zacarias escribió:
Los aficionados al ballet en Madrid les gusta el tutú y lo demás se les hace muy duro.
Lleva usted razón. Llevo meses leyéndole (y haciendo cábalas en casa, en el trabajo, en el teatro, en los aeropuertos, en el súper...) y he llegado a la conclusión de que ni soy aficionado a la ópera (de hecho nunca me ha gustado), ni soy aficionado al ballet, ni al lied, ni al teatro, ni a la opereta, ni al baloncesto, ni al tenis, ni al fútbol, ni a la pintura ni a nada.
Soy un viejo (??) cascarrabias y sadomasoquista que solo va a sufrir, a esperar el gallo o a que el bailarín se rompa la crisma.
Hace unas semanas leía en un blog, la definición de "Auténtico aficionado a la ópera", con claros toques irónicos en el escrito. Bajo ese prisma, se consideraba como "auténtico aficionado" al que antepone una voz, al resto de elementos artísticos, aquel al que le chifla la zarzuela y considera que algunas son auténticas obras maestras, aquel al que le molestan las puestas en escena (serán las incoherentes, no otras), aquel que solo va al teatro a relajarse y no a "aprender", aquel que está sentando las bases para su irremediable destrucción (¿ahora sí?). Pero como he dicho antes, estaba recibierto de tanta ironía, que hacía daño a la vista, por lo que deduzco que no soy un "Auténtico aficionado". Así que me voy a buscar otro hobby.
Gracias infinitas por haberme guiado hasta la luz.