Puede que necesite profundizar o trabajar algunos papeles, pero lo que sin duda domina es el mecanismo del canto como muy poquitas.
Yo desde este foro quisiera darle las gracias por "complicarse la vida" cantando como se debe y sin optar por las opciones "facilonas" de otras sopranos que:
- o bien quieren fabricarse un centro más "carnoso" tragándose la voz, sin llegar bien a los resonadores, con el consiguiente pago en el agudo y la penetración;
- o bien se enganchan a la máscara a tutiplén para toda la tesitura, asegurando proyección y cómodo ascenso al agudo a cambio de un timbre nasal, plebeyo y sin interés en el centro.
Harteros aprovecha en cada zona sus medios de resonar de forma tan perfecta, lo varía de forma tan natural sin comprometer su respiración y sin dejar de cantar sobre el aire en ningún momento que el resultado es una voz que,
cambiando, y precisamente gracias a ese mecanismo suyo de cambio de colocación de la voz tan dominado y perfecto, resulta nobílísima y purísima en toda su gama.
A la belleza del timbre que nos regala se une su musicalidad y facilidad para fundirse con el resto de la música que suena con ella y si es el caso de que ésta es mágica (como en el caso del Otello reseñado y las maravillas logradas por Pappano y orquesta) el resultado es puro éxtasis.
Cantar sul fiato posibilita además subir, bajar, hacer pianísimos y de todo.
Mi "pero": me pareció algo corta de fiato. Esto le impide una mayor expansión en esos estupendos sonidos suyos y un fraseo más emocionante (sabe respirar con la música y por tanto los cortes para hacerlo no "estropean", pero falta esa emoción de un fiato interminable, ay...) Si pudiera entrenar también para mejorar esto (ya que ha trabajado tanto lo otro que tantas descuidan) tendríamos una soprano fuera de serie y me cuesta entender cómo se habla tan poco de ella en el foro (o yo desde luego no me había enterado).
Gracias Anja!