Pude asistir también al recital de Kaufmann y, aunque disfruté mucho por la belleza de los lieder que se interpretaron, por parte de Kaufmann y de Helmut Deutsch, también me resultó clarificador sobre la situación vocal del divo alemán.
Kaufmann necesita muchísimo tiempo para calentar la voz. En su recital anterior en el Real, comenzó con un Ah leve toi soleil que fue un despropósito, si bien es verdad que avanzado el recital cantó un una fragmento del primer acto de Walküre, interpretando maravillosamente a Siegmund.
En esta ocasión pasó un poco como en el recital anterior, la voz hasta casi el final de su concierto mostró sonidos cavernosos, un timbre leñoso, ascensos al agudo forzados, un volumen muy moderado, incluso para unos lieder, pero que él gestiona muy inteligentemente porque acentúa el intimismo, lo elegíaco y nostálgico, y esto sin duda lo hace de maravilla.
En definitiva, me quito el sombreo ante el Kaufmann músico, pero el Kaufmann vocalista es insuficiente, al menos lo es para ser la mega estrella en que se le ha convertido, el tenorísimo que prentende ser el sucesor de los grandes de antaño. Si se tratara de un cantante de culto, lejos de pretender ser una estrella de la ópera, lo entendería, pero no me parece admisible que se le publicite como una de las grandes voces de la actualidad.
Sin duda volveré a asistir a cuantos recitales de lieder ofrezca, pues escuchar esta música de la manera que interpretaron tenor y pianista me convenció y me hizo disfrutar mucho, pero teniendo en cuenta que estamos ante un cantante que no se corresponde con lo que se nos vende.
Hay cantantes como Netrebko que llevan así mismo mucho marketing y que nos ofreció un recital muy discutible con su marido, pero sin duda la interpretación extraordinaria que hizo de Tu che le vanita, nos hizo comprender que estamos ante un pedazo de soprano, por muchas boutades que haga, y la frustración que nos causó que no cantara el aria de Macbeth.
En el caso del Kaufmann actual (no pude escucharle años atrás, cuando se supone que estaba en buena forma), estamos ante una voz problemática que para nada se corresponde con lo que tiene que ser un divo, o como diría Tunner, un tenor protagonista. Eso sí, el músico, el intérprete que maneja esa voz problemática, es extraordinario, por inteligencia, musicalidad, etc.
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