Bueno muy Desigual función la de la Turandot Ovetense después de más de 35 años sin aparecer por estos lares.
Lo primero que tengo que decir que el gran triunfador es sin duda Puccini cuya obra resiste a todo incluso a una función como la vista aquí, debajo de todos los defectos que podemos encontrar está la belleza de esta obra maestra del Siglo XX.
La propuesta semiescenificada, pues ¿qué quieren que les diga?, si con esto me hubieran traído a Maria Guleghina, estaría más contento que unas pascuas, incluso aceptaría una Turandot en versión de concierto, pero me imagino que la propuesta semiescenificada, o barata, o sencilla, como queramos llamarla cumple una doble función: por una parte no da la sensación de una opera en versión de concierto y mantiene a los trabajadores que de la escena viven en el teatro Campoamor. Solo puedo decir que cumple hasta cierto punto, no molesta, no hay mucha "Chinoiserie", que ahora tan denostada es, pero bueno hay referencias a la China en la vestimenta y no te descoloca mucho. Sinceramente prefiero esta propuesta intemporal con ciertas referencias a la "China imaginada por un occidental", Puccini, que las propuestas escénicas ahora tan al uso que la trasladan a un Casino de Hong-kong, o al Vietnam o a China-town, o al cualquier otra sitio, o que nos cambian el final, que no tiene nada que ver con la historia que se nos cuenta. Mucho movimiento actoral no hay que se diga y el nivel actoral de los cantantes tampoco era nada del otro mundo, así que por ejemplo el duó final desprendía una pasión comparable a la que desprende un mejillón.
La Oviedo Filarmonica Orquesta y su director Gianluca Marcianò, hicieron una lectura como se dice ahora "muy atenta a los cantantes", que para mí en roman paladino y más tratándose de Puccini, es que nos ofrecieron una Turandot, de cámara, light suave, con tempos lentos, para que no se nos ahogen los cantantes en escena, y en la cual solo asoma la fuerza de Puccini en los momentos que los cantantes no cantan, pero como eso ocurre pocas veces y el maestro Marcianó confunde la fuerza con la fanfarría, en conclusión, quizás las partes más intimas "Signore ascolta", "Ho una casa nell'Honan" o el "Nessum Dorma" fueron lo mejor de toda la actuación, desde mi punto de vista.
El coro bien, pero a mi me faltaba coro, se debía haber echo un refuerzo del coro para esta ópera.
Pasemos ahora a lo vocal:
Eri Nakamura, Liu, bueno fue de largo la más aplaudida, justamente, y tiene un vibrato bastante feo en la media voz pero exhibió unos bonitos pianos, importantes en el "Signore ascolta" , sensibilidad sobre todo en su actuación en el tercer acto y parecía que se creía lo que cantaba con lo cual con la compañía que tenía fue suficiente para llevarse el gato al agua, es que el papel de Liu es así de agradecido.
Manel Esteve, Ping, Vicenç Esteve, Pang, Mikeldi Atxalandabasom Pong, realizaron un divertido trio aportando la parte cómica con voces muy conjuntadas y nos ofrecieron unos de los mejores momentos de toda la función al cantar "Ho una casa nell'Honan".
Stuart Neill, Calaf, aquí empezó la cosa a cojear, no puedo decir que es un horror, canta bien, tiene una media voz agradable, pero es que parecía Nemorino en la China, y como sufría al subir al agudo, en los momentos de un poco de densidad o cuando cantaba en el primer acto con Liu y las tres mascaras, directamene desaparecía y esos agudos lejanos, lejanos, se reservó para el "Nessum Dorma", que claro como tuvo poca orquestación y al final dió un agudo bien proyectado, corto, pero bien proyectado y arrancó el tercer aplauso de la noche (el primero fue "Signore ascolta", el segundo "Ho una cas nell'Honan"). Que este señor haya dicho en un periodico local que es una mezcla entre Pavarotti y Domingo, simplemente me hace sonreír, aprovechando que está en Asturias debía comer unas cuantas fabadas, para ver si podría alcanzar a llegarles a la altura del tacón de alguno de estos cantantes.
Kurt Rydl, Timur, este hombre en algún momento de su vida fue bajo, hoy es irreconocible, ya que la voz está muy cascada y solo emitió con nobleza en el llanto tras la muerte de Liu. Lo demás olvidable.
Emilio Sanchez, bueno no puedo decir mucho porque lo que oí de él fue poco y mal.
Elisabete Matos. Esta soprano tuve la suerte de verla en la Iphigenia de Gluck en Oviedo y me sorprendió gratamente, ahora sinceramente me ha decepcionado. Desde mi punto de vista este papel no está en sus posibilidades y se pasó toda la función gritanndo, a ver cuando se aprenden que Turandot no es chillar como una posesa, y claro la voz se descoloca, se desafina y el centro se pierde y graves, eso no los tiene. Así que la escena de "In questa reggia" fue una tortura y la escena de los enigmas y el duo final pasan como mucha más pena que gloria. El abordar este papel le va a pasar factura.
Al final la gente aplaude, misterios, incluso a la Matos. Y salen contentos, yo no, solamente convencido de que cada vez es más difícil ver una Turandot y que Puccini, digan con que digan era un genio.
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