, y tuvo problemas en su primera intervención, pero mejoró bastante en la segunda, donde estubo al nivel del resto.
La Orquesta nacional de España, dirigida por Josep Pons, estubo muy bien (aunque en algunos momentos, como el Denn alles Fleisch, sonó con poco lgato para mi gusto). Pero vamos, que e general estubo a muy alto nivel
Y qué decir del coro.... ese Orefón Donostiarra que comenzo su intervención de forma casi inaudible para de pronto ensordecer al públiso.... qué juego de dinámicas, por dios! Maravilloso. Hubo algún defectillo (los hombres llevaron bastante mal el pasaje melismático del final del Herr, lehre doch mich), pero en general brillaron lo indecible.
Al final, muchos aplausos. Para la orquesta, para los solistas.... y cuando Pons hace ponerse en pie al coro.... el etatro casi se viene abajo! Pero es que hubo alguien que no braveara en ese momento?
Función a repetir. Una obra maravillosa interpretada a un altísimo nivel. A ver si la misma orquesta brilla hoy lo mismo con Mahler...
Disculpen la chapa.
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