Vuelvo de ver la función de Macbeth, y me ha venido a la memoria la famosa frase que hay en algunos comercios de “hoy es un día estupendo, ya verás como viene alguien y lo estropea”. Y efectivamente ha llegado un pájaro australiano que se cree un “genio”, que a una función de un nivel extraordinario le ha añadido su creación, que desde luego si es todo lo que lleva dentro de su cabecita, más vale que dedique sus “genialidades” a otra cosa en vez de a emborronar las obras de estos sí, genios. A algunos de estos elementos que por desgracia tanto abundan últimamente, se les debería prohibir el acercarse a un teatro a menos de tres kilómetros, y desde luego si vivieran Verdi, Puccini, Mozart, etc. no haría falta que se lo prohibiera nadie, no se atreverían a acercarse. A gorrazos los correrían.
No hay derecho de que los inventos de los susodichos pajaruelos, resten parte del éxito que los demás participantes por su buen hacer se merecen. Hay a quien no les molesta este tipo de montajes, pero a mí es que me despistan. Mi cerebro no admite el estar pensando en el circo romano de ese momento histórico, y que lo que se represente en escena sea el circo, pero de los hermanos Tonetti. Será que soy de pueblo…
Centrándonos en el apartado musical, la noche ha sido más que notable por parte de todos los componentes. Estas han sido mis impresiones:
Anna Pirozzi (Lady Macbeth), la gran triunfadora de la noche, ha estado soberbia no se le resiste nada, en un papel en el que cualquier soprano se las vería negras, se ha desenvuelto sin aparente dificultad tanto en los graves como cuando ha subido al agudo. Tiene un cañón en la garganta, pero son misiles que llevan la felicidad a todos los que tienen la suerte de recibirlos, estos son los únicos cañones que deberían de existir. Extraordinaria.
George Gagnidze (Macbeth), ha empezado a medio gas, y cuando estaba sintiéndome un poco defraudado por lo que esperaba de él, ha echado el resto en la segunda parte y ha cantado con potencia y gusto, alcanzando un gran nivel. Muy bien.
Marko Mimika (Banco), me ha encantado, voz potente, limpia, agradable y de gran proyección, reafirmando lo que ya sabíamos de la vez anterior. Es muy joven y tiene ante sí una gran carrera. Muy bien.
Giovanni Sala (Macduff), su papel no tiene grandes momentos de lucimiento, pero en su aria “Ah, la paterna mano” ha estado extraordinario, ha cantado con potencia (no se le había notado anteriormente) y un gusto exquisito. Muy bien.
El resto han cumplido todos. Bien.
La Orquesta ha sonado con la calidad y nivel de costumbre, ha sido dirigida por Michele Mariotti que próximamente será el director de la Ópera de Roma, y ha estado francamente bien, pendiente de todos los detalles y cuidando a los cantantes aunque hoy no hacia falta. Le ha sacado un gran partido a esta fenomenal Orquesta. Muy bien.
El Coro espectacular, su nivel ha sido como siempre excelente, y además actúan de lo que sea, incluso aunque sean chorradas. No les afecta el poco cariño que se les tiene desde las altas esferas, que les siguen negando el derecho a tener la plaza en propiedad después de tantos años. Muy bien.
Hoy además de los compañeros de La Panderola, Manuel, Dufol, El gato montés y Radamés (el viernes vuelvo con Mandryka), he tenido el placer de estar con mi gran amigo Roberto, de Onda (mi pueblo), cantante amateur pero con una calidad que ya quisiera mas de uno de los profesionales.
Para finalizar voy a puntuar esta noche de ópera que ha sido de las que hacen afición dejando aparte el montaje. Muy bien.
Puntuación del montaje del “genio” australiano: castaña pilonga.
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Era tan pobre que solo tenía dinero
La vida está llena de pequeñas cosas que son las que te hacen feliz