De nuevo en Les Arts cuando está a punto de llegar la Navidad. Tarde lluviosa y fresquita, y es que desde que se está produciendo el cambio climático suele llover y hacer frio en estas entrañables fechas navideñas. Toda la vida cuando yo era pequeño en verano hacia frio y en Navidad calor. Son los cambios producidos por ser malos y estar cargándonos el planeta. Vamos a ir al infierno
.
De estas fechas guardamos buenos recuerdos de Les Arts, porque además de las óperas, se celebraba todos los años una fiesta organizada (y pagada) por Plácido Domingo (el malo, malísimo) a la que asistían los cantantes, Orquesta y Coro, y en la que tenía la deferencia de invitar a nuestra Panderola (el último año incluso estuvo un querido forero de allende de los mares).
Y esta vez también de nuevo los bohemios con sus desdichas y penurias, aunque si fuera en estos momentos, Rodolfo, Mimí, Musseta, Marcelo y compañía aún lo tendrían peor que en su época, cualquiera enciende ahora la calefacción....
Puccini es siempre garantía de éxito, por eso cuando alguien me comenta que le gustaría ir por primera vez a ver una ópera, suelo recomendarle una de las suyas, especialmente si es posible una de sus tres o cuatro más conocidas. Hace unos meses Javier y su guapísima esposa unos buenos amigos de Onda (mi querido pueblo), me comentaron que les gustaría ir a la ópera, les dije pues tenéis que ir a ver La Boheme y así ya no os librareis de ese maravilloso virus, que si te engancha ya no te suelta, y aprovechando he ido con ellos (el día 23 vuelvo con mi nieta de 12 años), Y es que las cosas buenas de la vida hay que promocionarlas y fomentarlas. Por cierto, mi querido paisano El Gato montés estaba también con otro grupo de nuestro pueblo, creo que nos vamos a hacer los amos de Les Arts.
Y para terminar de darle el toque de señorío, también hemos estado con dos grandes foreros y amigos, Amelie y Tip, a los que tanto queremos en La Panderola.
Centrándonos en la ópera en sí, hay que decir que ha sido en conjunto una muy buena noche. Aunque depende el momento que te pille, la actuación de los cantantes y el ambiente que se cree, es una ópera que siempre me hace soltar algunas lágrimas. Hoy también ha sido así (aunque es cierto que yo soy lloroncete).
Vayamos al grano:
Federica Lombardi (Mimí), para mí la triunfadora de la noche, ha estado sensacional desde el primer momento, es verdad que se le veía con una vitalidad, y una voz tan limpia y potente que la orquesta no había forma de que la tapara. Tenía dudas por esta razón de que llegado el momento se pudiera crear el ambiente sobrecogedor de su muerte. Pero sí se ha producido. Muy bien.
Saimir Pirgu (Rodolfo), ha empezado muy frio, de hecho me estaba defraudando un poco, solo en algún momento ha dado la talla, pero a partír del tercer acto se ha puesto las pilas y ha estado francamente bien, demostrando por qué es un Rodolfo ahora mismo de referencia, tiene una voz agradable, y potente cuando sube al agudo. Muy bien.
Marina Monzó (Musseta), otra de las grandes triunfadoras de la noche, nuestra paisana valenciana está consiguiendo en poco tiempo unirse al grupo de cabeza de los jóvenes valores. Canta con gusto, y una dulzura y proyección que seguramente le va a llevar a ser una figura. Muy bien.
Mattia Olivieri (Marcelo), otro joven cantante salido del Centro de Perfeccionamiento Plácido Domingo (sí, Placido Domingo), que también está ya cantando en los mejores teatros. Tiene voz de sobra, y si pule algún pequeño defecto puede ser otra figura. Bien
Damián del Castillo (Schaunard), y Manuel Fuentes (Colline) han resuelto sus papeles sin ningún problema. Bien. El resto todos ha cumplido.
Al Coro aunque no tiene muchos momentos relevantes siempre se le nota su calidad. Bien.
La Orquesta de la mano de su Director titular el norteamericano James Gaffigan, ha estado en su linea habitual, es difícil verla mal, pero si además el director la mima y la lleva con la suavidad con la que hoy lo ha hecho Gaffigan (aparte de algún momento de exceso de decibelios), la sensación es que están tocando los ángeles. Muy bien.
El montaje ya lo conocíamos, es la tercera vez que lo vemos. Hoy en día en el que te puede amargar cualquier “genio” una función, un montaje como este hecho con gusto, te parece una obra de arte. Bien.
En definitiva, una muy buena noche de ópera que más de uno de los que han venido por primera vez ya no van a conseguir desprenderse de este virus maravilloso (no hay vacuna posible).
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Era tan pobre que solo tenía dinero
La vida está llena de pequeñas cosas que son las que te hacen feliz