Cansado de ver tantas escenificaciones llenas de aberraciones y estupideces que no vienen a cuento, de registas necios que se quieren lanzar a la fama escandalizando y tablones negros de saldo que sirven para cualquier tipo de ópera, acabo de venir de ver el ensayo de sus Cuentos de Hoffmann en Santander y estoy maravillado.

Había visto anteriormente otra producción de la misma obra con luces sicodélicas y trajes de cuero que parecía la Guerra de las Galaxias. En esta producción del genial británico, con unos medios modestos y cuatro cositas sobre el escenario ha devuelto el espíritu de "cuento" a una obra que es eso, un cuento. La dirección de cantantes genial (especialmente Felipe Bou como maligno).

Si su Butterfly me encantó, estos Cuentos me han entusiasmado. Por ello, no entiendo las malas críticas hacia este regista y esta producción en concreto (por cierto, ante las críticas negativas también a los cantantes, yo vi: Aquiles correcto, M. J. Moreno espectacular y Bou lo borda).

Ojalá todos los demás registas se tomen un descanso y Kemp produzca todas las obras de Europa al menos durante un año...

Crónica de la primera función:

La ópera del verano ha llegado a su último destino. Después de pasar por Peralada y San Sebastián, Los Cuentos de Lindsay Kemp han llegado al fin a Santander. Mi simpatía por esta ópera viene de las últimas funciones de Bilbao, de imborrable recuerdo, por lo que temía salir muy decepcionado. Pero no. Ayer volví a disfrutar. En menor medida y a pesar de las pegas, que no son pocas, pero volví a meterme en esta preciosa historia que Jacques Offenbach decidió un día convertir en su obra más ambiciosa.

La versión elegida para la co-producción es la que menos me gusta: primero Olympia, después Antonia y por último Giulietta. Es cierto que Offenbach escribió así la ópera, pero hay cambios que son muy bienvenidos y yo soy muy partidario del orden alternativo. Lo lógico es que en una ópera el drama crezca de menos a más, y en el caso de los tres cuentos pensar en esto implica colocar a Antonia en último lugar. No sólo es que musicalmente sea el acto más dramático, es que además la historia lo pide: lo menos malo que te puede pasar es que te enamores de un muñeco (si es que te puede pasar), algo peor es que te engañen con otra persona y mucho peor que ambas cosas es perder para siempre a la persona a la que quieres. Si se elige el orden escrito, el resultado es una serie de cuentos muy bonitos con un mismo hilo conductor, pero desaparece la evolución dramática.

A pesar de esta decisión de Lindsay Kemp, su producción me ha gustado. La escenografía de Giuliano Spinelli es tradicional y sencilla, y aprovecha la idea de que los tres cuentos son narrados desde la taberna para reutilizar gran parte de ésta en los cinco actos, como ya hiciera Giancarlo del Mónaco en Bilbao, aunque con menos genialidad que el italiano. El vestuario (del propio Kemp) tiene un poco de todo: grandes aciertos, como la oscuridad elegante de los cuatro diablos, la sencillez bohemia de Hoffmann o los clásicos y bien diferenciados vestidos de las tres mujeres; y también hay homenajes al mal gusto, como al atuendo de payaso de circo que le cuelga al pobre Luther o la indumentaria del coro femenino al completo. La iluminación de Quico Gutiérrez es sensacional, recayendo en él gran parte del mérito que ha permitido crear ambientes idóneos durante toda la función. En conjunto, una buena producción que además ha contado con una dirección de escena muy correcta.

Aquiles Machado se ha encargado de dar vida al desagradecido papel protagonista, que obliga al tenor a estar contínuamente en escena y apenas le ofrece páginas de lucimiento personal. Me duele su situación porque Aquiles Machado siempre será especial para mí, desde que cantara la Bohème que me enganchó a la ópera. Pero las cosas son así: ha sufrido un gran deterioro vocal y hoy tiene el tercio agudo destrozado. El centro no está mal, incluso algunas notas siguen recordando la voz que tuvo. Pero en cuanto llega a la zona de paso le aparece un vibrato insostenible. Los agudos suenan apretados, y como muestra quedó el final de la canción de Kleinzach, de auténtico horror. A su favor tiene una intensidad propia que consigue que su actuación transmita, junto a una gran musicalidad y a una interpretación del personaje absolutamente interiorizada y convincente.

María José Moreno ha resultado una Olympia bastante justa. Este papel lo único que pide es un jilguero con comicidad y capaz de moverse como un robot. Lo de la comicidad y el robot lo hace muy bien, pero lo del jilguero le queda algo lejos. Le faltó seguridad en los sobreagudos y los más comprometidos no terminaron de sonar timbrados, aunque es cierto que en los ejercicios de coloratura estuvo impecable. Se nota que no es un papel para ella porque su centro tiene mucho más cuerpo del que se espera de una Olimpia, pero aun así pienso que ha estado por encima de lo que muchos podíamos imaginar al enterarnos de su debut.

Annamaria dell’Oste (Antonia) ha sido la gran sorpresa personal de la noche. La cantante más completa del reparto sin duda, con gran control sobre la voz, expresividad, interpretación y línea de canto. Todo con el agudo de la muerte incluído. La única pega que se le puede poner es que resulta un poco ligera para el papel, pero en ningún momento se echan en falta los graves o el centro. Simplemente suena a ligera. No entró en el grupo de los más aplaudidos, injustamente en mi opinión.

Poco interesante la Giulietta de Giuseppina Piunti, mezzo de impactante planta y buena actriz pero con tentencia a cantar forte y a abrir mucho los sonidos.

Felipe Bou ha hecho unos buenos cuatro diablos. Destacan en él la calidad de su voz, lo cual no es poco para su cuerda, y su elegancia y su presencia para el papel. En su contra tiene dos cosas: un vibrato importante en el tercio agudo y una expresividad algo escasa que provoca que acabe resultando monótono. No brilló en el aria del diamante y pasó apuros en el agudo final.

Otra de las decisiones importantes de la versión elegida es que Niklausse pierde bastante importancia, entre otras cosas porque se ha eliminado su aria del violín. Casi lo agradecí, porque la Niklausse elegida, Annie Vavrille, tenía poco que aportar. La voz es pequeña (o proyecta mal), de mezzo oscura con poca calidad y discreta actriz. Dio lo mejor de sí misma en la barcarola y en la conversión en Musa del epílogo, que es una escena hablada. Pasó muy desapercibida.

El plantel de comprimarios ha dejado bastante que desear, con alguna sorprendente excepción. François Testory hacía doblete como coreógrafo y como segundo tenor para Cochenille/Franz. Lo primero no es discutible, pero lo segundo debe ser fruto de una circunstancial e inexplicable alineación de estrellas que impulsó a la persona responsable a decidir contratarle. Hacía honor a su canción de Franz, pero en su caso me temo que el problema es más que la méthode. Infumable Armando Ariostini como Luther y Crespel, sólo comparable en estado vocal al actual Giancarlo Tosi. Poco más que un buen actor Manel Esteve (Spalanzani/Andrés/Pittichinaccio), bien Marco Moncloa (Herman/Schlemil) y una muy agradable sorpresa Manuel de Diego (Nathaniel).

Muy floja noche del Coro Lírico de Cantabria y no mucho mejor actuación de Miquel Ortega a la batuta. Fue de menos a más, pero se echó siempre en falta fuerza dramática: al acto de Antonia le faltó muchísima tensión hasta el trío final y las entradas del diablo en todos los actos pasaron desapercibidas. La Orquesta Sinfónica de Bilbao cumplió y destacó una emocionantísima interpretación del solo de violín del epílogo.

Olympia se llevó el gato al agua, como no podía ser de otra forma. Por detrás, Felipe Bou, Aquiles Machado y Annamaría dell’Oste, en ese orden. Benditos personajes bombón.

oye piccolo, que tu no estas nominao a mejor cronista, no intentes hacer meritos...

por cierto, estupenda cronica

esque es muy fuerte que el haga esto...

A mí desde luego fue con mucha diferencia la que más me gustó! Diría que estuvo muy bien en los sobreagudos....

En mi opinión, la representación estuvo bastante bien en general, ahora entro en detalle.

Para mi el mejor cantante de la noche fue sin duda el bajo Felipe Bou, una buena proyección de la voz, un bonito fraseo, y una seguridad escenica increible.
Me gusto mucho tambien Anna Maria dell'oste en el papel de Antonia, muy convincente tanto en lo vocal como en lo escenico.

Aquiles Machado en el papel de Hoffman, no me convencio, Aquiles ya no es lo que era, de vez en cuando hay alguna reminiscencia de un tiempo pasado , pero se deberia plantear muy mucho reciclarse por una temporada y cuidar más el repertorio.

Maria Jose Moreno en el papel de Olimpia, simplemente lo salvo, notas apretadas, agudos estridentes y cortados antes de tiempo etc. para mi es un error que siga haciendo todavia este rol , creo que va siendo hora de aparcarlo.

La Giulietta de Giusepina Piunti, lo unico que tiene es potencia y presencia escenica, brillan por su ausencia delicadeza y gusto en el canto.

La direccion del maestro Miguel Ortega me parecio correcta y creo que le supo sacar el jugo a la opera , la orquesta sinfonica de Bilbao cumplio sin más.

Me gusto el coro, empastado en todo momento, con momentos de fuerza como en el septeto interno y de gran delicadeza como la barcarola. Especial mención a los hombres que hicieron un muy buen prologo/epilogo.

En cuanto a la dirección escenica de Lindsay Kemp he de decir que me gusto, nada de extravagancias raras ni provocaciones innecesarias. Sencilla pero efectiva.
Trajes y maquillaje espectaculares, y decorados sencillos pero suficientes. Una gran iluminación contribullo a darle el toque de magia que requiere la obra.

Y eso es todo amigos, asi lo vi yo , y asi os os lo he contado.

Me adhiero totalmente a la bendición a Lindsay Kemp. Me encantó la sencillez y efectividad de la escenografía y la caracterización y el vestuario (hay que mencionar que era de Cornejo).

Estoy totalmente de acuerdo con dar el premio de la noche a Felipe Bou, pero el segundo se lo otorgo a María José Moreno, a pesar de los sofocos que me hizo pasar cada vez que se doblaba hacia atrás

Muy justita, pero no me desagradó, la voz de Annie Vavrille.

Me adormeció el cuento de Antonia y salí francamente cabreada con Aquiles Machado. No me gustó cuando lo escuché en la Bohème (independientemente de que no me guste esa ópera) y tampoco me emocionó el pasado jueves.

De todos modos ¿qué quieren que les diga? Aunque le saque punta y defectos, disfruté como una enana. ¡¡ No hay nada como el directo !!

A mi gusto Piunti destrozó la barcarola. Muy guapa, muy estilosa, mucha actuación pero demasiada potencia no controlada.

Cada dia te pareces mas a Simon, Hektor.

Ah si? ¿Por? No será por la extensión de mis mensajes

a que un sms hace milagros?....

Ya te digo, como un enano que me lo pasé

Edito.

Pretendía que fuera una coña, obviamente me equivoqué.

Pido perdon a los afectados, sabeis que os tengo gran aprecio.

Sobre todo tu, Hektor, no pense que fueras a tomartelo asi

Pero reconozco cuando me equivoco.

Perdona.