quentin escribió:
(...)hay muchas óperas de todas la edades que son excelentes espectáculos pero la música te deja frío. Por mucho que funcionen teatralmente, lo que me interesa es la música y en este aspecto son pocos los elegidos.
Allá cada uno con lo que busque, todo es muy válido. Yo este año cumplo 30 años viendo ópera en teatro y mi gusto ha evolucionado considerablemente en estas tres décadas. Cuando escucho ópera en mi casa (que, por cierto, cada vez es menos frecuente) quizá sí busco melodías, cosas que me pueda poner mientras hago cualquier otra cosa (escribir, revisar facturas, barrer...). Cosas que, en el fondo, no me exigen un esfuerzo ni me exigen concentrarme: ahí está el barroco, el belcanto, incluso el verismo. Esto está bien para escuchar en casa.
Ahora, cuando voy al teatro, cuando planeo sentarme pongamos tres horas en una butaca, sí que busco un espectáculo total que capture mi atención. Doy mucha importancia a la parte escénica, y a qué me tienen que decir ciertas obras a día de hoy. Así, puede que me ponga
Elisir en casa, pero la verdad es que ir a verlo al teatro no me interesa mucho. De la misma manera,
Lear (o
Woyzzeck, que incorporé hace un par de temporadas) me cautivaron en el teatro por la fuerza teatral de sus historias y sus montajes; pero probablemente pues no me las pondría en casa. Con todo, hoy por hoy prefiero ir al teatro a ver
Lear montado por Bieito que un
Rigoletto montado de forma clásica, con vestuario de época y todas esas cosas: reconozco que eso no me interesa demasiado.
Pero cada vez tengo más claro que cuando voy al teatro, salvo en casos muy concretos, no voy
por la música como elemento principal. Para eso me las pongo en mi casa.