Buenos días.
Al estar aún iniciándome en la ópera y ya habiendo pasado un par de semanas, escribiré sobre lo que buenamente recuerde.
Acudí al ensayo general (gratuito en platea para menores de 30 años) y a la función del jueves.
La función del jueves estaba predispuesta al desastre cuando comunicaron antes de sonar la obertura que no habría ballet y que se tocaría con telón bajado, ante lo cual se sucedió la indignación de parte de la cazuela y se oyó algún entusiasta pitido.
No obstante, la función acabó siendo del agrado del teatro.
Gran Saioa Hernández, que a pocos días del estreno tuvo que sustituir a María José Siri (desconozco las circunstancias de este cambio). Como en Fedora, dominó el registro grave de su tesitura, con una voz potente.
Francesco Pio Galasso no estuvo del todo acertado, presentando una voz un tanto irregular, mas no en demasía.
Triunfador de la representación del jueves, Roman Burdenko bien pudo disputar el puesto de más aclamado si hubiese salido a escena en último lugar.
Annalisa Stroppa sacó adelante el papel de Laura de forma convincente, aunque ha de decirse que un espectador lego bien podría haber confundido a la soprano con la mezzo en momentos de la obra. No habiendo visto más representaciones de la Gioconda, desconozco las mezzos y sopranos que suelen cantarla.
El resto del elenco correcto, sin matizaciones positivas ni negativas.
Roberto Rizzi Brignoli dirigió en el foso a la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, a la cual se le permitió brillar durante la Danza de las Horas, redimiéndose ACO de la falta de la compañía de danza, al recibir tras la misma la orquesta el aplauso más largo de la noche. Curioso fue el percatarse el jueves, desde el anfiteatro 2º, que el maestro dirigía sin batuta.
El Coro de la Temporada de Ópera de Las Palmas volvió a estar a la altura de la tarea, desempeñando su cometido con suficiente gracia y potencia. Fue muy grato comenzar a escuchar la Gioconda por primera vez con el "feste e pane" del coro.
En cuanto a la escenografía, mucho mejor que la de Aida, aunque sea poner el listón bastante bajo. Encuentro particularmente bien resuelto el tercer y cuarto acto en ese sentido. Volvieron a aparecer errores insignificantes a priori pero que, a poco que uno se fije, le disgusta que se equivoquen en cosas tan sencillas de solventar. En Fedora se vio un cuadro que supuestamente era del prometido de Fedora que evidentemente era el zar Nicolás II (creo que otro forero indicó que ni siquiera había nacido durante la acción de Fedora), y en este caso fue una proyección del barco en el que huían de Venecia como una embarcación del siglo XIX. En Aida no hallé ningún error de este tipo, aunque nuevamente reitero que no había mucho en lo que equivocarse, pues directamente no hubo mucho.
Por último, mencionar que mi acompañante en el ensayo general se percató de que, desde su percepción (también compartida por quienes me acompañaron en la función del jueves), la actuación de Pio Galasso y Stroppa no fue la mejor, teniendo hasta más química entre los personajes Saioa y Burdenko. A modo de chiste, le respondí que "más le valía a Pio Galasso no tener química con ninguna estando Saioa presente".