Segundo reparto. Pratt / Demuro / Sáenz / Radó / Coma-Alabert Como no puedo comparar con el esplendoroso primer reparto porque no voy a comprar otra entrada para esta ópera, me conformo con lo que me tocó en mi abonito y ya.
Jessica Pratt bien, dentro de estilo, ligera, voz algo falta de cuerpo pero recreándose por arriba y en las florituras. Amina no es Norma, vamos. Con lo cual para mí conforme en lo vocal aunque escasita de intensidad. Y culpa de la lentitud exasperante del director de orquesta el que haya resultado un poco monótona. Bien.
Demuro cumplidor. La voz es la que es y arriba se le estrangula, por lo que parece que está siempre esforzándose al máximo, en el límite del grito. Sin embargo pienso que esa es su manera de cantar habitual porque tampoco le noté fatiga al final. Tiene los agudos y el fiato. Francamente le saca partido a su instrumento. Comentábamos jocosamente en el descanso que nos recordaba a los cantantes de jotas.
Fantástica Serena Sáenz como Lisa, la mala de la película, con un insolente agudo en su aria del segundo acto que nos dejó a todos petrificados. Un poco rollo Showgirls: Cuidado, Jessica, no bajes delante de mí por la escalera.
Algo gutural Radó como el Conde y bien Gema Coma-Alabert en Teresa.
La dirección de orquesta, para hacernos caer en el sonambulismo también. Está bien recrearse pero... ¿es necesaria tamaña lentitud? Curiosamente me ha venido a la memoria la anterior Sonnambula en este teatro, con las estupendas Annick Massis y María José Moreno, en la que también la escena final fue tratada con tal parsimonia que hasta puso en aprietos a las sopranos protagonistas. Y estaba ni más ni menos que Bonynge a la batuta.
Puesta en escena. A ver. Nos pueden decir en el programa de mano y en entrevistas y artículos lo que quieran, pero lo de partícipe del movimiento Me Too, el feminismo, las interpretaciones psicoanalíticas de Carl Jung y el final alternativo está muy, muy cogido por los pelos.
Atención Spoilers. La directora Bárbara Lluch deja el final abierto, con Amina en lo alto del molino que no sabemos si va a ir a los brazos de Elvino o si se va a arrojar al vacío en un acto de empoderamiento feminista (y suicida). Ahí está todo lo novedoso de la puesta. Punto pelota.
Durante casi toda la ópera, Amina está rodeada de bailarines zombies que representan sus sueños, más bien pesadillas. Ahí no veo yo transgresión alguna ni falta de respeto al libreto, nos ha querido mostrar una protagonista atormentada constantemente, lo que da un poco de variación a la pobrecita pusilánime habitual. El fallo que le veo es que en la gran escena final, justo cuando está sonámbula, esos bailarines/sueños no están presentes y mira, se les podía haber sacado partido. Toda la ópera ahí en medio y justo cuando deberían estar, no están.
Otra peguita: se centra tanto en la protagonista que el movimiento escénico del resto de intérpretes y coro es casi mecánico y soso.
Mirada globalmente es una puesta en escena bastante tradicional, muy correcta. Las interpretaciones ya si eso al margen.
Escenario feote pero, por lo visto en las pantallas, mucho más vistoso y con contrastes de colores desde abajo y frente a él que allá por las alturas donde suelo estar yo. ¿Los decorados del segundo acto (ambas escenas) no le han recordado a nadie la escena de la construcción del granero de "7 novias para 7 hermanos"?
Escena de la locura (o del sonambulismo, en este caso): Amina se pasea por una plataforma totalmente carente de medidas de seguridad. ¿Qué ocurre? Pues que mis queridas compañeras de abono de la izquierda se tiraron 15 MINUTOS dando respingos y diciendo "oyoyoy que se va a caer, que se está pisando el vestido, que saca la pierna, que..." El que fallara mi compañera de butaca habitual (que es más seca que yoquesé, pero al menos se está callada) hizo que las otras se pudieran poner juntas. Cuchicheos a gogó.
Tres horas de función, aprox. y si llegas con tiempo al putocentropuntocom de Madrid puedes pelearte con las absurdas obras de Sol, la aglomeración del Cortylandia y la iluminación de la calle Arenal, que creo que es la única que me gusta de todas las que han puesto.
No os metáis tanto con Oksana Dyka. Me ha comentado alguien que trabaja con ella que es una mujer muy entregada y cumplidora y en el Nabucco estaba enferma (probablemente covid pero no lo dijeron), cantó esa función que no debería haberlo hecho y ya canceló las siguientes. Y oye, hizo una Turandot hace años más que apañada.
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. operitas
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