crapula escribió:
Por lo que veo, realmente cantó lo que debería siempre cantar, es decir opereta y zarzuela y en el tipo de teatro que debe cantar, en bomboneras o teatros de corte, de paso canto La Arlesiana y algo de Lucia. El Euskalduna es grande, pero ahí he oido tenores líricos que se les escucha mejor que a Jordi. Y le oí un Alfredo hace años en el Campoamor, que es tan solo un poco más grande que el Arriaga y directamente desaparecía en concertantes y en cuanto la orquesta subía o los compañeros de reparto lo hacían. Aun reconociendo las virtudes sigo pensando que para los papeles de ópera que él hace es preciso tener más volumen de voz que él que el tiene, aunque esto es un mal muy común hoy en día.
A ver si nos vamos ya olvidando de decir falsedades y de repetir tópicos inventados: Ismael Jordi acaba de triunfar (léase la crítica de Paolo Isotta) en el San Carlo de Nápoles, que no es precisamente una bombonera, sino un teatro bastante grande. Y todo el mundo lo podía oir, como se le oye en el Maestranza desde cualquier localidad o en el Arriaga, que no son teatritos de cámara. Que haya quien diga que no se le oye en el Euskalduna dice más de la mala acúsutica de ese espacio que de la voz del jerezano. La cuestion no es el volumen de la voz en origen, sino de la técnica de emisión y de proyección. Tenores como Kaufmann, con más decibelios en origen, se hacen inaudibles en los
piani por culpa de su engolamiento y de su vicio de meter los agudos en nariz cuando canta de
piano para abajo. En cambio, la voz de Jordi está bien enmascarada, está siempre fuera y corre sin problemas en toda la gama dinámica, aunque su sonido en origen sea más delicado y con menos decibelios. Pero lo que importa es que al final se le oiga desde la localidad más remota incluso cuando afronta una de sus
sfumature, que realiza como muy pocos en la actualidad.