Aprovechando una escapada a Turín (bendito Ryanair), asistí el pasado viernes 18 a la representación de esta Butterfly turinesa, mi debut en este histórico lugar.
El teatro es curioso, tras una fachada neoclásica y después de un incendio destructor, se esconde un teatro moderno (aunque un poco demodé), tipo auditorio, con un solo nivel de palcos, y que posee una acústica aceptable y buena visibilidad para el espectador. Para esta función se utilizó una clásica escenografía de Pier Luigi Pizzi excesivamente sobria, compuesta por una preciosa casita japonesa y... nada más en toda la obra. Vestuario de época adecuado y una iluminación bastante pobre y estática de principio a fin.
En cuanto al cast, Pinkerton fue el turco Murat Karahan, cantante de escaso volumen y agudos apoyados que solo mejoró un poco en el adio fiorito, estuvo bastante flojo toda la noche. Suzuki la georgiana Sofía Koberidze que cantó con enorme musicalidad y gusto, defendiendo bien su papel y siendo, a mi juicio, la sorpresa agradable de la noche. El Sharpless de Simone Del Savio fue de más a menos, cuajando una actuación simplemente correcta. Y lo mejor de la velada fue la Madama de la eslovena Rebeka Lokar, soprano que hace poco cantó dos funciones de Turandot en Valencia. Hizo suyo el personaje y posee una bonita voz de considerable volumen, con fácil ascenso al agudo y hermosos pianissimi. Su único "pero" es su casi ausencia de graves, pero es joven y tiene tiempo de mejorar.
Y lo que realmente me encantó fue la dirección del israelí Daniel Oren ante una orquesta turinesa que sonó bién. Marcó absolutamente todas las entradas a los cantantes y supo sacar todos los matices de esta preciosa partitura con una gestualidad con la que dominaba a la orquesta y oye... sin que se le cayera la kipá pese a sus continuos movimientos. De diez!
En resumen, una representación que en su conjunto fue correcta y que me hizo disfrutar, y, por cierto, los camerinos del teatro horrorosos, parecían las galerías de un castillo tenebroso...
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