Aprovechando que tenía que ir a Barcelona, cogí una entrada (aquí sí dejan) para el concierto de Radvanovsky.
He de reconocer que vi a Sondra un pelín por debajo de su nivel habitual. Cierto es que el programa era exigente y se pasó casi hora y media cantando, con las arias más duras de las óperas. Acortó notablemente los agudos finales y pareció aprovechar los momentos en que no estaba cantando para darse la vuelta y carraspear un poco. Volumen perfecto aunque no tan avasallador como otras veces.
Pero igualmente impresionante su despliegue vocal, manejando ese torrente de voz a su antojo, del agudo al piano, agilidades... En Ana Bolena no detecté ese agudo chillado que sí dio el jueves con tucker. Fue la parte que más me gustó, seguramente influido por ser el final que más me gusta de los tres. Muy entregada actoralmente.
Los cantantes acompañantes hicieron su papel, es decir, de acompañantes. No se les pedía más. Lo mismo el coro, aún embozado. Las oberturas de las óperas sirvieron para dar descanso a Sondra e introducir el cambio de contexto.
Fin de semana completo, al concierto pude añadir turismo, deporte, gastronomía y ver algún forero al que no veía desde hace mucho tiempo. También a Matabosch, que se le veía disfrutando en su antigua casa. A ver si pasa toda esta pesadilla china, con sus ramificaciones británica, india, brasileña, sudafricana..., y volvemos a nuestra rutina habitual. Siempre he adorado la rutina.
_________________ Gran Duque de Seychelles.
|