Una cantante que tiene que dar vida a una cantante....pero esta cantante tiene la escalofriante edad de 337 años! Esto es lo que la diferencia de la lista de roles operísticos de cantantes que se suben a un escenario ( Tosca, Ariadna, Adriana, etc.), y el haber ingerido un elixir de eterna juventud es lo que consigue la ópera de Janacek: que al salir del teatro nos formulemos si una vida eterna es realmente algo idóneo, en la misma medida que juzgamos voces, escenografía o dirección orquestal. Esta es a mi juicio la grandeza de muchas de las óperas de Janacek, y en concreto de ésta: un interesante libreto basado en una comedia de Karel Capek- que si no fuera por que sirvio como base argumental a Janacek para componer esta ópera, posiblemente nadie recordaria en la actualidad- además de un lenguaje musical distinto, complejo y dinamico, colmado de frases excelentes en los poco menos de cien minutos en los transcurre esta obra ( "llega un momento en que una se cansa de ser buena, y tambien de ser mala " a modo de ejemplo).
Yo desde luego si me plantee la duda sobre la idoneidad o no de una existencia infinita, y si con tan solo la décima parte de lo vivido por Emilia Marty uno ya se piensa que la vida, en bastantes ocasiones, resulta anodina y monotona, y que todo o casi todo ya resulta conocido por que se ha vivido, me aterraria la idea de vivir 300 años mas!
Para asumir al rol principal de " El caso Makropulos ", Emilia Marty, en esta intriga casi cinematográfica es obvio que se requiere una soprano con grandes dotes teatrales y Angela Denoke brilla sobre el escenario eclipsando por completo al resto del elenco protagonista. Como cantante esta sobresaliente, exhibiendo una linea vocal correctisima, un timbre agradable y una proyeccion de la voz impecable; como actriz que encarna a una diva de renombre resulta ideal, ayudandose de una puesta en escena, vestuario, iluminación y atrezzo que la resalta como es lógico sobre cualquier otro aspecto ( inolvidable entrada en escena en el primer acto sobre una pasarela de desfile de modelos con una replica exacta del vaporoso vestido que Marilyn Monroe lucia en "La Tentacion vive arriba" de Billy Wilder).
La escenografía de Krzysztof Warlikowski incide en el aspecto cinematografico, aprovechandose de la base argumental del libreto con un desarrollo que recuerda un film de la epoca dorada de Hollywood. Sostenida en este planteamiento por escenas de "Sunset Boulevard" de Billy Wilder y alguna escena de "King Kong" de Merian Cooper, la ópera comienza con los extraordinarios compases del preludio orquestal, que recuerda a una locomotora antigua en marcha. Sólo faltó que durante este preludio aparecieran en la pantalla los titulos de credito con la nomina de cantantes que componen esta produccion, por que el montaje cinematografico apoyado en varias escenas de "Sunset Boulevard" de Billy Wilder , o de detalles documentales sobre Marilyn Monroe despues, es totalmente acerdatidisma ( la escena de la patrulla de policia conduciendo velozmente hacia la mansion de Norma Desmond, la histrionica protagonista de "Sunset Boulevard" encarnada por la mitica Gloria Swanson, o el final del acto II de la opera que se sostiene en la pantalla con la inolvidable escena en la que la exageradisima Gloria Swanson se interpreta a si misma como diosa del celuloide en tiempos del cine mudo). El escenografo nos habla de divas, de diosas que alcanzaron la inmortalidad precisamente por morir prematuramente, M.Monroe, o de divas en el cenit de su gloria por haber envejecido ( Gloria Swanson) o por haber palidecido el arte en el que eran diosas indiscutibles ( Norma Desmond en los años del cine mudo). El vestuario se apoya tambien en este periodo, disfrazando a Angela Denoke de M.Monroe en los actos I y III o de Rita Hayworth ( con pelucon de Olvido Gara- Alaska) en el acto II.
La orquesta sonó perfectamente, bastante bien , por que la direccion del concertador, Paul Daniel, imprimia caracter y energia. El caracter inconfundible de esta partitura reside en la inquietud permanente y la zozobra nerviosa que mantiene, en los momentos de mas climax, una tension dramatica que incide en la atencion del espectador, mostrando al final de la opera una escena altamente conmovedora ,al llegar la siempre fría y áspera Emilia Marty al final de su dilatadisima existencia. Ahí es donde el compositor alcanza cotas mas altas que el dramaturgo por que la emocion de la mano de la musica a la hora de expresar sentimientos resulta mas sublime que con la expresion de la palabra.
Una excelente velada operistica, sin duda alguna, en la que en todo su conjunto, se pudo disfrutar de una excelente ópera.