Francamente... Los testimonios me reafirman en mi mala opinión sobre Cura. Por ejemplo: veo yo muy poco canto en el vídeo con el
"Nium mi tema" que nos ha traído Arnold. Sollozos continuos,
tempi tomados a la buena de Dios y según el capricho del intérprete, absoluta falta de expresividad canora (confundida aquí con quejidos lastimeros) y la voz emitida como siempre por Cura: a trompicones, con ridículos y exagerados
portamenti que afean la línea de un canto exclusivamente declamado y que semeja una montaña rusa... En fin...
Por recordar ahora un nombre muy olvidado, que ha salido precisamente hablando del
Otello verdiano, traigamos aquí el mismo pasaje interpretado por
Pedro Lavirgen: hay sentimiento, sí; hay dolor, también; hay expresión, la justa; pero sobre todo hay canto en todo momento (que es lo que pedía Verdi), canto ligado (que es lo fundamental en este compositor) y canto utilizado para expresar la evolución psicológica del personaje (vean, si no, cómo empieza Lavirgen: heroico, a plena voz, para ir desmoronándose a medida que avanza la pieza hasta llegar a
"del mio cammin". Pero todo ello sin aspavientos ni nada, con la voz y el canto; al contrario que Cura, que está hecho un trapito desde el principio). En el contraste entre el rotundo y esplendoroso
"Oh! Gloria!" y el lastimero
"Otello fu" queda reflejado de manera maravillosa todo lo que el moro siente que ha perdido por los errores cometidos. Si luego, además, oímos caer la espada al suelo como se oye, para qué queremos más...
Empieza luego la parte más elegíaca de la pieza, que Lavirgen va cincelando con sentimiento, expresividad y profundo dolor (de acuerdo con la suavidad de la bella melodía enunciada por el oboe que la introduce), pero siempre cantando. La declamación es, apenas, inexistente, pero cuando se da suena verdaderamente acongojante y acojonante (vgr. los dos
"Desdemona" de distinta intensidad y la frase
"pria d'ucciderti sposa ti baccia...", que se remata con un
"Or morendo" apianado muy efectista y que contribuye a crear dinámicas y variedad). En fin, Serafín. Creo que la diferencia es notoria. El
"Niun mi tema" de Lavirgen está bien cantado; el de Cura no.
Y si vamos a su
Dio mi potevi, para qué contarles: maravilloso. Sin aspavientos, pronunciando con sentido teatral, dando variedad al fraseo, estableciendo dinámicas. Hay que ver cómo resuelve el ascenso a
"quel raggio": un poco apurado, cierto, pero de un aliento, sin perder la línea y ligándolo todo. La declamación, de nuevo, se da en su punto justo y resulta demoledora (vgr. "la croce crudel d'angoscie e d'onte con calma fronte"). Un grito algo más subido de tono al exclamar
"damnazione", pero nada de ramalazos teatreros, ni de sollocitos facilones. Y vean qué bellamente remata en
"del ciel", manteniendo la nota y apianándola poco a poco (como también hace en
"l'anima acqueto"). Algo forzados los graves en "maceria" y "menzogna", pero eficaces y siempre sonoros, además de cantados (no gritados a la buena de Wotan). A su lado el pobre José es una sombra risible en el mismo
pasaje. Empieza cantándole al cuello de su camisa y se mantiene durante toda la parte expositiva sin hacer la menor variación dinámica: cantando bajito y como transido (porque eso sí, aparentar que está como arrebatado por el espíritu del Arte Cura lo sabe hacer muy bien). Pero luego... ná de ná... De la construcción del resto del aria prefiero no hablar, porque es sencillamente patética (con tos del cantante incluida). Y no creo que tuviera la culpa el gilipollas que se dejó encendida la alarma que se oye de fondo. Pero no está mucho mejor en
esta otra lectura: gemidos, lloriqueos, bufidos, gritos, posiciones y actitudes exageradas para mostrar lo afectado que está por la traición de Desdémona, pero poco más. Verdi no está por ningún lado, si acaso Nuria Espert (por la exageración, digo)
.
Perdón por el sonido de los registros de Lavirgen, porque es espantoso (con ese susurro permanente de fondo en el segundo de ellos: como si Iago anduviera al acecho, je, je, je...).