Domingo 18 de octubre, última función de La Tempranica y del binomio "Granada".
Es imposible no hacer una crónica complementaria con La Vida Breve ya que formaban parte de un programa único que ha sido desdoblado. Porque si la dejamos solita quedaría como un espectáculo resultoncillo gracias a la parte musical pero de una pobreza escénica flagrante.
Y es que Gómez Martínez aun con la orquesta reducida le ha sabido sacar el jugo a la partitura, que esta vez sí ha sonado con toda su enjundia (toma palabra) y no tan vacía como en la obra de Falla. Ha sido una Tempranica refinada, no todo lo folklórica que necesita, pero solvente. También mucho más empastado y con sensación de conjunto el coro, especialmente el de los cazadores.
A Nancy Fabiola Herrera le va el papel que ni pintado, porque no tiene que bajar al averno grave y se puede recrear en el centro y agudo, donde brilla con caudal suficiente. Al igual que a la Salud de Falla, a esta María la Tempranica la hacen estarse casi toda la obra revolcándose por los suelos y sufriendo mucho, lo que ocurre es que en esta ocasión no nos queda nada claro el por qué. Bueno, sí, que Don Luis no la quiere, vale. ¿Pero da eso para tanto dramatismo?
Resto de cantantes: anecdóticos. Amoretti cumple el expediente de Don Luis, correctos los secundarios y el cantaor y amo a ve... si sólo canta una pieza, que es una de las más populares del repertorio y que casi todas las cantantes la tienen como bis, y que han hecho con el libreto lo que les ha dado la gana, con lo que no era en absoluto necesario que pareciera un chiquillo... ¿no se podrían haber buscado a una soprano que pueda con La Tarántula? Muy decepcionante el Grabié de Ruth González.
Toca hablar de la escabechina que han hecho con el libreto. No es que lo hayan modificado, es que directamente lo han suprimido y lo que han dejado son unos diálogos ficticios entre Giménez y Falla en los que se apunta escasísimamente el argumento. Pues chico, si haces eso por lo menos ponme una "dramaturgia" medianamente coherente, porque queda todo totalmente incomprensible. Pero no, Del Monaco ha optado por mostrar imágenes muy plásticas, muy rojas, muy tétricas, muy de reunión de toda la familia Addams y amiguetes. Con lo cual hemos visto un espectáculo que gira alrededor de unos diálogos aderezados con números musicales. Sin relación lo uno con lo otro. Punto.
Afortunadamente los diálogos no se pasan de graciosillos ni dan vergüenza ajena. Se me vino a la memoria con auténtico terror ese horrendo y bochornoso "Sueño de una noche de verano" de Gaztambide. Pero aquí están medianamente correctamente llevados y sólidamente interpretados por Jesús Castejón, Carlos Hipólito y Juan Matute (no puedo ser imparcial con Juan, fue profe mío hace 35 años). Pero el resultado global escénicamente es un no.
Soy totalmente partidario de que se modifiquen, corten, modernicen y pasticheen las partes habladas de la zarzuela, pero que me ofrezcan algo consistente, véase la tan criticada Francisquita del año pasado.
Del infame y cuasi inexistente decorado mejor ya ni hablar.
Conclusión: musicalmente sí, escénicamente no. En programa conjunto con La Vida Breve un poco más lógico.
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