Despues de distintos avatares, hicimos frente al programa doble que nos presentó anoche la Academia Barroca Europea de Ambronay, bajo la dirección de Christophe Rousset.
Ya he comentado en muchas ocasiones mi poco apego por la ópera barroca pero en cualquier caso pudimos disfrutar de una velada en la que la música, sin ser un prodigio, fue presentada con mucha sutileza e inteligencia.
"Les arts florissants" es una alegoria en la que se desarrolla en enfrentamiento entre las artes (música, pintura, escultura y arquitectura) y la paz frente a la guerra, con el triunfo de las primeras. Todos los papeles son interpretados por mujeres o contratenores excepto el guerrero de un bajo-barítono que fue lo más flojito por su inconsistencia en las notas graves.
"Acteon" es una ópera de caza muy breve en la que las ninfas, sorprendidas por el protagonista bañandose en el rio, castigan a este a transformarse en ciervo y ser víctima de su pasion por la caza.
Me parecio sustancialmente más interesante que la primera, quizás por su mayor carga dramática. Vocalmente, el conjunto era impecable, aunque el protagonista Paul Cremazy flojeo en las notas más agudas, enseñando demasiada inseguridad.
La escenografía era la misma para las dos obras: un cubo central transparente que fue rducto del guerrero en la primera y rio de las ninfas (con agua incluida) en la segunda. Rodeando al cubo, una plataforma blanca que delimitaba el escenario, recortandolo. Y en ambas óperas, el "malo" (el guerrero derrotado por la Paz y Acteon, convertido en ciervo cazado por sus compañeros ignorantes de tal situación) era suspendido en el aire en muestra del castigo. Muy simple pero muy gráfica.
La orquesta, pequeña, con apenas dos docenas de interpretes, sono de forma ejemplar. A Christophe Rousset ya tuvimos la suerte de verle en la magnífica "Alcina" de la ABAO.
Una velada que sin ser extraordinaria nos ofrecio música muy infrecuente. Ambas obras son cortas (40 y 30 minutos respectivamente) y a las 21.45 estabamos en la calle. No entrará en mi lista de veladas inolvidables, pero ¿cuantas veces tendremos la oportunidad de escuchar y ver obras de Marc Antoine Charpentier?
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