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LA Flauta Mágica. Teatro Real
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Autor:  Gino [ 24 Feb 2020 13:31 ]
Asunto:  Re: LA Flauta Mágica. Teatro Real

Le tenemos dicho que no se conecte después de consumir (alcohol, supongo)

Autor:  Tip [ 24 Feb 2020 15:41 ]
Asunto:  Re: LA Flauta Mágica. Teatro Real

Vino.
Es que con esa restricción me deja usted confinado. Pero lo intentaré.

Autor:  gakugeki [ 24 Feb 2020 16:22 ]
Asunto:  Re: LA Flauta Mágica. Teatro Real

No te preocupes, Tip; creo que se refiere a mí. Ve los horarios en los que escribo con cierta efusión y llega a una conclusión que parece inevitable (aunque la verdad es que, si bien disfruté de medio litro de una cervecita alemana muy maja, eso no basta; lo que me embriaga es el odio a Kosky).

Autor:  Tip [ 24 Feb 2020 16:47 ]
Asunto:  Re: LA Flauta Mágica. Teatro Real

La cerveza alemana me gusta, y los vinos blancos. Si a mí no me duelen prendas...

Autor:  Gruberoviano [ 01 Mar 2020 17:39 ]
Asunto:  Re: LA Flauta Mágica. Teatro Real

Vi la última función esta misma semana. Teatro repleto, pero público gélido en la recepción: a escena abierta solo se aplaudieron las dos arias de la reina de la noche y el dúo de Papagenos, silenciándose todo lo demás. Reparto muy irregular.
Me gustó el montaje de Barrie Kosky, aunque para que se vea el efecto en todo su esplendor se requiere de una OSCURIDAD TOTAL que un teatro de ópera no ofrece (hay monitores, el foso da luz etc). El efecto luce más en pantalla que en un directo en el que, ocasionalmente, se ven cosas que no se deberían ver (gente que entra y sale, elementos que entran y salen etc). Así y todo, creo que la idea es ingeniosa, ofrece algunas imágenes e ideas interesantes y el hecho de recortar sustancialmente los diálogos acaba jugando a favor. ¿Que quien no conozca la trama igual se pierde? Puede, pero todo ese texto hablado (que siempre me resultó farragoso; pero, además, a día de hoy resulta machista, racista y misógino) del libreto a mí siempre se me hizo cuesta arriba. Sustituir los diálogos por bocadillos de cine mudo que cuentan LO ESENCIAL mientras además oímos más música de Mozart que en una función normal de La Flauta... me parece una idea interesante; aunque tengo que reconocer que el efecto es más espectacular en los trailers de lo que luego se materializa en escena. También es verdad que en otras piezas teatrales que he visto de esta compañía (donde, por ejemplo, no hay orquesta) el oscuro total ayuda a potenciar los efectos. No ocurre aquí; aunque la técnica actoral (con los actores moviéndose en peanas; pero teniendo que interactuar minuciosamente con la imagen para crear la ilusión) es una buena alternativa para huir de los encorsetamientos escénicos del mundo de la ópera, sin pedir a los cantantes movimientos bruscos: esta producción la puede hacer cualquier cantante, de cualquier físico, sin problemas.
El reparto que yo vi, como digo, muy irregular: no hay más que ver el silencio sepulcral con que se siguió la representación. Hay que señalar lo bien cantados que estuvieron los tres muchachos, por presencia y afinación. Destacables el Monostatos de Mikeldi Atxalandabaso (de largo la voz más pecutiente del conjunto), el musical Papageno de Joan Martin-Royo (muy apto para Mozart, y muy bien ensamblado además en el montaje escénico: véanse sus interactuaciones con el gato) y una Rocío Pérez que se afirma como un nombre a seguir: le he visto tres producciones en seis meses (Don Giovanni, Tres Sombreros de Copa y esta Flauta) y desde luego es una voz luminosa, de agudo seguro y sensibilidad musical: no será la dramática de agilidad que requiere la Reina (¿pero quién lo es hoy?), pero sabe, por ejemplo, matizar bien su canto. Una cantante a seguir, qué duda cabe.
Un peldaño más abajo la Pamina de Annette Fritsch, que alterna frases muy conseguidas con otras más genéricas con una voz un tanto impersonal: de los tres roles que le he visto en este teatro, me sigo quedando con su Marzelline en Fidelio unos años atrás.
Seguimos bajando: el Tamino de Paul Applelby es la típica voz blancuzca y un poco flemática, tan frecuentemente asociada a Mozart, de timbre no especialmente atractivo y canto esforzado, unas veces con mejor resultado que otras (el agudo tiende a estrangularse).
Imposible desde todos los puntos de vista el Sarastro (que además dobló como Orador) de Rafal Siwek, sin color de bajo profundo ni grave sólido: así no se puede cantar este personaje.
Francamente bien los Hombres Armados (Bou y Lozano), correctas las Tres Damas (Copons, Coma-Alabert y DreBen) y bastante discreta la Papagena de Rosique, lejos de sus mejores tiempos.
Bien el coro y bastante pesante y genérica la dirección de un Ivor Bolton que, sin duda, ha brillado más en otros títulos en este mismo teatro que en esta Flauta que pareció bastante de rutina.
El teatro estaba a reventar; pero el público (de lunes) se mostró frío como pocas veces recuerdo en el Real.

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