Cierre de la temporada con un extraordinario Trovador, gracias a un elenco de esos que pueden atender un capolavoro de esta magnitud. Por orden de aparición intervino el joven bajo Ricardo Fassi como Ferrando, con color y timbre de auténtico bajo verdiano, no dejándose una sola nota de su racconto inicial, algo que suele ser una auténtica pesadilla para la mayoría de bajos , una pena que el papel no le permita mayor lucimiento a lo largo de la función, nos quedamos con ganas de escucharle en un papel más extensos. Una vez puestos en antecedentes nos adentramos en un castillo donde Leonora espera a su trovador; sabíamos q Pirozzi había estado con algún problema de salud y se la notó cautelosa , incluso con alguna nota aguda que la puso en apuros, pero la voz se fué calentando e hizo alarde de ese centro descomunal y aterciopelado,notándose más que no estaba al cien por cien en los agudos, que no resultaron tan redondos como suele ser habitual en ella, y en las partes sul fiato donde tiró de volumen e instrumento, aún así no dudó_ en atacar el re sobreagudo del final del trio acompañada por Manrico, e intercaló igualmente el sobreagudo no escrito en el di té del miserere a lo Leontyne Price. Estamos ante una de las grandes divas del momento, eso es indiscutible. Roneando a Leonora debutaba Celso Albelo como Manrico y hay q calificarlo como sobresaliente; ya sabemos q no es un spinto ( pero quién lo es hoy día), tiene volumen y agudos para atender a la partitura y no desmerecer en absoluto ante los 3 mihuras que le acompañaban. Con el tiempo lo madurará en sus partes más líricas y tenemos un Manrico que se van a disputar los más grandes teatros. Me recordaba a los tenores espada de antaño como Filippeschi, Bonisolli o Giordani, con un alarmi mantenido casi hasta que acabara la orquesta ( algo q solo he oído en disco a Pavarotti o Alagna pero claro eso tiene trampa) y algo inusual incorporar variaciones en la repetición de la Pira. Enorme el canario. El malo de la película es un señor baritono muy bueno, Juan Jesús Rodríguez, , voz , prestancia, timbre , agudos plenamente baritonales y fiato escandaloso en ese aria endiablada que es Il balen, por supuesto más en la línea de Bastianini q de un Batistini o un Di Luca, pero puso al público bilbaino en aviso de q esa noche nos encontrábamos ante una función que se recordará durante años.. He dejado para el final a la gran triunfadora de la noche , la mezzo Ekaterina Semenchuk, que voz, que facilidad , parecía que no se esforzaba, el mismo color en toda la extensión de la voz, mezzo verdiana de las de verdad, sin buscar sonoridades cupas en exceso, agudos timbradisimos ( creo que va a debutar la Turandot, para que se hagan una idea del poderío del instrumento), cuando salió a saludar se caía el teatro. Para no alargarme , muy atento el maestro Ciampa a cantantes , orquesta y coro, se echó en falta una direccion un poco más matizada pero todos sabemos el número de ensayos en los que se dispone de orquesta y el resultado fue notable. El Coro como siempre apabulló con su volumen en una disposición escénica q como suele ser habitual no le ayuda con enormes distancias entre la primera y la última fila del coro con lo que el empaste es complicadisimo. Para concluir dos peros , el yunque del coro de gitanos sonaba a un volumen q parecían las campanas de mi pueblo y el coro en el miserere era inaudible ,mientras el maestro pedía con la mano claramente más volumen y eso conociendo al coro de opera significa que estaban ubicados cerca de San Mamés. Por favor para sucesivas funciones el yunque para atrás y el coro para delante. Respecto de la escena permitanme que tire el comodín del público.
Un saludo a todos y VIVA VERDI
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