Curiosa la coincidencia histórica de los dos últimos estrenos de temporada del Real: Un ballo in maschera al poco de imponerse España el uso indiscriminado de mascarillas y La cenerentola en plena erupción del Cumbre Vieja en la inigualable isla de La Palma.

Espero que el año que viene no les dé por empezar con un Requiem, I Lombardi o Il trovatore.

Si empieza con Nabucco pueden temerse una invasión como la de 1808.

Función del lunes 27 de septiembre. Primer reparto.

Una producción muy divertida y bien interpretada.
La orquesta estuvo en su sitio, los cantantes todos más que competentes y la puesta muy entretenida y dinámica.
Nada que ver con lo que se pasó por la televisión la semana pasada, donde casi me duermo y todo me parecía negro y oscuro. En teatro cambia mucho.
Francamente, dada mi fobia atávica a las óperas cómicas, tras lo visto en la tele y críticas y comentarios de sosería en diversas críticas amargaditas, me esperaba lo peor, y salí más que satisfecho.

Por cierto, ¿no habían autorizado el aforo al 100% en teatros? ¿O depende del número de espectadores?
Ayer seguía habiendo butacas clausuradas y el personal de sala impedía cambiarse de zona.

¡Y estuve a puntíiiiisimo de ir con pantalón corto! 25 ºC por la tarde, pero luego refrescaba.
(Nada, un polo y un vaquero. Mejor eso que ir de traje sudando la camisa debajo de las tetas, ¿no? jejeje)

O sea, que si les da por empezar con Andrea Chénier, van a poner madame guillotine en la Puerta del Sol...

Ya está allí...¡uy, perdón!.

Tras leer en este foro las crónicas de varias de las funciones espero ilusionado la mía, con el segundo reparto, la semana que viene.

Ayer estuve en el segundo reparto de Cenerentola y me pareció superior al primero, especialmente en cuanto a la protagonista. Akhmetshina es claramente y desde todo punto de vista, preferible a Deshayes, El timbre es más compacto, extenso, homogéneo y equilibrado de registros y sin ser especialmente bello ni singular, sí es más atractivo que el de la francesa. Emisión muy canónica, bien apoyada, grave más consistente y buen registro agudo, Tampoco es que sea de un carisma apabullante en escena, pero sí más comunicativa. Angelini es un contraltino de volumen justo y técnica precaria que ataca el agudo de cualquier manera. Agudines abiertos en los que el sonido se blanquea y no se expande. Eso sí, el timbre es grato y, aunque nacido en Brooklyn, los antecedentes italianos imponen y es algo más efusivo que Korchak. A Alaimo le escuché una espléndida interpretación de "Sia qualunque delle figlie" en la Gala del 40 aniversario del ROF de 2019, pero esta vez le noté mal de voz, sin brillo y mermado de sonoridad. Aún así es superior a Girolami. Fassi Y Tagliavini están a la par. El que no supera a Sempey es un Borja Quiza en la raspa vocal y que se alivia mucho en la agilidad.

Vistos los dos repartos, mejor el segundo. La rusa supera a la francesa claramente.
El montaje es divertido y eficaz, aunque tratando sobre reyes y príncipes que andan disfrazados por sus reinos, me gustó más El rey que rabió que sirvió hace poco La Zarzuela.
Con todo, el mejor momento del montaje de Herheim/Unger me pareció cuando encienden las luces, toda la sala queda iluminada, y la función sigue en el escenario. Me pareció un guiño historicista de cómo era una ópera en los tiempos de Rossini, a teatro iluminado, antes de que Wagner apagara las luces y obligara al público a aguantar sin salir ni entrar las 5 horas de Maestros cantores...
Otra cuestión sobre la regia escénica. Nada más empezar, don Magnífico le suelta un bofetón a Clorinda y Tisbe y ambas ruedan por las tablas.
Esta manía de derribar a sopranos y mezzos es generalizada. He visto a Lucías, Gildas y demás rodar por los suelos empujadas por tenores y barítonos.
¿Cuándo empezó esta moda/manía? ¿Callas, Tebaldi, Sutherland... rodaban por el escenario?

Saludos

Es que ahora actúan o eso intentan y antes cantaban. Lo primero es para disimular cuando lo segundo no abunda.

Y cuando menos dos de las tres damas mencionadas, si caían luego no podían levantarse. La otra a la mejor no encontraba en qué apoyarse a falta de visión y a lo mejor hubiese molestado a un caballero.