Grigolo pasado de rosca como intérprete, los saltos al final de la función nos hicieron recordar a Bonisolli.

De traca la postura chulesca, innoble de Lee en toda la representación, especialmente en la pira. A la ahora de atacar el agudo final pareció evocar a un zafio portero de discoteca. Todo esto es antiverdiano, pues estamos ante un canto que exige la máxima nobleza.

Aunque los que llevamos tantos años viendo ópera en teatro somos conscientes de que hoy día no hay cantantes para Trovatore, Aida, Rigoletto y tantas obras de repertorio, se siguen representando porque son las favoritas del público y a las que más acuden los aficionados. En Madrid, 20 Aidas con lleno a pesar de los precios del Real. Il Trittico es Puccini, pero no de los populares. Seguramente concitará menos público que Trovador.

En cualquier caso, es tan magistral esta ópera verdiana que uno termina disfrutando a pesar de todo. He visto los dos repartos Liceístas este fin de semana. A ver, el mejor con diferencia, es Juan Jesús Rodríguez, timbre bello, empastado y nobilísimo, seguridad y buen concepto del canto. Dudnikova ha sido una agradable sorpresa, pues no la conocía de nada y la voz tiene entidad, timbre e incluso atractivo sonoro en centro y grave. Lástima el agudo tasado. Grigolo, además de resultar demasiado ligero para el papel, le hace a uno reflexionar sobre la responsabilidad que tiene aquél al que los Dioses le han entregado un don privilegiado. Con ese timbre tan bello, luminoso, italiano, que corre muy bien por la sala... semejantes modos canoros propios del Festival de Benidorm. Pasado de rosca como intérprete, los saltos al final de la función nos hicieron recordar a Bonisolli. Aún así, entra en juego la seducción de una voz de tanta calidad, el puñado de notas bien enfocadas que consigue. Lo peor que le he visto a Saioa Hernández, pues la Leonora tiene unas exigencias filobelcantistas que le ponen en problemas a una voz que ha perdido ductilidad, la agilidad es aproximativa (un ejemplo, la cabaletta "Tu vedrai che amore in terra") y el legato discreto, con un fiato insuficiente, que le pone problemas para rematar las largas frases Verdianas. La Gerzmeva está mejor, mejor legato, mayor flexibilidad y mejor coloratura, pero tiene un gran problema, un registro agudo demasiado limitado. Por encima de un la bemol se agria y abre el sonido de forma inmisericorde (el agudo conclusivo de la referida cabaletta es el que mejor le quedó). En el segundo reparto, un oscilante Ódena compitió con Lee por el trofeo de más plebeyo del elenco. De traca la postura chulesca, innoble de Lee en toda la representación, especialmente en la pira. A la ahora de atacar el agudo final pareció evocar a un zafio portero de discoteca. Todo esto es antiverdiano, pues estamos ante un canto que exige la máxima nobleza. La Kutasi resulta más equilibrada de registros que la Dudnikova, el material es extenso y timbrado, pero no tiene acentos, ni la enjundia en el grave que la mencionada, además de resultar escasamente idiomática.
A mí no me ha gustado nada Frizza. Moroso, lo cual no favorece nada a los intérpretes, sin tensión, de trazo grueso en muchos momentos de exceso de aparato orquestal con la orquesta en plan charanga y unos metales rebeldes, invasivos, que no empastan con el resto de la agrupación, además de atormentar a los cantantes y a nuestro oído.