El domingo 27, primera función de Il trittico. El resumen en pocas palabras es que ha sido espléndida, en muchos aspectos memorable y al nivel de aquellas grandes funciones "de antes". Ha funcionado casi todo a un nivel muy alto y lo que no, a un nivel alto. Recordaba vagamente las funciones de la obra de hace treinta y tantos años, con Martinucci, Chiara, Panerai... pero no recuerdo que, en conjunto, fuera tan homogéneo y tan "redondo" como este Trittico. También los años enseñan y uno se fija en unas cosas y menos en otras. Y, ya puestos, aunque luego se hayan hecho algunas de las obras por separado, el conjunto de las tres seguidas hace que ganen mucho y que la velada sea toda una experiencia. Y, con tres repartos y tres obras tan diferentes, es difícil conseguir esta homogeneidad.
Muy destacable la dirección de orquesta: Susanna Mälkki se ha desvelado como una directora magnífica que ha sabido crear climas totalmente diferentes en cada ópera y sacar lo mejor de una orquesta que sonaba radiante. Desde las primeras notas de Il tabarro la orquesta te envuelve en una atmósfera brumosa, cargada... sensacional. La escena, que en esta primera ópera está muy conseguida, contribuye a esta impresión. Pero la dirección en Suor Angelica sabe hacer que la orquesta sea etérea y acabe transcendiendo y que luego, en Schicchi, suene diáfana, brillante... Y siempre acompañando perfectamente a todos, como un mecanismo de relojería en la última ópera, aparentemente sin el más mínimo error. Hubo ovación merecidísima para directora y orquesta.
Todas las voces estuvieron a un nivel muy alto. En Gianni Schicchi y Suor Angelica el conjunto era casi perfecto: las intervenciones de las monjas fueron todas ellas destacables, los papeles de los familiares de Donati brillaron todos y se complementaban perfectamente. En Il tabarro, donde la orquesta es más densa y "sube" más, quizás sobrepasó en algún momento la Frugola de Mireia Pintó, pero fue también muy destacable el conjunto de secundarios en las tres óperas. En los protagonistas, incomensurables Davidsen y Jaho; excelentes Maestri en Schicchi, Barcellona en Suor Angelica y Ayón-Rivas y Ruth Iniesta en sus papeles y muy bien, aunque se podría poner algún pero Maestri y Jovanovich en Il tabarro.
Por partes. Il tabarro es muy exigente: la orquesta tiene más densidad que en otras obras de Puccini y fácilmente puede "comerse" a los cantantes. A Lise Davidsen, no, claro: es una voz extraordinaria por amplitud, volumen, belleza, facilidad para destacar por arriba, pero a su vez, como ya demostró en el recital de hace unas semanas, con la misma facilidad para recogerla y usarla en un registro más íntimo, con un fraseo deliciosa y muy expresivo. En Puccini, tuvo estilo (aunque la dicción italiana puede mejorar bastante) y expresividad y supo interpretar muy bien. Empieza con un color oscuro, casi de mezzo, que hace brillar como, probablemente, ninguna otra soprano pueda hacer actualmente. Pocas veces he oído una voz tan completa, hermosa y, a la vez, tan bien usada: es un lujo y, en un papel tan breve, deja con ganas de más. Jovanovich llegó a brillar en algunos momentos, pero ese desparpajo con que Davidsen abre la boca y coloca su voz por encima de cualquier orquesta, él no se lo puede permitir y en algún momento se le notaba al límite. Pero en el dúo fue resultón y acompañó bien, sin quedar demasiado empequeñecido (físicamente, sí, porque la Davidsen es altísima y cuando baila con los otros tripulantes... bueno, queda un poco descompasado). Y el Michele de Maestri es impecable en dicción, intención... pero le falta algo: quizás un poco más de volumen en algún momento que lo haga destacar o, a partir del momento que ella entra a dormir, cuando él se despacha sobre la infidelidad de su mujer, un poco más de "maldad", eso que hace que, al oírlo te asustes.
Sin pausa, se pasa a Suor Angelica. La verdad es que después del tremendismo tabarresco, el cambio a este mundo plácido y sereno va muy bien. Perfecto el coro y las solistas que van desgranando los deseos de la comunidad. Una Jaho que, escénicamente, aparece algo alterada queda como al margen y se desata a partir de la visita de su tía. Otras veces se había a Jaho en el teatro, pero en esta función, sin duda, ha tenido su mejor interpretación y con diferencia. En un papel totalmente diferente al de la Giorgietta, en las antípodas casi, Jaho se puso al nivel de Davidsen. No por la voz, sin duda, aunque tras oírla, es difícil pensar que otra voz pueda ser mejor para el papel. Jaho hace una creación absoluta del personaje: lo canta maravillosamente bien y lo interpreta casi transformándose en la hermana Angelica del título. Es una interpretacion desgarradora e impactante, que ha dejado a... no sé ¿a casi todo el público? con lágrimas en los ojos. Hará ocho años, Agresta cantó este mismo papel y dejó un gran recuerdo, pero (puede ser cuestion de gustos), Jaho ha superado aquella magnífica interpretación. Barcellona, la Zia principessa, ha cantado muy bien y se ha implicado (en la de hace ocho años, Zajick adoleció de esta implicación y resultó fría) en un contrapunto perfecto para Jaho. Pero desde que se queda sola... Un "Senza mamma" de antología y una escena final conmovedora y de absoluta referencia.
Descanso y, finalmente, Gianni Schicchi. Nuevo cambio radical en música y atmósfera: genial. Interpretación sin fisuras, con un conjunto perfectamente compenetrado. Preciosa Lauretta de Ruth Iniesta, sin recrearse innecesariamente en "O mio babbino caro", antes bien, integrándolo perfectamente en la acción. Bien Ayón-Rivas en su debut en el teatro (canceló su Don Pasquale de esta misma temporada), con una voz brillante pero que también sabe a poco en su breve intervención. Siendo malos, quedará curiosa una ópera con un dúo entre él y Davidsen: la diferencia de estaturas es más que considerable. En esta ocasión, Maestri brilla: quizás mientras dicta el testamento es un pelín demasiado histriónico, pero borda el papel en la voz, en el fraseo, en la actuación... Impecable. Después de las lágrimas, se oía reír (por lo bajo, eso sí) al público: los dos hechos son significativos.
Al final, ovaciones, esta vez absolutamente merecidas. Primero, a todos juntos y luego, los repartos de cada una de las óperas por separado. Las más ovacionadas: Davidsen y Jaho (quizás esta con algo menos de intensidad, pero una verdadera ovación), seguidas por Mälkki y Maestri.
La escena, bien. Como ya es conocida... Es efectiva, con momentos brillantes, una iluminación muy adecuada... Esta especie de túnel o tubo, sin duda, también debe de ayudar a proyectar las voces. En Il tabarro, encontré que recreaba muy bien la atmósfera de los muelles; quizás en Suor Angelica es más "aséptica". Y en la obra final... parece mentira lo que cambia con el colorido del vestuario y un casi único mueble. Excelente dirección de actores.
En fin: francamente recomendable y digno de repetir. Los que viajan lejos, esta vez tienen un objetivo que vale la pena bien cerca.
Última edición por JGG el 30 Nov 2022 17:24, editado 1 vez en total
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